"Lo fusiló", "lo ajustició", "lo aplastó", "fue un misilazo a la portería", "cuerpo a cuerpo", "la Batalla del departamento de Santa Ana" (así los oí llamar al Metapán – FAS), "gladiadores", "lo vapuleó en la refriega", "velan sus armas", y por supuesto, estamos hablando de fútbol.
"Matalo" es la pedagógica síntesis con la que algunos padres desde las canchitas de las escuelitas fútbol le transmiten a sus hijos, o sea, la forma cómo deben marcar a un delantero del otro equipo, tal vez amiguito del vecindario, compañerito de escuela, chero o primo, vaya uno a saber.
La violencia no sabe de mejores o peores circunstancias, ni de termostatos o sensaciones térmicas, ni de casi nada. La violencia está acá a la vuelta de tu esquina. Dentro de las casas, en el seno de las propias familias se entrelazan vínculos violentos a diario.
Vendeme violencia … te la compro!
En las canchas, en el tránsito, en casi todas partes nos vinculamos a través de formas cada día menos tolerantes, más agresivas, proclives al choque, a la imposición de lo que sea. Los delitos son una parte visible de esa violencia cotidiana.
Y han aumentado. Y seguirán aumentando. El problema es que queremos combatir la violencia con la que nos atacan, con cambios culturales … y esos cuestan un poco más, sería lo ideal, pero cuesta muchísimo tiempo más.
Y la Patria, sigue en el mientras tanto, perdiendo a sus mejores hijos.
Desde la fuerza política también vemos la evolución de las cifras que sustentan que en el continente se destaque a El Salvador como el segundo país más violento de América en ranking de inseguridad. Pero el oficialismo, insiste en su relato del miedo, las percepciones del ex Ministro Lara, un total inepto en la materia.
De acuerdo a los datos recabados por el Índice de Paz Global elaborado por el Institute for Economics and Peace junto a varios expertos de institutos para la paz y “tanques de pensamiento” y el Centre for Peace and Conflict Studies, de la Universidad de Sydney, El Salvador es uno de los dos países más inseguros de Latinoamérica (nos supera Honduras por una leve décima).
Pero desde la tribuna oficial, siguen tirando piedras con formas de titulares de prensa, anunciando todos los logros en materia de seguridad, y creen que somos tan ciegos que no vemos los cadáveres todos los días.
Las cifras son elocuentes y revelan la dirección en la que se está trabajando: Ninguna, no se está haciendo nada por solventar la situación, nada más allá de tirar “cortinas de humo”, una por semana, para que los habitantes del país pensemos en otra cosa.
Las cifras no mienten …si no las maquillan
La tendencia de crecimiento promedio de acciones delictivas acumulado desde 1993 es del orden del 14,7% y solo en el desarrollo hasta octubre 2016, la tasa es superior al 17% del diferencial anual acumulado de actos delictivos.
La misma PNC (no el Dr. Fortín, ex Director Medicina Legal, que les contaba las costillas), dice a través de su Director que la cifra de homicidios supera los 38.43 por cada 100 000 habitantes, y el registro diario no ha bajado de 24.
La diferencia es que Policía y Soldados, así con mayúscula, mal pagados, mal apertrechados, hoy le ponen el pecho a las balas … y mueren, ellos y sus familias … los mandan al matadero, por más operación “Némesis” o similares que se lancen con pompa y vejigas con helio.
Las cifras no mienten, la dirección en la que se está trabajando es un desastre y por más que se pidan más recursos, mejores herramientas, legislación que contemple las nuevas y complejas realidades delictivas, todo es un paquete de medidas y acciones que, de hacerse deberán ser apuntaladas desde todos los ámbitos de la sociedad. Porque la violencia no es solo un problema que pueda arreglar el gobierno, ni este, ni los anteriores, ni ningún otro.
Se necesitan personas que lideren las decisiones y los caminos a recorrer, y está visto que los últimos “líderes”, dedicados a comprar “falsas paces” con treguas, no son los adecuados.
Y en casa … mientras tanto?
La violencia intrafamiliar, entre aquellas personas que supuestamente deberían cuidarse, protegerse, es un fenómeno que supera lo imaginable. Padres, madres, hijos, abuelos, conviven en una dinámica violenta que a veces naturaliza la agresión como forma de comunicación.
Todos estos son datos de la realidad. Que no nos van a decir nunca, pero que investigando, usted mismo puede encontrar.
Sin embargo la peor semilla de nuestra violencia, vive dentro nuestro, dentro de cada compatriota …
Y a El Salvador, o lo sacamos del hoyo entre todos o nos hundimos con él …
(Bibliografía: http://www.visionofhumanity.org/#/page/our-gpi-findings Índice Paz Global)
Siglos antes, muchos siglos antes, la barba era símbolo de sabiduría y nobleza, y siglos después, más acá de allá, es símbolo de desaseo y falta de nobleza, y más tarde volvió a serlo de elegancia. y después pasó de moda y sólo los extravagantes la usaron y después los hippies rescataron la barba y el pelo largo. Hoy, no tenemos la más mínima idea de que demonios es símbolo la barba.
Un Premio Nobel de la Paz ganó en 2009 el Presidente de USA Barack Obama
- Mire Don Rú - me dijo aquella señora de incipiente y bella barriguita que dejaba notar un evidente embarazo – usted que escribe de cosas tan diversas y diferentes como los diputados de la Asamblea y los “Titanes en el Ring” …