Pues el mundo va cambiando, esto es utópico, es un suponer, nada más … pero, y si los embarazados, con toda esta cuestión de la equidad de género termináramos siendo los hombres?
Dicen que la población está envejeciendo. En muchos países de Europa, por ejemplo, piden niños, en el sur de América hay varios países que necesitan más pobladores, Italia premia con casa gratis a la gente que llegue a habitar pueblos casi abandonados y procuren tener allí familia … aunque en nuestro país gente sobre y quieran todos irse para otra parte !
Uy Uy Uy !! Pero esto no es culpa de las mujeres, y ellas llevarían la peor carga, en muchos casos, son Jefes de casa, padres y madres al mismo tiempo, a veces ellas trabajan y nosotros vamos de mantenidos, vivimos de arriba, aunque tal y como está el desempleo ponerse a pedir licencias por maternidad ... ta´cañón. Cuando regresen ya encuentran a otras en su puesto.
Por eso yo creo que si quieren que haya más niños, debemos ayudar los hombres y también quedar embarazados, sobre todo si estamos desempleados o en actitud “huevo en paila”
Biológicamente tenemos un serio inconveniente, no sé como se solucionaría el problema, pero dejando eso de lado, como “asignatura pendiente”… se imaginan lo que pasaría si los hombres quedásemos embarazados?
Por ejemplo, de entrada, ya media vez confirmado con análisis de sangre, ya no podríamos tomar cerveza (por Dios!!) en lugar de una Pilsener una pastilla de ácido fólico …estamos todos locos?
Para las mujeres, está claro que los hombres somos unos haraganes, huevones, unos flojos. No soportamos el dolor. Así como las mujeres aguantan casi hasta el último día yendo a trabajar, nosotros, que de pronto nos tiramos a la cama incapacitados con una medio gripe, en el momento en que nos diera positiva la prueba ya estaríamos amarillos en la oficina del jefe con la nausea a mil por ciento.
– Mire, mire cómo estoy, señor Jefe… Deme incapacidad una semana, que ya tengo náuseas, vengo vomitando desde el laboratorio por la ventanilla. – sería nuestra excusa.
Cuando ellas están embarazadas, nos empeñamos en agradarlas a ellas, no paramos de hacerles preguntas:
– Qué tal te sentís amor?
– Muy bien, estoy super ! – nos contestan
– Pero estás bien de verdad?
– Sí, mi amor, ya te lo dije …
– Es increíble … no me estás escondiendo algo verdad? – insistimos.
– Que sí, que estoy bien… no te preocupes, no me pasa nada.
Si los embarazados fuéramos nosotros, las respuestas serían distintas:
– Antonio, qué tal estas? – nos preguntarían.
– Jodido, yo creo que estoy perdiendo hasta la vista.
– Pero, tan mal estás?
– Fatal, no creo que sobreviva al parto. Vas a tener que criar a nuestro hijo tú sola.
– Es increíble lo mal que te sentís, verdad?
– Y lo que me callo, para no asustarte mi amor, que la procesión va por dentro. – les decimos casi llorando.
Las mujeres, cuando están embarazadas, tienen antojos porque se les agudiza el sentido del olfato. Pueden oler las palomitas de maíz del cine que está en la otra cuadra, o el marisco de la plancha del restaurante, que está dos calles más abajo:
– Quiero marisco. – nos dicen.
Y se los conseguimos, porque ya saben eso que dicen, que si no te concedemos un antojo luego al niño le sale en el cuerpo, y claro, no conocemos que el niño nazca con cara de camarón, le dirán “Colorado” sus compañeros …
Si los hombres quedamos embarazados nuestros antojos serían distintos. Con lo consciente de las prioridades que somos, nos despertaríamos a medianoche diciendo:
– Quiero una Black & Decker! Necesito hacer agujeros, ya!
Y nos la traerían, porque no les gustaría que el niño naciese con la nariz retorcida como una broca.
Una pregunta: con la panza que ya tenemos algunos hombres, ¿cómo se nos pondrá cuando estemos embarazados de treinta y dos semanas?
Como un dirigible. Más de uno en vez de romper aguas, algunos romperán cerveza.
Y el colmo: si a los hombres ya no hay quien nos soporte cuando nos ponemos a contar nuestras épocas de colegio y universidad en plan fantasma…contar el parto, sería una proeza!!
– Bufff! Lo mío sí que fue un parto con dolor. Se había acabado la epidural, la matrona y el médico sentados encima de mi panza porque llevábamos cinco horas y nada. El niño intentándolo hacia arriba, que ya estaban pensando en sacármelo por la boca. Y yo: «Tranquilos; a ver, dame la tijera que me voy a hacer la cesárea…». Tras, tras, unas puntaditas… y así que salí andando del quirófano, con mi niño en brazos, que todos en el Hospital se quedaron alucinados.
Naaahhhhhh … no creo que sea una buena idea!
Ah, historietas de la vida ! Un 26 de abril de 1903, se funda el Atlético de Madrid, solo que … no se llamaba así, ni nació en Madrid.
O sea nace hace 111 años, algo parecido a lo que hoy llamamos Atlético de Madrid.
Son hermosos, sin lugar a dudas, pero hay algunos términos que se escapan a nuestra realidad nacional, nuestros niños ..han visto alguna vez un pastor (no de los que proclaman a Cristo a los gritos, sino uno que cuida ovejas), un ruiseñor, una zarza, un zurrón ? Saben nuestros jóvenes lo que es besar a su pareja bajo la hoja de muérdago (lo queeeee?).