Nunca imaginé que fueras tan Bardot, tan poco detallista, dale, no te hagas, por muy rubia raíces negras y senos de colágeno que te rompen la blusa, que me nublan la vista que tengas, y que me deslumbran …
...es un hecho que no tenés la más mínima idea de cuál es mi nombre. Es evidente que no sabés como me llamo.
Lo más interesante es que es nuestra tercera cita, y acabamos, antes de venir a recuperarnos comiendo algo en este restaurante, de conjugarnos en un solo cuerpo, de molernos a besos, caricias y coito, donde por gemidos, uñas y abrazos supongo que la pasaste bien y ni siquiera sabías que nombre gritar en el momento del máximo paroxismo pasional.
Resulta claro que no lo recordás, porque cuando nos presentaron yo dije mi nombre y tú el tuyo “Sofía”, y se me quedó grabado, y tuve ganas, y quise, y quiero, y traté y pude, y en ningún momento se me olvidó que tú eras Sofía …también podría decirse que nunca lo supiste, tal vez padezcas de algún bloqueo de cerumen en el oído medio y en ese momento preciso que yo te dije mi nombre no lo escuchaste … y después te dio pena preguntar.
O nunca lo supiste o no lo recordás o no le prestaste mayor interés, pero ahora, ya entre sábanas cuando has gritado un par de veces sin tener un nombre que añadir a tus gritos, me salís con la onda, ya respirando entrecortada …
- Mirá no me dijiste tu edad. – me decís con algo de timidez
- 112 … - te digo yo.
- Ah, no me mientas, enseñame tu DUI …
Burdo e infantil recurso, pero no … ya la agarré de ojeriza personal.
Por tu manera de hablarme y tu forma de abusar de pronombres personales, por tu conducta inusual, cuando alguien nos viene a saludar y vos nos tenés que presentar y querés que te trague la tierra o que mi nombre te sea revelado en una Epifanía maravillosa, y yo solo por molestar, murmuro mi nombre, por más que acerques la oreja ni tu ni la persona que me presentas lo va a saber …
Así que por designio de la Santa Patrona del Alzheimer o la Diosa del Olvido, te va a tocar averiguarlo de alguna manera, o por una jugarreta del destino pero yo jamás te voy a dar pie a que sepas mi nombre por una simple casualidad, al final vas a tener que claudicar, me lo vas a preguntar, y yo te voy a contestar mal, voy a decirte otro nombre y vos ni cuenta te vas a dar porque, como no sabés mi nombre …si yo te digo “Espartaco”, Espartaco me vas a llamar …
Pero el plazo ya no va, si me lo preguntás, no te voy a contestar, y va a ser lo más triste, a la hora del “ya fuimos” y el quebranto, así como no tuviste un nombre para acompañar tu orgasmo …
… tampoco tengas uno para acompañar tu llanto.
Dime que sí puedo
Que seré feliz
Sigo cantando a las jirafas ucranianas
porque no me queda otra alternativa
Sigo inventando dragones e Ilusiones
porque eso me mantiene con vida
Entre vapores de sudor y óxido, un gimnasio popular –un Olimpo de la cuadra– es el escenario de la disputa diaria entre muchísimos caracteres que usted y yo conocemos, muy bien … es más, yo lo sé de buena fuente …