Cualquier parecido al pánico es pura coincidencia, vivimos (los varones) desde que nacemos en un conteo regresivo hasta los 40 … y a los 40 …
… tenemos que empezar esta práctica anual de que nos tanteen el que te dije, para palparnos lo que les conté y encima uno tiene que dar las gracias al final y pagar los servicios prestados !
El momento de la verdad
Me iba a doler o no ?
Iba a arrancarme lágrimas que tenía que contener o disimular ?
Se le da la mano al urólogo al final de la consulta ?
Pasé varios meses practicándolo, digo en el sentido más estricto de la palabra: ensayaba gestos de tranquilidad frente al espejo, con la esperanza de poder usarlos cuando enfrentara el tenebroso momento en que un médico desconocido me inoculara la falange en el centroide del esfínter (para ser más técnico, digamos).
Digo, un doctor, a cuyos papás jamás he conocido, con quien jamás me he tomado trago alguno viendo un partido del Firpo, y quien no sabe, en fin, qué música me gusta o cuáles son mis sueños ….
Imaginen ustedes el pánico que un desconocido tal consiguiera de buenas a primeras un nivel de intimidad que nadie nunca ha tenido conmigo jamás. Ni tendrá. Nadie nunca. Jamás.
Desde los 37 años me venía preguntando cómo sería ese momento; si mi urólogo sería hincha del Firpo o el caso más extremo, si sería un hincha del Alianza; si sería amable. Y ahora me llegaba el momento de averiguarlo. Y de convertirme en un hombre de verdad.
Cumplir 40 años para nosotros los varones es un tema complicado. La vida cambia drásticamente. Un día cualquiera uno se despierta y descubre súbitamente que sin darse cuenta uno se ha vuelto viejo a la vista de los jóvenes y joven según lo interpretan los viejos.
Y para más jod .. descubrimos que cualquier resistencia al paso del tiempo únicamente agravará la situación: en vano resulta inscribirse a un gimnasio, adquirir el hobby de subir al volcán en bicicleta o usar pantalones más apretados, tratar de volver a la talla 32.
Todo pataleo contra el paso del tiempo deteriora la dignidad de quien lo protagoniza … y terminaremos siendo a la vista de los demás un “viejoven” y para colmo de males … haciendo cosas de niño para disimularlo.
Pero hay cosas que son inevitables, levantarse al baño al menos dos veces por noche y a partir de la segunda ya uno no se puede dormir ; ya nos molesta el volumen de la música de los restaurantes; pagamos por no tener que salir de noche y el concepto de salir de farra y pasarla bien, significa salir a visitar a los amigos, contar los mismos cinco chistes de hace veinte años y estar de regreso en casa a las once … si por casualidad la señora se pone cariñosa, lo extremo es tomarse una Red Bull.
Y acompañando esta serie de cambios en cascada, también viene la ansiedad de saber que se aproxima el día más esperado de la vida, la cita con el doctor Manotas … el ritual del palpado anual.
–Buscate un urólogo que tenga maños pequeñas y dedos chiquitos …–bromeaban mis amigos – que no se te haga hábito.
Y llegó el día para el cual me venía preparando desde que nací … ahí estaba el médico que lideraría mi tránsito al verdadero mundo de los jóvenes en proceso de descomposición.
Tenía un aspecto medio hitleriano, o el pánico me hacía verlo así, me levantó un expediente más tardado que los datos del DUI, se levantó las gafas, leyó la ficha médica, se puso de pie, me ordenó hacer lo propio, y buscó un guante en el gabinete, se lo puso … empecé a temblar.
–Bájese los pantalones –me ordenó–: esto va a molestar.
Nunca supe a cuál molestia se refería, nunca supe porque se ponía un solo guante de látex, solo uno? El fulano este, sentado a mi retaguardia que cara estaría poniendo? Se estaría matando de la risa?
En lo que pensaba en todo eso, en un chasquido de dedos, el urólogo entró y salió … ya saben dónde, impávido y mecánico, tan rápido que casi no me di cuenta …
El doctor Manotas dio un parte de tranquilidad.
–Todo está bien –dijo, mientras se sacaba el guante–: vístase.
–Perdón doctor, no podría ser un poco más específico? –pregunté extrañado de lo rápido y simple del proceso.
–Bien, tamaño normal, todo en orden … cancele con mi secretaria por favor.
Abandoné el consultorio y caminé por las sombrías calles de mi ciudad,silbando bajito para pasar de incógnito, sentía que todos me observaban.
Llegué a la casa y no me costó sentarme en lo más mínimo como me había imaginado, me sentí otro, al fin había atravesado el umbral, ya estaba de este lado de la vida.
Atrás quedaron las cuatro décadas en que fui joven. En adelante me espera la madurez, el envejecimiento; tomar todas las decisiones con la cabeza.
Hoy, diez exámenes de próstata después, todavía trato de tomar mis decisiones con la cabeza … con poco éxito.
(* El título se lo robé al Dr. José Reinaldo Flores de los Eclámpticos, de una de sus "alocuciones previas a ..." la presentación de sus temas).
Seamos sensatos! No le podemos echar toda la culpa de las perversiones sexuales del planeta al Internet y sus páginas porno, porque mucho antes del nacimiento del Internet, pervertidos y pervertidores, de sábana bastante inquieta … ya existían.
Usted es tan linda que me lastima
o sea, tu intromisión en mi espectro visual, me produce una cierta …como se dice ?
El Sensei Q- Lozano nos tenía a todos despiertos a las 4 45 am (7229 tiempo de UTU), viendo el Levante, nunca supe si él se había dado cuenta del terrible levante de toda la noche … todos estaban ojerosos, bue ..yo también.