No me vengan con garabatos! El tema del post del día de hoy no son las películas de terror, y sin embargo provoca escalofríos, sudores, sufrimiento, diversas congojas y, sobre todo... terminás hecho un estropajo .
Sí, voy a hablar del retortijón. Pero no una punzadita cualquiera no … del implacable, cruel, inoportuno, un solo apretón y ya sabés que en veinte segundos se dispara el mal de mayo, importándole un corno el mes que sea …
Aquel que no lo haya sufrido será uno de esos ignorantes que piensa que el peor dolor es el de muelas o el dolor del parto, o el de un tiro en el estómago, o el de un cólico nefrítico, o incluso la tan mentada patada en los coyoles; el que sentís como si te despellejan y te echan sal por encima... sin embargo, los que lo han sufrido saben de lo que les hablo, y seguro que se les ponen los pelos como erizos, sólo de pensar que puede ocurrir de nuevo en cualquier instante.
Porque lo peor del apretón es que aparece por sorpresa y entonces sabés que estás perdido.
Imaginen, es un sábado por la noche y estás con los amigotes en un antro con buen ambiente; de repente, sentís que se te mueven los intestinos, un retortijón te hace doblarte de dolor y pensás ingenuamente "este dolor lo soluciono yo con un buen y discreto ventoso".
Y te vas acercando disimuladamente a los parlantes del DJ para que la música mitigue el sonido de tu incontenible flatulencia, el local está abarrotado, y como no te podés aislar del resto, tenés que elegir a una víctima... así que colocas tu espalda junto al hijo de Prusia aquel que solía coquetear con tu novia … aquel que guiñó el ojo a tu chica...
"Ahí va y te lo dedico … rata!".
Tu "gracioso vientecillo" discreto no vino solo, ha dejado el camino expedito (no es pedito) a todo lo que viene detrás. Y esto ya no hay quien lo pare. Y de repente sabes que en tu organismo se ha activado una bomba de relojería y comienza la fatídica cuenta atrás.
Inevitablemente va a estallar. Diez, Nueve.... . Te hubiera gustado estar en un restaurante... o mejor aún ... en tu propia y añorada casita. Pero la fatalidad ha querido que te encuentres en un antro, el tiempo es un factor crítico y ya no puedes elegir.
Te encaminas al baño. Al llegar hay cola.... .Siete, Seis.... se te pasa por la cabeza la posibilidad de matarlos a todos. Decides que, al fin y al cabo, eres un hombre y que puedes aguantar un poco más... Cinco... Llorás, gemís, te pones de rodillas y suplicas que te dejen pasar, que es una auténtica urgencia, de vida o mierda.
Avanzás hasta conseguir meterte en el único cubículo que hay en el baño. La puerta carece de cerrojo, pero a tí eso ya no te importa. Estás contento porque hay taza, en lugar de un mísero e inmundo agujero en el suelo.
Colocar tu nalgasterio sobre las salpicaduras que luce ese inodoro podría producirte una úlcera de glúteo, o al menos algún sarpullido. Se te ocurre la genialidad de que podrías cubrirla con papel higiénico y entonces descubres, con horror que, efectiva y tristemente, que no hay papel higiénico. Y recuerdas con rabia que el sabio y desinteresado consejo de tu madre de llevar un paquete de kleenex en el bolsillo no era tan ridículo como te había parecido hasta ese momento.
Tres, Dos ... rápidamente cubres la zona de sentado con dos facturas y un crédito fiscal que hallaste en tu cartera,
Uno ... ignition !! se acabó, no hay más tiempo, te bajas los pantalones con presteza y...CERO.
Eres feliz, la lástima es que no puedes relajarte y fumar un cigarrillo. Alguien golpea la puerta y la empuja, te das la vuelta para sujetarla con el culo procurando que tus pantalones no entren en contacto con ese suelo hábitat de sapos, culebrillas y seres uni y pluricelulares varios. Hay que limpiarse rápido …con qué?
Ya no quedan más facturas en tus bolsillos.
Solo un último sacrificio: tus calzoncillos de la suerte !
Sí, son tus calzoncillos de la suerte, pero van a morir en acto de valor... . Así que te los quitas, te dispones a arreglar la higiene y una racha de aire fresco, te recuerda que lo primero es literalmente salvar tus nalgas,
Así que lo primero es lo primero: Utilizas tu talismán de la suerte para tu higiene personal.
Respiras y la situación es la siguiente: la gente llamando a la puerta, tus calzoncillos olorosos sujetos entre el pulgar y el índice de tu mano derecha... .
Y ya sólo querés salir huyendo de allí cuanto antes, entonces arrojás los calzoncillos en el inodoro, echas el agua.... y cuando ves que la taza atascada se va a desbordar sales corriendo de allí sin dignarte a mirar a nadie a la cara
- Ahhhh se inunda ¡! Mujeres y niños primero …esto es el Titanic – oyes gritos a lo lejos.
Pero agarras a tu perpleja novia de la cintura, sin darle la mano y al salir rápido a la calle sabes que a ese antro jamás vas a poder volver ... porque te has zurrado en él.
Hubo una época, en que las muchachas románticas soñaban con casarse con un príncipe y los hombres inteligentes soñaban con llegar a ser reyes.
Se va haciendo necesario con el rumbo que va tomando el país, donde todos prometen y nadie cumple, ir buscando la manera de hacerse el loco. O sea, una serie de ítems y situaciones que nos tocan cotidianamente, incómodas, de las que no sabemos zafarnos …y hay que zafarse!
Ha llegado un deseo bastante propio,
es un deseo que dicta la piel ...