Creo que el “ya estuvo” es eminente
ya lo he meditado bastante
algo oscuro está latente
y no deja camino por delante …
Sabés que fui comprensivo,
y tuve en todo mucho criterio
desde que te encontré enredada en las sábanas
con el hijo de Don Oliverio
a los dramas fui esquivo
como diputado a los micrófonos
cuando tiene la cola pateada
y sabe que la prensa se las tiene bien jurada …
Te perdoné que te fueras de farra
con Tomás el microbusero
y hasta te sorprendí saliendo del Doral
con Joaquín el carpintero
Se que perdí todo
lo que alguna vez tuve
cuando te encontré revolcándote en el Bicentenario
tres días seguidos con el que te maneja el Uber
Jamás hice un comentario
cuando volvías a casa ebria
en una mano la “Regia”
en la otra las pantimedias
De los vestidores del San Pablo Tacachico FC
tuve que sacarte tuve que sacarte veinte veces y pico
lo mismo de los del FAS
y el Juventud Independiente de Opico
Nunca pensé ni puse atención
a la gente que de tu conducta hablaba
yo, ejemplar esposo
solito me las tragaba …
Ninguno de todos mis hijos
se parece en algo a mi
tienen rasgos de tus amigos
pero igual mucho cariño les dí
Incluso a veces en nuestra cama,
cuando un rayo de luz asoma
me parece que somos más
somos más de dos personas
Así que tanto escrúpulo al demonio
esas leves infidelidades se dan a la vuelta de cada esquina
me llevo mis hijos lo de “míos” no determina
van a estar conmigo mejor que contigo
que terminaste siendo …
más … que una gallina.
Y la controversia va más allá del hecho que separadamente, dos inventores hayan presentado independientemente en las oficinas de patentes de los USA, el mismo invento (el teléfono) a la misma hora con distintos husos horarios, abarca toda la rumorología (para que vean que no solo en El Salvador somos adictos al chambre) que acarrea el suceso.
El último post político, antes del silencio electoral, así que miércoles 25 a partir de la medianoche, queda vedado leer este post. (Al fin ! Bendito seas …silencio electoral).
Las rebeliones y disturbios en escenarios deportivos, no son, para nada nuevos, el 13 de enero de 532, en el Hipódromo de Constantinopla, cuando estaba previsto que comenzaran las carreras de carros, miembros de los equipos Azules y los Verdes suplicaron en voz alta al emperador Justiniano, que mostrase misericordia a los dos hombres que la Diosa Fortuna había rescatado de la horca. Uno era azul, otro Verde … Justiniano no era de ninguna facción.