logo

Carmen Tyrell

 

De pronto me dices que me necesitas,

y mis labios no tienen la respuesta ,

pero los latidos del corazón lo dicen todo,

por mi ....

 

 

 

De pronto me dices

“Te necesito”

y mi cuerpo tiembla de deseo

por cada una de tus palabras que

salen de esa boca,

 

 

Si esa boca que provoca

que me pierde, que me aloca,

que trae a mi mente tus besos,

tus caricias con esos labios

que me han perdido miles de veces

más en los silencios que en las realidades

más en mis fantasías que entre tus brazos.

 

 

De pronto con tu estilo propio,

con tu arte de seducción,

me atrapas me rindes y

dentro de mí ,sólo nace

el deseo de ser tuya una vez más

se apoderan estas ganas

que nunca tuvieron un punto final.

Y esto viene de pronto , y

me enciende de nuevo las luces

esas casi apagadas , por los vacíos,

y me voy dando cuenta que el gris

de mis días no es tan gris

porque aún dentro de mis rincones

estas tú, siempre tu

apretado a las ganas de mujer ,

que me enseñaste a sentir.

en tantas entregas , con algo más que placer.

 

 

Nude study 391x500

De pronto me dices te necesito

y el deseo tiene destino de perfeccion,

el sonido de cada letra tiene el tono

de nuestra interminable seducción.

vuelve a decirme te necesito

y te llevo a tocar el cielo en una entrega

de mutua necesidad.

Otros Posts

Si los que estudian Comunicaciones, no se comunican …

comunicacionaaaaSi los alumnos de Comunicaciones no logran comunicarse, qué podemos esperar de los demás? Poco … o peor que poco … nada.

Mi otro yo

otro lado

Con motivo de mi conocida arrogancia, prepotencia, alta estima de mí mismo y presto a acercarme a los cuarenta y cinco años, poseedor de todo el dinero y los recursos que se necesitaban, decidí perpetuarme, darme continuidad inmortal y crear (o sea no crearlo yo, sino que darle a un grupo tecnológico importante y avanzado) la tarea de crear otro yo.

Más rica que una Nucita

nucita

Ernesto la vio de lejos, tomando un café, sola … Ernesto tenía algo de tiempo, y la actitud de ella, sola en el Coffee Cup, denotaba una de dos: o esperaba a alguien, o no esperaba a nadie y ese nadie podía ser él.

© Daniel Rucks 2025