- Mire Don Rú - me dijo aquella señora de incipiente y bella barriguita que dejaba notar un evidente embarazo – usted que escribe de cosas tan diversas y diferentes como los diputados de la Asamblea y los “Titanes en el Ring” …
- Disculpe que la corrija, bella señora, entre la asamblea y los “Titanes..” no hay diferencia alguna, es lo mismo, comedia y payasada … un poco más serios los “Titanes en el Ring”, eso si …
- Tiene razón – se rió – le quería decir, tengo 7 meses de embarazo, usted no podría escribir y criticar a la gente que le da por tocarle la panza a una como lo más normal, así a manera de saludo? Pocas cosas me chocan tanto !!
Y a decir verdad, aquella señora, me dio tema, es cierto … todo el mundo le toca las panzas a las embarazadas como que fuera obligación, sin pedir permiso, es más … sin grado de confianza evidente, simplemente, porque salta a la vista, todos creemos tener derecho y ahí vamos de tocones … las pobres señoras sonríen forzadas, y se preguntan cómo se sentirá su chiquito en esa licuadora de los “samaqueos” ajenos …
Que tiene una barriga en estado de gestación que genera tanto atractivo para el toqueteo ¿ Saque la mano de ahí ! Dejen a las señoras en paz; … y las calvas? Que es eso de acaríciale la calva a cuanto pelón encontremos? Y si no, a las pruebas me remito …
Puede verse en la foto al señor George W. Bush rodeado de soldados estadounidenses, durante una visita a las tropas a las ruinas de lo que alguna vez fue Irak. Uno de los soldados tiene el cráneo rapado … y ahí merito … la mano del entonces Presidente!! Que jodedera por Dios !
Cual es esa obsesión por las redondeces y el toqueteo? Esa obsesión atrajo a Atlas, Colón, al Bosco, sin esa obsesión por las redondeces no existirían los planetas, la rueda, el huevo y – Dios no lo permita jamás – el balón de fútbol !
- Ay! – me dijo una mi amiga, ex novia, alguna vez – es que es tan rico tocarlas ! – y se refería a las calvas …
- Pero escúchame, yo tengo cabellera frondosa – le hice la observación – que calva has estado toqueteando?
De más está decir que ahí se acabó el noviazgo, sin embargo esa misma señorita me decía …
- Yo si hay algo que no soporto, es que con esto de que todo el mundo se quiere sacar una foto con una, lo primero que hacen es meterte la mano en la cadera!!
Y ahí, era evidente una vez más, la pasión por las redondeces …
En lo de los calvos, según pude consultar, no están para nada de acuerdo!! Que es eso del “toque toque” de calvas sin autorización del propietario ? No porque me atraigan redondeces de vecinas, amigas, compañeras de trabajo, las bellas señoras y señoritas que andan en la calle, voy a andar con esa tocadera en plena vía pública !! Hay algunas que tienen unos pechos tan redondos, que dan ganas de cobrar un córner con ellos.
Por no mencionar, otras que son dueñas de un hermoso “derriere”, que los salvadoreños llamamos nalgas, y los españoles groseros denominan “culo” …. Saque la mano de ahí !
“Ceñir un talle o acariciar un seno” – escribía Porfirio Barba Jacob, mientras San Salvador se destruía con el terremoto de junio de 1917.
- Me mata que me toquen el pelo – me decía otra señorita- cualquier hija de vecina, viene, te dice “ay que lindo tu pelo” y te mete la mano, mientras con la otra sostienen una enchilada toda grasosa que se ha estado comiendo …
- La cara – me decía otra amiga – está bien tu familia, tu novio, pero cualquier bestia, con las manos llenas de bacterias te pasa la mano por la mejilla o te pellizca … al carajo con esa gente !
Y bueno, no todas son redondeces en esta vida las que nos llaman …
… una buena cachetada de regreso nos puede caer y el grito:
“Saque la mano de ahí!!”
No debe de haber mayor tristeza que la de ser prisionero de tus propios temores, más aún que de tus propios captores …
No debe de haber mayor tristeza que la de no poder confiar en nadie, y mucho menos en los que están al servicio de prestarte una seguridad … confiable.
Resulta que a la temprana edad de diez años me di cuenta que lo físico no era lo mío… era gordito, usaba lentes, brackets móviles, era pésimo jugando al fútbol y mi papá me peinaba con fleco hacia el costado con vaselina, usaba zapatos ortopédicos y carita de regalón… el combo perfecto del fracaso.
(“Creo en las políticas más que en los hombres y mujeres que hacen política, los políticos somos anécdotas, y el cementerio está lleno de políticos que alguna vez se creyeron su propia anécdota” Martín Redrado. Político argentino).