El burlón, bromista, el “enganchador”, el que goza metiéndole una mentira a “x” hasta que “x” se avive y se de cuenta que eso es imposible y todos se maten de risa … los que ejercen la tomadura de pelo como vocación ….
Es decir, esa especie de seres humanos que existen con una expresión de raro humor. Usualmente, defenestrados por los grupos de trabajo, amigos, los enganchadores son sutilmente sacados de toda actividad grupal, con una leve pero certera patada en el culo !
No recuerdan la enorme cantidad de programas de TV de cámaras escondidas y “Te caché” y bromas a terceros que teníamos en los 90´s ? que pasó? Desaparecieron … las tomaduras de pelo cansan …
- Es que ese chamaco es bien “burlisto” – se oye decir en nuestros cuscatlecos confines, cada vez de vez en cuando – cae mal.
Estos fulanos son también conocidos como “chantas” en Argentina (que deriva de “chanza” que a su vez deriva del “ciancia” en italiano), como “guasa” en países andinos, como “guarangos” en Uruguay, los gitanos introdujeron el término “chunga” en España, y tienen el denominativo de “mamagallos” en Colombia – término por cierto, acuñado por Gabriel García Márquez.
Algunos aseguran que el “mamagallismo” nace en cierta práctica erótica que no viene al caso describir, pero que es fuente de insatisfacciones múltiples. Y otros afirman que la expresión se forjó en el rudo ambiente de las galleras, donde era muy conocida antes de que se volviera popular.
Según estos últimos tratadistas, se llama “mamar gallo” a la práctica consistente en morder las patas del gallo y untarlas con aguardiente a fin de que el escozor aumente la agresividad del gallo en la pelea a realizarse.
Los tomadores de pelo …son graciosos?
Existe la errónea tendencia a confundir al “enganchador” con otras posibilidades emparentadas de humor con el que, sin embargo, no son iguales.
El “burlisto” no es humorista. Aunque su elemento sea el humor, se trata de alguien que lo toma no como un simpático recurso para hacer reír a los demás, sino para tratar de llamar la atención delante del resto, como actitud ante la vida, necesita destacarse en medio de un grupo, su temor al “ninguneo” es patético.
El “guarango” cuenta chistes, abunda en ocurrencias graciosas, payasea, se preocupa porque los demás se rían … Pero a la hora de los penalties, no es la persona que vayan a tomar en cuenta en el trabajo para un ascenso importante, para tomadores de decisiones, para puestos claves en directivas.
… no inspira confianza, cabal, como todos nuestros políticos, el arte del circo atrae espectadores pero no forma estadistas.
El tomador de pelo no conoce las líneas divisorias entre el momento del chiste y el momento de la seriedad. Como la de celebrar sus propias tomaduras de pelo con ruidosas carcajadas o deleitarse con que se los festejen con palmaditas en la espalda.
Aunque con las palmaditas en la espalda, le están diciendo:
“Calmate Luis, esta gente es un poco más solemne …digamos”.
El tomador de pelo dice las cosas más espeluznantes y delirantes sin que se le mueva un pelo. Con la misma circunspección con que el presidente de una próspera compañía anónima lee el balance en la asamblea de accionistas … al principio cae bien, después es radicalmente detestable.
El “burlisto” utiliza el mismo tono impasible insobornable por emociones o ideologías, para referirse al absurdo o a lo lógico. Y no rectifica. Ni pide perdón, ni se enmienda. Antes bien, persiste.
No es el tomador de pelo la clase de personas para señalar una vez terminado el chiste, que se trataba de una broma. Considera que haber aportado una irrealidad más a la vasta gama de las ya existentes no ha de ser cosa tan censurable … y aguanta la broma hasta que alguien más coherente dice …
“Ok, ok lo de Agustín es una broma, no lo tomen en serio … pasemos a cenar”
Y si bien nadie es tan pobre que no pueda regalar una sonrisa, ni tan rico que no la necesite, hay momentos de calmarse …no?
Burlistos, mamagallistas, tomadores de pelo, enganchadores
Esa impunidad distingue fundamentalmente al mamagallista del simple tomapelista, que no se interesa tanto en crear situaciones como en pasar un momento divertido al cabo del cual presentará las excusas correspondientes a su víctima.
El “tomapelista” siempre se vale de una alteración de la realidad mediante efectos artificiales para crear una situación embarazosa la introducción de una mosca de hule en un vaso de agua o de una lombriz plástica en una ensalada, al paso que no se da cuenta que ya la gente …. no lo toma en serio.
… como a nuestra clase política, que no se cansa de tomarnos el pelo.
Pero recuerden … “los burlones serán burlados”,
Decía el gran escritor Oscar Wilde “Un buen amigo, es aquel que te clava la puñalada mirándote a los ojos”, George Orwell, solía apostrofar “Vivimos en el mundo de la mentira universal, por lo cual cualquiera que diga la verdad, se convierte de inmediato en un revolucionario”, para rematar el gran dramaturgo español Jardiel Poncela citaba “La objetividad, es el primer paso a la mala educación”.
Imaginen ustedes que el fútbol hubiera quedado exactamente igual, a como los ingleses, que se apropiaron del juego que practicaban los chinos, mientras construían su ferrocarril, lo reglamentaron en el Freemason´s Tavern el 26 de octubre de 1863 … se darían, hoy día, jugadas … inquietantes !
Por qué no? Quien nos detiene? Quien dice que este día, que todos los pamperos nos vestimos de gloria, la gloria del Firpo de ayer, hoy y siempre … no sea el día en que éste, nuestro Luis Ángel Firpo, no despegue del momento amargo que vivimos?