Después de un día agitado en la universidad, me subí a mi cacharrito de cuatro ruedas sin saber muy bien a donde ir, era muy tarde para seguir en la Universidad, y muy temprano para irme a casa, platicar con mis padres, cenar, ver TV, y dormirme a las 10 00 pm.

Tenía unos dolaritos en el bolsillo del blazer, algo de gasolina, pero ninguna amiga dispuesta, para invitar a dar una vuelta (algo que me sigue caracterizando hasta el día de hoy).

De printo me encontré con el Casino, semi vacío, había parqueo, nunca había entrado, todo nuevo para mí, las luces, la música irritante de las maquinas tragamonedas, gente rara etc…

Como no sabía mucho del tema, me tiré 5 minutos de observación en una ruleta electrónica, de esas que apostas en pantallas táctil, me decidí a invertir el capital que tenía en ese momento, aproximadamente 25 dólares. No era mucho, pero si se sabían invertir podían ser muy generosos, obvio que fui con la mentalidad de perderlos ya que no sabia nada, era mi primera vez!

A mi lado se puso un seco alto, gran conocedor, aparentemente, hablaba de numerología, combinaciones, etc. Me dispuse a observarlo y el fulano sacó de la ruleta electrónica 600 dólares, invirtiendo solo $ 20. 00

Pensé “Guauuuu que crack”, me puse a seguirle las jugadas y a mi parecer la maquina aprovechó que los dos apostábamos lo mismo y empezó a tirarle la lógica de este seco alto por la ventana, él perdió todo, a mi me quedaban 1200 poderosos dólares.

Lo miré con cara de “Era hora de retirarse hermano!”

El seco – se llamaba Diógenes - me dijo que si le daba 20 dólares para apostar lo que sacara iba a ser de los dos, pensé y bueno… perdido por perdido ya fue, por qué no?

 

Él empezó a hacer sus cálculos, e increíblemente empezamos a ganar ! llegamos a casi 10 000 dólares y ahí empezamos a perder … si… era verdad!

-          Vámonos Diógenes – lo convencí, mi ambición no era la de él.

Entré con 25 dolarucos, le di 20 a Diógenes y me iba con casi 4 mil dólares (sumando los $ 1200. 00 primeros).

Intercambiamos números con el seco alto, y me dejó una frase implacable …

-          Mirá chamaco, hoy nos fue bien, pero ojo, el Casino nunca pierde.

En mi cabeza tenía la idea de no volver nunca más, pensaba ya como invertir este pisto, darle 500 dólares a Mamá y lo mismo a Papá, no se, para algo que quisieran hacer …. Cuando la vi … escultural, sexy, divina, se le había metido un tacón en los adoquines y se le había arruinado el zapato.

-          La ayudo señorita?

-          Ay si por favor, tengo mi habitación en el Hotel del Casino, y si bien solo son dos cuadras, no puedo ir descalza … me llevás?

No me pregunten como, pero en dos cuadras me convenció de subir a su habitación, de que algo podía pasar, yo no entendí mucho, pero en mi inocencia adiviné el tonito … y era, como decía Bibi Gaytán “Mucha mujer para mi”.

De entrada, resulta que la habitación no era “su” habitación, era un hotel caro y tuve que pagar 500 dólares, mas 120 por el champán y langostinos que pidió al “room service”.

Cuando empezamos dentro de la parte de calentamiento, “calistenia” digamos y cuando ya estaba yo al borde, con voz de administrdora contable me dijo …

-          1000 si llegamos hasta aquí, 1500 si me desnudo, 2000 si me desnudo y me arrodillo, tres mil si llegamos al tope …

Estaba demasiado embelesado, y no podía parar, hice cuentas mentales, todavía me iban a quedar 1 200 dólares más o menos, y era la oportunidad del “gran debut de mi vida” … me fui con el paquete completo.

El “Gran debut” duró menos de veinte minutos, en la oscuridad se vistió muy hábilmente, me dejó un beso en la mejilla y me susurró … “A ver cuando nos vemos otra vez … nene”.

Hablé a mi casa y me quedé a dormir en el hotel, total ya estaba pagado …

Llegué a casa a la mañana siguiente, abro mi cartera y solo me quedaban … 450 dólares, de mi gran botín, me habían desaparecido $ 800. 00 más … acaso “mi amiga en la oscuridad”?

Le di $ 300. 00 a mis padres, me guardé $ 150. 00 para Universidad y gasolina … pero pudo más el gusano interior.

Hablé con Diógenes y volvimos al Casino, pero esa vez, después de 5 giros de la ruleta veo que perdimos todo… ley de Murphy.

Enojado y angustiado por esta situación de mierda, veo a mi Papá en el Casino, me arrimo a saludarlo, me dijo

— Hola Papá, ¿qué haces acá?

— Lo mismo que vos, vine a probar suerte con el dinero que me diste — me despedí, me fui obviamente mal por lo que había perdido. Pero lo peor estaba por venir…

Cuando llegué a mi casa, después de la Universidad, me encontré a mi Padre tomándose un whisky frente a la TV … y Papá …como te fue?

-          Como la mierda, alcancé a multiplicar los 150 dólares y convertirlos en 1200 dólares …salí contento, me los robaron a punta de pistola una cuadra más adelante …

-          Pero ojo – me había dicho Diógenes - el Casino nunca pierde.