Las heridas del alma, son cicatrices que las actitudes del mundo … van dejando en nuestra sensibilidad, no sé, puede ser que eso le pasara a la niña que pintaba corazones en los muros.
Pintaba corazones rojos, muy rojos, rojos intensos, rojos alucinantes, rojos abstractos, rojos inventados, que lograba mezclando raíces de plantas, sangre de los mataderos, restos de crayolas y acuarelas que recogía de la escuela donde se presentó a estudiar pero no la aceptaron por falta de cupos …
… además, el hecho de no tener una familia que la amparase, que la respaldase, le quitó posibilidades de ingresar, aunque ella quería, buscaba, soñaba, ir a la escuela. Así que se dedicó a diario a pintar corazones en los muros de toda la ciudad …
La gente, en su mayoría era buena, le daban algún plato de comida al verla absorta en su trabajo, la dejaban dormir en sus zaguanes, o en los pasillos si llovía, los temores de la noche eran muchos … los hombres, sumamente violentos.
Un anciano al que llamaba “Abuelo” a pesar de que nunca supo su nombre, indigente también, le enseñó a defenderse, a pesar de su edad, y lo pequeño de su físico, con patadas a los testículos y una botella rota en la mano … la noche que tres fulanos quisieron abusar de ella, los sacó a los tres con heridas que más bien parecían hechas por una fiera … hasta que la ayudaron, nadie, jamás, se animó a atacarla otra vez …
Entonces se dio el caso de la enorme pared blanca, una madrugada, mientras deambulaba, la encontró, impoluta, impecable … como desconocía las diferencias entre público, privado, y todas esas cosas de gente grande …se puso a pintar corazones muy rojos, tranquilamente …
El dueño, cuando vio su muro recién pintado, lleno de corazones rojos hizo que se la llevaran al Correccional de Menores de inmediato, la niña escondió sus materiales … pero en las paredes grises, sucias, oscuras, no resaltaban sus corazones … empezó a languidecer …
Al menos le daban de comer, una porquería, pero lo comía un poquito, nunca hizo amigas en el Correccional, pero alguna de las otras internas, que conocían su historia, lograron pintarle un buen pedazo de pared de blanco, ella sonrió y comenzó a llenarla de corazones …
Pero ya no había espacio, libertad, aire, se fue acabando el pedazo de pared del Correccional, los materiales se acabaron y ya no había permiso para conseguir más y la niña se desmoronó ante sus corazones…
… ahí pasó la noche, nadie la molestó, amaneció muerta, junto al muro …
… con su dedo cortado, cubierto en sangre había escrito, antes de expirar …
“Amar hasta desangrarse …”
La Historia, desmemoriada como está, suele olvidar personajes notables, y a veces también olvida a propósito todo lo que no le conviene.
Recordarán que en la escuela (los que fuimos, no los que “chabelearon” desde el diploma de 6o grado y de ahí no pararon), leíamos aquello de que …
Existe un cuento lindo , de momentos pegados , a un deseo , a una dulce realidad que se acomodó en los rincones de mi piel , que el tiempo marco como tatuajes en recuerdos de arrebatados instantes donde fue un solo beso la llamarada de pasión , que nos hizo sentir más de lo esperado .