Telefonazo matinal, domingo por la mañana, cuando todos duermen, es señal de alarma … y algo grave, seguro !

 

-         Vestite, y meté 3 cosas en una maleta, necesito que salgás para Panamá ! – mi jefe de televisora al teléfono.

-          A Panamá ? Regresa al ring Mano de Piedra ? –pregunté bostezando.

-          Mejor …tengo la “ex­ clu-si-va” del último testigo viviente de la carrera entre la tortuga y la liebre ! – cuando mi jefe saboreaba “exclusiva” de esa manera, jamás se detenía a pensar … y mucho menos a investigar un poco la noticia … no se le podía discutir con argumentos … nada !

-          Y cuál es la prisa jefe ?

-          Que el testigo tiene 109 años, mirá si se muere antes que llegués …

-          Ok, ya salgo …

De todas formas un par de días en Panamá , me venían bien, andábamos a las patadas con mi mujer, y tal vez por 48 horas de ausencia .. me extrañaba …

En el avión con Mamerto, mi camarógrafo, le explicaba que la fábula , acerca de la famosa carrera, fue concebida por Esopo hace no menos de 25 siglos, 2500 años, luego, de basarse en un hecho real, un testigo no tendría 109 años jamás !

Y además como viajaría en el siglo VII AC de Grecia a Panamá ? En fin, viendo las curvas de nuestras azafatas y un azafato que le coqueteaba a Mamerto, se nos fue el viaje, llegamos, “hotel, ducha, trabajo, noche …” – hice mentalmente mi plan.

Qué diablos ! Era en plena selva del Darién, 19 horas de jeep, nos agarró la noche y la pasamos ahí, el motorista roncaba , los zancudos nos destrozaron, con Mamerto quemamos lo que pudimos pero nada … eran “zancudos kamikaze”.

A la 1 de la tarde del lunes, llegamos, bordeando la costa, donde la selva es menos espesa, a la casa de Dolores Alberto Cuestas, conocido como Dolores A. Cuestas, 109 años, por cumplir 110 en julio, acodado en una palma africana, acariciaba un boca colorada.

“Llegan 1 día tarde – regañó de entrada Dolores A. Cuestas.”

-          Esto de atravesarse la selva para llegar hasta aquí ! Viera Don Dolores – le contesté.

-          Ahijuna Jamey Kumney, forastero, y porque no agarraron el avioncito ? El aeropuerto de provincia queda a dos cuadras de aquí .. se tarda 10 minutos desde Tocumen.

Mamerto y yo, nos miramos, miramos al motorista, que fumaba pasivamente su cigarro y ni se inmutó por la observación … muy panameño. “Empecemos a grabar Mamerto” – le susurré …

-          Es cierto que usted presenció la carrera famosa entre la liebre y la tortuga Don Dolores ?

-          A la bachicha forastero ! Y no por eso está usted aquí pues ? No solo fui testigo, yo entrené la tortuga para esa carrera.

-          Que usted (casi se me escapa una risa) entrenó la tortuga ? - pregunté.

-          Ahijuna yamala chyén ! Mire forastero, ve este boca colorada que tengo acá ? Lo estoy entrenando, tiene carrera el domingo contra un venado en Puerto Blanco … vea forastero, aquí hacemos carreras todo el tiempo, de cualquier cosa …qué más podemos hacer ? No tenemos luz, TV, internet o esas huevadas … nuestras mujeres se van tempranito con otros.   Abilioooooooooo! Traeme la bataraza …. No deje de filmar esto sr. Fotógrafo … (le dijo a Mamerto).

Y la verdad, filmamos algo totalmente increíble …

Abilio apareció con una gallina bien lustrosa, con espolones e inquieta, la puso en la línea de salida, una pista con dos andariveles de unos 500 metros, divididos por piedras … pista de tierra (un pez corriendo en tierra?) y desembocaba en la playa.

Dolores A. Cuestas puso su boca colorada en el otro andarivel, largaron!

La gallina agarra punta con todo, mientras el Boca Colorada se retuerce, buscando forma de quedar recto, cuando lo logra, coletea con una fuerza increíble, no corre … vuela, rebalsa a la gallina faltando 15 metros, gana y se mete al mar …

-          Lo de la tortuga no es tan así como lo cuentan – se sienta y prosigue Dolores A. Cuestas – ni es cierto que la liebre flojeara, trozo e´liebre era …me conseguí una tortuga de mar, los quelonios de mar son más cariñosos y fáciles de entrenar … la bauticé “La Voladora” pa` que agarrara auto estima.

-          Y como fue el entreno ? – le pregunté …

-          Duro al principio, pero se fue acostumbrando … dos días antes de la gran carrera, fui a ver la liebre acá nomás en Loma Chata, corrió contra un galgo ruso y lo dejó tirado en el suelo …ganó la liebre ..

Ya Mamerto y yo estábamos alelados, pero filmábamos, no sabíamos si nos mentía o que ? Pero todo era muy vívido …

-          Entré en pánico cumpay ! Entonces vino el Waldemar, que se dedica a transar en su lancha esas cochinadas desde Colombia, y me trajo una jeringa, me dijo “inyectale esto a La Voladora, dos horas antes de la carrera, en la pata, completa”. Se la puse, a los minutos, La Voladora saltaba en su jaula.

“La carrera, era 2 kms en circuito cerrado de 1 km, dos vueltas, estaba llenísimo …cientos de personas, todos apostaban había alcohol y mujeres … mucha gente de lejos …

Al arrancar, la liebre salió de un solo, despavorida, corriendo con una velocidad increíble, la tortuga a saber si por la “pichiganga” esa que le metimos, solo daba vueltas, no hallaba la pista … pero cuando la halló, agarró una guinda impresionante cumpay ! Al cierre del primer kilómetro, la tortuga le venía mordiendo el rabo a la liebre, pa´enojarla …pero naaaa … siguieron así, cabeza a cabeza … todo el resto de la carrera ….

-          Y ganó la tortuga – acoté yo.

-          No mijoy, perdió, por un milímetro de nariz … ganó la liebre ! – dijo Dolores ..

-          Y la fábula …?- preguntó Mamerto.

-          Son inventos … aunque yo gané buen billetito mire, ahí mismo vendí la Voladora, que corrió un par de años más y yo seguí entrenando animalitos ..ya ve curumey huapí !

En el avión de regreso a San Salvador, Mamerto y yo ni cruzamos palabras, para que no creyeran que estábamos locos ….