Éramos una cofradía de pre púberes revoltosos, terror de la escuela, pánico de la colonia, pero en la manera que se era revoltoso con 11 años y en los 70´s o sea, nuestros máximos delitos eran tocar el timbre de una casa y salir corriendo hasta la esquina ..
Éramos el objetivo de culpa y castigo de todos los profesores, aquellos de vieja escuela inglesa, de castigo físico, tenían una antena de radio viejo y barato, y con esa te reventaban los dedos, pobres profes …les pagaban una miseria (igual que hoy) y no les daba para látigos o reglas con filo como los catedráticos ingleses, nos golpeaban con la bendita antena … tuviéramos o no la culpa.
Hasta que llegó el “nuevo”
El nuevo se llamaba Sebastián Valoni, tenía nombre de cantante, pero era chiquito y feo y no cantaba nada … ni una nota, no hablaba con nadie, cara picada de viruela, un misterio …
Un día, el Profe Augusto, ante el inconfundible sonido de una flatulencia en clase de álgebra, se dio media vuelta y se dirigió con una antena a golpear a la “Mugre” Estévez, a quien siempre se le imputaban estos delitos por su poca adicción al jabón (aunque era muy popular por su hermana Matilde, dos años mayor que nosotros y era una belleza).
Nadie entendió bien lo que pasó, en el momento que el profe Augusto levantó la antena para sonárselo, de la nada, salió un pedazo de yeso disparado y pegó en la antena, se la quitó de las manos y en un parpadeo, al darse vuelta, otro pedazo de yeso le pegó en la patilla de los anteojos, se los sacó de la cara y le cayeron en la bolsa de la camisa … un milagro ?
El Profe Augusto se asustó, se retractó y siguió su clase. Quien había tirado los yesos ? El nuevo, Sebastián Valoni …
En el recreo, todos rodeábamos a Valoni, resultó ser un tipo simpatiquísimo, no hablaba porque tenía ya voz ronca, de sapo, por repetir dos grados y eso le daba pena … se convirtió en líder, su talento era natural. Así se formó la “Legión III de Tira-Yesos”, Sebastián nos enseñaba… la idea era que no descubrieran a Sebastián, así que nosotros tirábamos un par de yesos desde otros ángulos para despistar … hasta que Sebastián dejaba ir el proyectil de verdad. Toda una estrategia.
De sus hazañas … cuando el Profesor Valle quiso apantallarnos por la cantidad de dígitos que conocía de π, cuando llevaba 31415926535 8979323846 le dejó ir un yesazo que pegó justo en el punto entre el 3 y el 14 que a Valle se le había olvidado poner. Los profesores, dejaron de castigarnos con antena …
Pero la mejor, cada mañana, 6 45 am, hiciera frío, calor, lluvia, formados en fila, el Padre Luis nos hablaba del santo del día, media hora, bien sentado en sillón de director hablaba tres minutos del santo y 27 minutos de él mismo, como todos los curas …
Una mañana, con mucho frío … a los 5 minutos exactos, Sebastián le desconectó la espiga del micrófono al Padre Luis con un certero tiro de yeso, toda la escuela empezó a respetarnos, los de Bachillerato ya no se metían a bravuconear con la Legión III …
El tiempo pasa, nos vamos volviendo viejos …
Como siempre, los grupos escolares se pierden de vista, después de la graduación de bachilleres, algunos nos seguimos viendo, sobre todo con el “Mugre” Estévez, porque quien se casó con la bellísima Matilde, fui yo … claro, Matilde volvió de la luna de miel con 12 libras de más y jamás hizo nada aparte de ganar peso y comer.
Un día el “Mugre” me dice:
- Vos has oído de este pitcher de Grandes ligas, de USA, el dominicano Stephen Trujillo ?
- El de los Miami Marlins ? Es un genio picheando …
- Has visto una foto de cerca de él? , vení, mirá esta revista …
Inconfundible, chiquito, cara picada de viruela, podía tener otro nombre, otra nacionalidad … pero era Sebastián !
Llegamos tres semanas después, conseguir boletos, viajar a Miami, meternos a zona de foul del Miami Gardens con el “Mugre” …fue una proeza.
Cuando en medio de ovaciones, salió a calentar el brazo, pegamos el grito:
- Sebastián Valoniiiiiiiii !
Nos miró, se acercó despacio primero, aceleró el paso, saltó la barda y nos fundimos en un abrazo …
- Mis Tira-Yesos queridooossss!
Fue todo lo que hablamos, nos sacaron fotos los de prensa que no entendían nada, hizo un juego perfecto, volvimos a El Salvador …
Sebastián nos localizó por redes y mail, nos contó la historia completa, que se fue de mesero en un crucero, se enamoró de una dominicana, se casó, pasó a ser bar tender en un resort de La Romana, donde servía las cervezas en lata desde la barra, tirándolas a quien las pedía sin derramar una gota … jugaba de pitcher con un equipo de los empleados del hotel y en un “draft” en Santo Domingo, se probó y se lo llevaron los gringos …
Lo mercadearon, cambiaron nombres, le dijeron “mejor dominicano que salvadoreño”, que no había “background” en Grandes Ligas … y zas! Un éxito fulminante …
… el mejor Tira-Yesos de la clase !
Con 8 años y toda mi catequesis bien guayabeada, llegaba a mi primera comunión alguien me dijo que cuando llegara la fecha podía pedir a Dios tres dones.*
En las cantinas de los alrededores del Parque Centenario, donde leyendas se cuentan y renuevan, transformándose en mitos, aun se cuenta la historia de Forúnculo Rivas.
En mi infancia y adolescencia, si hablamos de “Brujas de la Noche”, una de dos, o alguien estaba deslizando alguna leyenda urbana o cuento de terror o en su defecto, la ubicación de algún cabaret nuevo en la ciudad …