Hay gente que piensa que es bueno creer que hay alguien que está peor que uno, digo para consolarse ...
Es una especie de envidia al revés, una autoestima bien jodida, lo que significa que no puede ser pecado.
La mayoría de la gente amargada se la pasa viendo a los que están mejor: por eso se amargan. Y después están los tontos felices, que se chupan el dedo mientras piensan en los pobrecitos que solamente tienen muñones
Yo no soy muy afecto a la envidia. Los pecados capitales que más me persiguen son la lujuria, la seg nda es también la lujuria y la pereza (no consegior nada con tanta lujuria cansa), en ese orden.
Los demás no.
Y como no soy envidioso (ni un poquito) jamás he deseado convertirme en otro, como le ocurre a mucha gente. Nunca he dicho, por ejemplo:
—Ah, cómo me gustaría a mí ser aquel tipo alto que va de paseo con aquella morena mientras le da besos y la acaricia.
No; a mí en general me ocurre al revés. Yo quiero ser alguien peor que yo mismo.
Yo escogería ser una piedra, una rata, un hombre cualquiera a punto de morir, un político, un joven ciego, un pedazo de mierda que ha cagado un caballo en medio de un desfile, un paquete de arroz vacío, un jarrón agujereado o, quizá, un disidente frente a un pelotón.
Si yo pudiera ser un día entero algo así de horroroso, algo o alguien al borde del abismo, posiblemente pasaría esas veinticuatro horas envidiándome a mí mismo, al que soy ahora, y regresaría a mi yo antiguo como quien regresa a un baño de agua caliente después de la guerra.
Si pudiera usar la metamorfosis no subiría a los cielos: bajaría a lo más profundo del infierno, me quemaría un rato largo, y volvería al hospital renovado y feliz.
A veces me toca cuidar a Febo, que es un joven enfermo (acoto que soy estudiante de medicina en año de práctica) que no habla, que no tiene entendimiento, y me gustaría ser él un día entero.
Me gustaría ser Febo, por 24 horas ...
Si ahora mismo llegase un mago, o un hada, y me dijese:
— Tomás, puedo hacer que seas otra persona durante veinticuatro horas, tú escoge quién quieres ser, y yo lo hago realidad.
Si eso pasara, yo no escogería a Brad Pitt, ni , ni Lámin Jamal, futbolista de moda, ni a ninguno que tuviese una vida maravillosa.
Quisiera ser Febo ...
Entonces pasaría 24 horas en el Hospital, atendido por personal de Salud negligente pero ojo ... descubrirá el interior de Febo ... lo que nadie puede ver ...
La mente de Febo vive en una isla maravillosa, donde te sirven sopa de tiburón, cometido y el escualo incluido!
Los peces vuelan, hay jirafas que cantan y sonrien ... los dinosaurios felives sobreviven en sus propios cubos de hielo !!
Eso aprendí en 24 horas de ser Febo, o sea, el que está peor soy yo ...
Si tú, lector, lectora,que estás triste por nada, estuvieras un día entero aquí encerrado siendo yo, regresarías mañana a tu vida y verías que es luminosa y fácil.
Te presto mi cuerpo, mis zapatos y mi rutina todo un fin de semana.
Ya vas a ver cómo el lunes vuelves a casa con ganas de ser feliz.