Entramos con mi hija a la sala de cine, el olor a palomitas de maíz inundaba el ambiente, afiches de las últimas películas adornaban los pasillos, en los estantes se mostraban golosinas, bebidas para el gusto de los comensales, nos acercamos a la ventanilla para comprar los boletos y desde ahí surgió la primera decisión que tenía que tomar, el empleado me preguntó:
-¿Cuántos boletos?-
-Dos-le respondí.
-En 2D o en 3D-me dijo el empleado del cine.
-¿Cómo así?-le respondí-algo asombrado.
El empleado comenzaba a explicarme lo de las películas en 2D y 3D, cuando mi hija respondió rápidamente diciendo:
-En 3D-.
-Bueno entonces dos boletos para la película en 3D-le dije al empleado.
Nos dirigimos a la sala que habían asignado, otra empleada proporciono unos lentes y dijo: “los entregan a la salida”; nos sentamos en unas butacas de las líneas de en medio del cine, una música impregnada el ambiente, algo molesta para mis oídos, pero a mi hija le encantaba, de presto apagaron las luces y en la pantalla del cine empezó a mostrar unos avances de próximas películas, en pocos minutos parecía que la película empezaría, una imagen de un felino con melena dentro un circulo salió en la pantalla, este emitió un rugido que se oyó por toda la sala de cine, mi hija estaba muy entusiasmada, comía sus palomitas de maíz y daba unos sorbos a la gaseosa, me observo y me dijo:
-Ya veras, la película te va a encantar-.
Recuerdo que empezaron a salir unas muñecos y figuras casi reales, observaba que se acercaban y alejaban de mí, la sensación fue de asombro y algo molesta (debió haber sido porque usos lentes y mi miopía junto con el astigmatismo que padezco lo provocaba), me quede perplejo por lo que observaba, estaba sentado y una persona de la tercera edad, tenía el pelo con muchas canas, un bastón estaba a su lado, se reía mucho al ver las imágenes que proyectaba la pantalla de cine, se dio vuelta y me dijo:
-¿Cómo es lo bidimensional verdad?-
-No le entiendo-le dije
-Si, lo bidimensional es aquello que tiene dos dimensiones: largo y ancho, que no tiene profundidad, por ejemplo los planos son bidimensionales, algunos cuerpos geométricos son bidimensionales-
-Pero esta película es en 3D-le dije
-Aparentemente así lo es, pero depende de la sensación o la forma como vemos o nos vemos a nosotros mismos, sabía usted que el cerebro tiene dos lados, ahora le pregunto ¿Cuál lado quiere ver: el positivo o negativo?-.
-Es obvio, el positivo-le respondí.
-Debería de escarbar en lo más profundo de su ser, ¿tiene usted profundidad?, sabe que los humanos tenemos la habilidad para hacer ver nuestros errores o lo de los otros, podemos hacer ver la negatividad que hay en otros, las buenas y malas acciones de cada uno de nosotros se encuentran en lo más profundo de nuestro ser, parece que percibe usted el mundo solo en dos dimensiones-.
-No le entiendo lo que me quiere decir-le insistí.
-Únicamente vemos dos lados, así como la luna tiene dos lados uno iluminado y otro lado oscuro, es ese lado oscuro el que percibimos con nuestras mentes o es únicamente el que queremos ver de los demás-me dijo.
-Pero le insisto, que no es esto una película en 3D-le recalqué.
-Ahora que están de moda las películas en tercera dimensión podemos observar los tres lados y el que nunca ocupamos la profundidad, es la profundidad lo que nos hace ver completamente las imágenes con mucho mas realismo, con más movimiento, parece que al verlas están al alcance de la mano, definitivamente la profundidad hace que la imágenes en tercera dimensión sean más reales-dijo.
-En eso tiene razón, lo puedo observar-le dije.
-Casi siempre vemos el lado que nos conviene, el que nos será de mayor utilidad para nosotros, desechamos el lado negativo de la personas a nuestra conveniencia, tenemos esos dos lados que utilizamos como disfraces, un día el lado bueno, otro día el lado malo, y cuando menos lo tenemos pensado utilizamos los dos para sacar provecho de las relaciones con los otros o para hacer ver nuestra inteligencia y astucia del lado que más me conviene, no cabe duda, somos bidimensionales, tenemos dos lados en el cerebro, dos ojos, dos piernas, dos brazos, dos manos, dos orificios en la nariz, suerte que no tenemos dos bocas, suficiente con una para decir los rasgos más inverisímiles y más negativos de lado oscuro de la personas, somos unos cuerpos y personas bidimensionales, únicamente tenemos largo y ancho, o mejor dicho alto y ancho, la bidimensionalidad la llevamos dentro cada día nosotros los que vemos el lado oscuro de las personas-.
-No lo sé pero siento que me está criticando o regañando-le dije.
-Sabe, deberíamos de empezar a ser cuerpos y personas tridimensionales, empecemos por tener primero la profundidad, luego el ancho y por último el largo, tres dimensiones a las cuales podemos sacarle provecho, empecemos por la profundidad de nuestras actos y empezaremos a ser personas tridimensionales para bien-me dijo.
Me despierto de presto, mi hija me está tocando el hombro, me avisa que la película ya ha terminado, nos levantamos de las butacas y nos dirigimos hacia la salida, veo a mi hija muy contenta, caminamos por el pasillo, no me había percatado que todavía tenía puestos los lentes que nos entregaron en la entrada, una persona con camisa roja, pantalón negro, tiene una gorra con un emblema del cine, me pide los anteojos y me pregunta:
-¿Le gusto la película en 3D?-.
Le respondí: “creo que la película era en 2D, solo vi dos lados, quizás los lentes no funcionaban”.
Si me van a acusar de loco, derechito al manicero mejor ! Nunca he sido persona de ir al psiquiatra. A la fecha, había logrado el precario equilibrio de mi cerebro con lo que tengo a mano: en una época cambiaba de novia semanalmente como James Bond; en otra, tomaba una que otra anfetamina, como Funes, y quedé incapaz de amarrarme los zapatos; en una, no muy lejana, abusaba de los Doritos, como doña Milagro Navas.
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