Es absolutamente mentira lo que los rusos pregonaron acerca de tener en sus manos el cráneo de Hitler, del cual se apoderaron tras el suicidio del Fuhrer en su Bunker en 1945, es falso…
Hitler está bien y vive en Usulután, específicamente en Berlín
y se dedica a criar y cuidar gallinas…
El cráneo que hallaron los rusos, es el de Sonochrek, el fiel chofer de Hitler que recibió la orden de suicidarse y su cuerpo fue el que se quemó para hacer creer al mundo que era el de Adolf…
Adolf y su esposa Eva Braun (que no era tan solo su amante, se casó con ella el día antes de su supuesta muerte) lograron huir antes que los rusos invadieran Berlín, atravesaron Australia, Italia, se embarcaron en el Mediterráneo, y haciéndose pasar por el Sr. Y la Sra. Cruz Vasquez desembarcaron en Puerto Castilla en Honduras, de donde, tras largo peregrinaje, vinieron a para a Berlín, Usulután
(Ciudad que Adolf eligió por el nombre, aunque él en realidad detestaba Berlín y prefería Munich.)
Asi que mientras el mundo se deshacía en fiestas y jolgorio por la caída del Tercer Reich, y los rusos y americanos se daban la mano en lo que quedaba de Berlín, Hitler (disfrazado de Sr. Cruz Vásquez) adquirió una pequeña champita en las afueras de Berlín, y compró tres gallinas ponedoras, se cortó el bigotito para que no lo reconocieran y Eva Braun aprendió a echar tortillas…
Atrás quedaron el holocausto judío, las ganas de conquistar Europa, la invasión a Rusia y Polonia y demás, los Cruz Vasquez aprendieron español y Adolf se olvidó se sus fobias de exterminar gente y hacer prevalecer la raza aria.
Eva Braun falleció atropellada por un camión de verduras, en 1964 y el tal Adolf se quedó con su gallinas, y con sus remordimientos… en sus momentos de sueño, lo visitan los fantasmas de toda la gente que murió bajo sus ordenes los que sucumbieron después del incendio del Reichstag, los que cayeron en la purga de sus camisas pardas, judíos, rusos, franceses, en fin.
Acaba de cumplir ciento quince años y quien lo ve, solo vislumbra un campesino de baja estatura, con cara de gringo, que se dedica a criar gallinas…
Pero él aún recuerda quien es y todo lo que hizo, y todas las noches al dormir en su humilde hamaca, se acuesta debajo de la única porción de techo de teja de su champa… porque sabe que Dios nunca olvida y en cualquier momento le va a caer un buen y certero ladrillazo del cielo…
Es triste, doloroso, cruel y anti económico … hasta ahora pensaba que la peor frase que te puede decir una mujer podía decir es: "Tenemos que hablar...".
En medio del caos de la Guerra Fría y la irrupción de la minifalda, durante julio de 1966, se jugaba en Inglaterra la confusa, polémica y muy pero muy manoseada 8º edición de la Copa Mundial FIFA.
En la sala de espera del oculista, Gutiérrez comenzaba a desesperarse, era natural en él, el mundo le parecía cada vez más inverosímil y menos tolerable, desde que le habían detectado esa terrible miopía que le socavaba todo contacto con el mundo exterior.