Llegó al instituto de medicina legal de la ciudad, era el nuevo que habían contratado para realizar las autopsias a todos los cadáveres que ingresaban a la morgue, vestía su uniforme: camisa, pantalón y gorra celeste, tenía también unos zapatos de tela del mismo color, estaba entusiasmado por ser el nuevo y realizar las autopsias.
Notó que habían dos cadáveres, estaban cubiertos por unas sábanas blancas, en el dedo pulgar del pie derecho de cada uno de ellos estaba una etiqueta que decía “causa de muerte: desconocida”.
Descubrió a uno de los cadáveres vio la etiqueta y dijo: “empezaré por este”, tomó sus implementos para realizar la autopsia, llamó a la persona que le ayudaría a realizarla, afianzó el escalpelo con la mano derecha e hizo una incisión en el cadáver, había hecho una línea recta desde el pecho a la zona donde está el estómago, empezaron analizando los órganos internos, tomaron nota de los mismos e hicieron el procedimiento habitual, tomar muestras, pesarlos y escribir todo en una bitácora, ambos notaron algo inusual en el cadáver, del lado izquierdo de la zona del pecho, este no tenía el vital órgano que sirve para bombear la sangre, el corazón le había desaparecido, él introdujo su mano dentro del cadáver para palpar y sentir si este no estaba escondido, el ayudante le dijo:
-A veces unos lo tienen del otro lado-
Hizo otra incisión, solo que esta vez en la zona del pecho y para sorpresa de ellos había un órgano muy pequeño, casi no se notaba, pero tenía la forma de un corazón, él lo vio y dijo:
-Creo que este es-
-¿Y porque lo tiene tan pequeño?-pregunto el ayudante.
-Eso es lo que vamos a averiguar-le dijo el médico forense.
Indagaron en los archivos del instituto de medicina legal, fueron al hospital y en estos únicamente mostraban que había sido ingresado por un dolor en el pecho, se le había recetado medicamentos para el dolor y que repentinamente había fallecido, por eso el motivo de la autopsia, se mostraron sorprendidos del descubrimiento hecho, cerraron el cadáver y el médico forense le dijo:
-Pongámoslo como una anomalía medica-
Realizaron la autopsia al otro cadáver hicieron el mismo procedimiento que el anterior, para sorpresa de ellos a éste le faltaba ese órgano, el corazón no lo hallaron por ninguna parte del cuerpo, “dos con la misma situación”-dijo el médico forense-cerraron el cadáver y lo pusieron justo a la par del otro que tenía el corazón muy pequeño, quedaron juntos en el cuarto refrigerado que conservaba los cadáveres.
En el transcurso de los días nadie reclamaba a los dos cuerpos, parecía como si nadie les importaba, habían quedado solos y desahuciados en la morgue, un día gris y lluvioso, un señor se acercaba la morgue, se protegía de la lluvia con un paraguas negro el cual cubría la parte de arriba de éste, el pantalón negro de casimir y los zapatos de cuero negro la lluvia había desvanecido su brillo, era ya casi las cuatro de la tarde cuando se apersono donde el ayudante del médico forense y le dijo:
-¿Qué deseaba?-
-Quisiera saber si acá se encuentra un pariente mío que desapareció ya varios días atrás-dijo el señor
-Tenemos dos personas desconocidas acá en la morgue, se las mostraremos y a lo mejor esperemos que sea su pariente-le dijo el medio forense.
El ayudante sacó a los dos cuerpos del cuarto refrigerado, los puso uno un lado de otro, el señor que buscaba a su pariente se acercó también, el ayudante del médico forense quitó la sabana de uno de ellos y el señor dijo:
-No, no es mi pariente-
-Bueno lo siento-le dijo el médico forense.
Cuando el ayudante estaba por tapar el cuerpo del desconocido, el señor le dijo:
-¡Espere!, esa persona creo que es una que vivía solo en la montaña, vivía como ermitaño en el bosque, solitario, no hablaba con nadie y no le dirigía la palabra a nadie, vivía en su mundo muy apartado de todos los demás-.
-¿No sabe si tiene parientes o alguien a quien localizar?-le dijo el médico forense.
-Que yo sepa no, pero que triste ha de ser morir solo y sin nadie que le ayude, la soledad mata, ¿no creen?-les dijo el señor.
El ayudante tapo el cuerpo con la sábana blanca, lo introdujo en el cuarto refrigerado, regreso y quitó la sábana blanca del otro cuerpo, todos se quedaron en silencio por un par de minutos, el médico forense quebró el silencio y le pregunto al señor:
-¿Es su pariente?-
-No tampoco es este, que lastima no haber encontrado a mi pariente-les dijo-pero esperen esa cara se me hace conocida-.
-¿Lo conoce?-le dijo el médico forense.
-Un momento, es la persona que vivía en la casa aislada en las afueras de la ciudad, dicen o mejor dicho cuentan que lo dejó la esposa con todos sus hijos, enfermó después de eso, un padecimiento muy extraño le embargó todo el cuerpo, su estado se deterioró tanto que se puso grave, encontraron su cuerpo postrado en la cama-.
-¿Padecía de alguna enfermedad?-le pregunto el médico forense.
-Eso no lo sé con certeza pero imagínese estar solo y que nadie te visite, lo abandono su esposa e hijos, ningún amigo o pariente cercano lo vino a ver cuando estaba enfermo, no cabe duda, el abandono y el estar solo, tuvo algo que ver-dijo el señor.
El señor se retiró de la morgue un poco triste por no haber encontrado a su pariente, el médico forense con su ayudante estaban por cerrar la morgue, ordenaban los documentos y papeles de las autopsias hechas, el ayudante notó los expedientes de los cuerpos que nadie había reclamado, le dijo el médico forense:
-¿Qué hacemos con estos expedientes?-.
-Hay que guardarlos y tenerlos a la mano por si algún pariente aparece-le dijo.
-El señor dijo que ambos habían muerto solos y abandonados, ¿será por eso que uno tiene el corazón pequeño y el otro no lo tiene?-le dijo el ayudante.
-¡Por favor!-exclamo el médico forense.
-Podemos poner en el expediente que uno murió de melancolía y el otro de desamor-
-¡No invente cosas!, guarde esos expedientes-le dijo el médico forense a su ayudante.
El medio forense salió de la morgue, estaba en la entrada de la misma esperando a que su esposa junto con su hija lo pasaran a recoger, observo su reloj de puño (ya se tardaron veinte minutos) pensó en su mente, “se han tardado más de lo normal”- dijo- en voz alta, a lo lejos observó un vehículo que se acercaba, se detuvo justo frente a él, se subió al mismo, saludo a su esposa e hija, le pregunto:
-¿Por qué se tardaron en llegar?-.
-Pasamos al hospital a ver un pariente de mi hermana, al parecer tuvo un ataque al corazón y lo van a operar, esperemos que todo salga bien-le dijo.
-Esperemos que así sea-respondió él.
Iniciaron su marcha por la carretera, todos iban muy callados, él estaba muy pensativo miró a su esposa e hija, éstas le respondieron con una sonrisa, miró por la ventana del auto y el cielo estaba un poco gris, unas gotas de lluvia salpicaban la ventana derecha del auto; las volvió a ver y les dijo:
-La quiero a ambas, ya lo saben, ¿verdad?-.
-¡Pero que dices!-respondió la esposa-claro que lo sabemos, nosotras también te queremos mucho, ¿por qué lo preguntas?-.
-Solo quería estar seguro de que me quieren, es una buena señal que no tengo el corazón pequeño o que no tengo corazón-les dijo.
-¡Tú y tus ocurrencias!-le respondió la esposa.
El auto se alejó por la carretera desapareciendo por el horizonte, el cielo gris y unas nubes oscuras dejaban caer una gotas de lluvia un poco intensa, era una de esas tardes en las cuales prefieres estar solo para reflexionar…
Buenos días Don Benito, lo vengo a visitar … no se asuste, me recuerda verdad ? Se acuerda de mí? Cómo? Bueno mi aspecto no es el mejor, dada mi condición, mi cara le resulta difusa … tantos hombres sin nombre.
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Sabés por qué ? – lo encaró Amalia – sabés porque no vamos a hacer el amor ? Porque no me ayudaste a lavar los platos … y me lo prometiste.
El principal obstáculo a vencer, para nosotros salvadoreños, si queremos realmente solucionar los problemas del país, es tan solo uno: la total falta de identidad.