Resulta que un funcionario de Gobierno, específicamente del Minisiterio de Infraestructura, se dio cuenta que al momento de presentar planos, algunos constructores, algunos nada más, muy pocos … no llevaban la cantidad de juegos de copias heliográficas solicitadas, por lo cual se iban, y tenían que regresar a presentar trámites.
Rápido y sagaz (característica poco frecuente en nuestros funcionarios), y viendo que su hijo mayor, dentista, no conseguía trabajo en su ramo, fundó raudo y solícito una Oficina Gubernamental para la Procura de Copias Heliográficas (OPROCHE, porque todo se maneja en siglas), de la cual, obviamente, su hijo dentista sin bocas que reparar, se convirtió en jefe.
Pero como buen jefe, y buen dentista, no tenía la más mínima de lo que era una copia heliográfica, además, si era jefe, necesitaba subordinados, le contrataron dos, un muy entrado en edad señor que manejaba copias, y un abogado, muy metido en la estructura del partido que acababa de salir de la cárcel por violación de una menor.
De más está decir, que solo trabajaba el viejito. Los otros dos jugaban ajedrez, damas chinas, y chateaban en sus PCs o móviles (a veces entre ellos, de escritorio a escritorio, porque la jornada era larga … casi seis horas !) y se turnaban para regañar al viejito.
Fue entonces, que se cambió la norma internacional, y las copias de los planos debían tener dos cuartas más de largo que las anteriores, por lo que hubo que comprar una máquina nueva, en una licitación que naturalmente, ganó el hermano del abogado violador.
Para instalarla, se formó una comisión, integrada por siete candidatos a diputados del partido oficial que no habían logrado ganar, así que estaban desempleados, hicieron un estudio de factibilidad, que redactó de “pe” a “pa” el viejito, mientras los siete con el jefe y el abogado se iban de putas.
La oficina, ya tenía diez empleados, aunque solo uno trabajara, por lo que hubo que ampliar las instalaciones, se entregó la obra a una constructora fantasma creada por la hermana del jefe (o sea el dentista) que contrató a su vez, cinco amigas, que eran parte del sector femenino del partido, que estaban sin chamba.
De más está decir, que los planos, los hizo por deducción el viejito, que de tanto sacar copias heliográficas, algo se le había pegado y entre copia y copia dirigió la obra y hasta fue maestro de obras cuando algún albañil inútil no lograba pegar una hilada de ladrillos.
Aun así recibió tres memorandums de regaño, con copia al Ministro, de parte del jefe Dentista, del Abogado violador, y la constructora fantasma de la hermana del jefe, por retrasos en la obra, cuyos costos extras se descontaron, como es lógico, del salario del viejito.
Llegó un momento que la salud del viejito empezó a mermar, es lógico, él hacía todo, mientras los otros dieciséis integrantes de OPROCHE se rascaban los genitales, por lo que se determinó construir y contratar una enfermería con doctor (ex funcionario del Ministerio de Salud, removido por un caso de corrupción muy sonado) y una enfermera, ex cabaretera, dama del viceministro para cuidarlo.
Demás está decir, que la clínica, equipada de lujo con fondos donados por Taiwán, jamás funcionó como tal, sino que se convirtió en sala de orgías oficial, donde los jefes llevaban sus queridas, las “respetables damas” de la constructora llevaban a sus marinovios, y todos buscaban aplicabar inyección a la enfermera.
Cuando el viejito murió en horas laborales, después de su segundo infarto al miocardio, se hizo evidente que había que restructurar la oficina.
Así que todos los miembros directivos, dieciocho en total sin ningún empleado operativo, se reunieron para definir el perfil del nuevo copiador a contratar.
Definieron en el perfil, después de siete meses de trabajo, que debía ser más joven que el anterior, para que no fuera tan flojo en sus labores.
'No, no sé ... yo creo que no, fue afuera, sí afuera ... no, lógicamente no terminé dentro tuyo, o ... al menos no me acuerdo, pero .. bue ! Me acordaría, estas cosas no pasan así nomás ...
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