Cuando Tía Carmela anunció, con dos meses de anticipación su cumpleaños número 50, dejó bien clara una condición:
- Quiero regalos de máxima originalidad, no caros, creativos, extravagantes, fuera de onda …
Así desfilaron en esa fiesta, tres boletos para la rifa de in burro realizado en San Sebastián Salitrillo en 1964, un par de guantes de ordeñador de búfalas, el único ejemplar del poemario de Alfredo Espino traducido al yiddish, la caja de dientes de la bisabuela de mi primo Ramiro … hasta que llegamos con nuestro regalo, mi primo Lucho y yo ….
Habíamos andado buscando, hasta que fuimos a dar adonde una costurera a cuya hija Lucho le tiraba los tejos y ella le coqueteaba de lejos, y volviendo Lucho de su “chaca chaca” con la costurerita en un cuarto del fondo me dijo:
- Vos sabés primo, que ahí hay un vestido grande, enorme, de novia, que parece que no vinieron a recoger, y veo que le queda como cabal a la Tía Carmela …
- Un vestido de novia?
- Blanco, precioso, grandote, impecable, se ve que la que se iba a casar pagó el anticipo y nunca lo llegó a reclamar, nos lo dan por veinte dólares ….es original !
Fue el regalo que venció a todos, Tía Carmela lo recibió a carcajadas, pero noté que se emocionaba más de lo habitual … había algo en esa prenda.
- Que se lo pruebe! Que se lo pruebe! – comenzó el coro de tías viejas.
Después de varios tragos, el Tío Formoso, esposo de Carmela desde hace 28 años, casados por lo civil nada más, la convenció y la Tía se lo puso, espectacular !
A los 10 minutos se lo había quitado y seguía el jolgorio en paz …
Unos días después, el Tío Formoso, que daba clases de Historia y Geografía en el Instituto, pasó por mi casa y me dijo:
- Estoy preocupado por ese regalo del vestido de novia, la otra tarde, llegué a casa temprano, no me vio, la encontré maquillada, con el vestido puesto, viéndose al espejo … y a los minutos llorando en la mesa de la cocina …
- Tío, es la indirecta … propóngale casamiento por la Iglesia, ya tiene el vestido!! – le dije yo.
La Tía Carmela lo sacó a los golpes de su casa, “viejo loco, como se te ocurre que nos casemos por la Iglesia? Si ya tenemos un hijo médico y una hija a medio camino de graduarse de derecho? Que querés ¿Vestirlos de pajecitos también ? Quien crees que soy yo, una de esas señoras cincuentonas que se aferran a su adolescencia?
Mi Tía Carmela había sido de aquellas rebeldes, feministas, líderes de movimientos estudiantiles … y Formoso entendió que había metido la pata.
Pero no desapareció el encanto por el vestido, Carmela se lo ponía cuando estaba a solas y lloraba … fue abandonando al Tío Formoso, medio deschavetada, parecía enloquecer …
Un año después, Formoso estaba enamorado de una de sus alumnas, de 19 años, y con suma cautela le fue a pedir el divorcio a Tía Carmela … la señorita en cuestión, era muy religiosa y solo aceptaba casarse con el Tío Formoso cuando éste se hubiera divorciado “Como Dios manda” (hubo que explicarle que Dios mandaba casarse, no divorciarse …).
- Como no – le dijo Tía Carmela – no hay problema, nos divorciamos y te casas con esta muchachita …con una condición! - Dijo Tía Carmela.
- Cual? – preguntó Formoso.
- Que la señorita se case con el vestido de novia que me regalaron en mi cumpleaños, lo tengo atravesado como un fantasma, llevo meses sufriendo, no por mi, sino por el traje … no hay nada peor, más triste, que un traje de novia sin novia.
La familia de la novia dijo que “de ninguna manera, era una falta de decoro”, así que el Tío Formoso sin divorcio, se cambió de pueblo y vive en concubinato “a hurtadillas” con la señorita.
Al momento de escribir esto, Tía Carmela, tiene casi convencida a mi prima Natalia – su hija, la casi abogado – que se tiene que casar pronto, para que use el traje y no la mate la tristeza ….
Los dos fantasmas, se encontraron en la esquina del castillo abandonado, de repente y sin previo aviso, ambos estaban convencidos de que habitaban solos y eran los únicos fantasmas de ese castillo medieval en ruinas, por lo cual, cada uno asustó al otro…
Resulta que después de que los franceses abandonaron la construcción del Canal de Panamá, espantados por los mosquitos, la lluvia, la malaria y el pantano, los USA en 1901, toman la construcción …