Dormime sopa de pitos
dame paja Barajas …
vendeme alharaca “chupuste” de caca
tramate un amaño … cerebro de chupacaños
El lameculos, siempre triunfa, su decidida vocación de succionador de gónadas, siempre le da el triunfo …. Por corto plazo, por corto tiempo, lo suficiente para darnos cuenta que estamos ante un chupamedias más … pero gozan de un cómodo y breve reinado.
Pululan o más bien caminan con sigilo -aunque crean la ilusión de que se arrastran, reptiles infectos- en oficinas, empresas, comercios e industrias y se reproducen con facilidad notable en la burocracia y hallan su campo de acción más propicio en la política. Casi todos los conocemos y a muchos los tratamos a diario.
Son los lameculos, altos en la cresta de los chupamedias, que trajinan su vida laboral convencidos de que cuanto más halaguen y se rebajen ante sus jefes, más alto escalarán el escalafón de los beneficios varios.
Su arma más eficaz es la exageración, la invención del rumor, el chambre, denigrar compañeros de trabajo a sus espaldas, clavar puñaladas, y eso si mantener bien lubricado el esfínter del jefe a golpe de lengua, que para que haya corrupción, se necesita un corruptor y un jefe lo suficientemente ingenuo que se deje engatuzar.
Y no me importa que resulte esta frase disparatada o grotesca; interesa que es verdad, y que produzca el efecto deseado: derrotar a los lameculos para que todos trabajemos en paz y las prestaciones y beneficios sean producto de méritos y no de las “palmadas en la espalda” de un reptil.
Que para el “arrastrado” no sólo lo es en jerarquía laboral sino que se interna en lo personal. "No te pedían tanto", comentan sus compañeros cuando lo ven desplegarse para adivinar el deseo de su jefe antes de que se active. Y convengamos que los chupamedias hallan sin demasiadas dificultades a los destinatarios de sus halagos. Quizá porque toda cuota de poder, con su adrenalina de arbitrariedad, traiga como bonus track un poco de lambizconería, los que la detentan no suelen sospechar de las grandes pajas que les dedican por extravagantes que sean.
Más aun, para muchos -porque el poder muchas veces corrompe pero antes idiotiza- es pura música esa resma de insensateces que el “lamegónadas” le entona.
El lameculos no temerá chapotear en el ridículo pero no es tan pasmado. Si se sigue atragantando con medias y tirándose en palomita alabando dotes que su destinatario ni siquiera intuía poseer es porque le resulta rentable $$$$ y no en pocas ocasiones, en crudo y vil metal.
La adulación suele ser una droga casi indispensable para quien ejerce algún poder. Así, el poderoso interpretará toda crítica -por constructiva que sea- como un ataque personal y premiará al chupamedias, confundiendo bajeza en estado puro con fidelidad. Es allí donde se equivocará y feo.
Porque para este género de limpiadores de zapatos ajenos a pura lengua, el poder carece de apellidos; es una función transferible. Por lo cual correrá a arrodillarse ante cualquiera que la ocupe olvidando con piloto automático a su predecesor. El espectáculo de la política no hace más que sumarle obscenidad a esta tradicional y tan activa práctica.
Tenés un espécimen de estos trabajando con vos? Imprimete este post y ponelo en el tablero de notificaciones … todos se reirán por lo bajo, el imputado es el que va a arrancarlo, el adulado es el último en enterarse.
Así que dormime sopa de pitos
dame paja barajas …
planeate un garabato … pestilencia de gato
hacé rolar un rumor y armá alboroto … aliento de escroto
hacele un favor a la humanidad, prendete fuego …
Acetileno !
Imaginarán ustedes nuestro país, nuestras bisoñas ciudades en la década de los 20´s ? Cero TV, internet, palomas mensajeras ….algunas
Vamos a escribir hoy sobre los servicios sanitarios … que tontería me va a decir usted, pero ojo, teniendo en cuenta que pasamos en el susodicho recinto más tiempo de nuestra vida que comiendo o trabajando (si no me lo creen pregúntenle a un diputado, pregunten… ya van a ver) … no necesariamente porque excreten mucho sino porque trabajan poco.
Se habrán fijado que por muy “pat e´chucho” que seamos, hay días que uno no quiere nada más que quedarse en casa a dormir o descansar o ver TV o Netflix o whatever …