Últimamente, la exhibición en film de un nuevo “remake” de “The greatest show on earth”, el 2017, con la historia de PT Barnum, y sus famosos “show de variedades” caracterizados por la muestra – bastante cruel y despiadada – de fenómenos genéticos como atractivos … revivió el tema.
El tema, hemos de ser sinceros, es bastante grotesco, pero hay que enmarcarlo en una época, donde nuestra humanidad atravesaba la transición de la barbarie a la “civilización” (si es que acaso podemos considerarnos civilizados a estas alturas), de la supervivencia de 4 de cada diez niños neo natos, por las faltas reiteradas de procesos de sanidad y afines.
Pero sobre todo del hambre, de la desigualdad social extrema.
Inicios Siglo XVIII
La mujer elefante está desnuda. Ha tomado asiento sobre un banco recubierto por una alfombra. El fondo es oscuro. Así lo quiere el fotógrafo. Es monstruosa del pecho para abajo. La panza en forma de globo, la pierna izquierda erosionada por quién sabe qué enfermedad. Y la pierna derecha, la que la hizo famosa en los circos y atractiva para los fotógrafos, aparece en primer plano.
Es una pierna tan pesada como el resto del cuerpo, deforme; grande como la pata de un elefante, callosa, como la piel de un rinoceronte. No parece tener poros sino escamas. Es la pierna que miraron con curiosidad malsana miles de personas en las ferias: la misma que observan con un gesto de repugnancia los que se detienen ante su fotografía. Nadie repara en la cara de la mujer elefante. Ni en sus ojos, terriblemente humanos, agobiados por 200 kilos de tristeza y de derrota. Ellos permiten saber que detrás de la deformidad, hay un ser sensible y humillado. Un freak de bondad.
El fotógrafo francés Martin Monestier, sacaba estos retratos y los vendía, así como el como el hombre de dos cabezas, como Johnny Eck un caballero sin piernas, como Chang y Eng, los hermanos siameses, como Frankenstein, como Quasimodo y como Rasputín, pertenecen a una curiosa raza: la de los “raros” “malignos” “deformes y atractivos”. En ella se borran todas las diferencias entre la realidad y la ficción.
La primera exhibición en “shows ambulantes” data del siglo XVIII en Inglaterra, involucraba la exhibición de personas con mutaciones, deformidades, pero también aquellas que tenían habilidades asombrosas, fuerza extraordinaria, habilidad de adivinación y prestidigitación, matemáticos ágiles y afines.
Sin embargo, se vuelven circos, zoológicos humanos, cuando la actividad se vuelve rentable, y esto pasa con la presentación de Joseph Merrick "El Hombre Elefante" en el show de Tom Norman, así como el The Sandow Trocadero Vaudeville y los espectáculos de PT Barnum se vuelven exitosos y muuuuuy beneficioso$.
P.T. Barnum
El surgimiento de Phineas Taylor Barnum en la industria, siempre estuvo rodeado de controversia, muy pero muy dado al engaño, entró al espectáculo en con la compra y exhibición de una esclava ciega y casi completamente paralizada llamada Joice Heth, quien era presentada como una niñera del presidente George Washington y supuestamente tenía 161 años.
Joice Heth murió en 1836, con una verdadera edad de no más de 80 años.
Pero Barnum, siguió adelante …
Compró un edificio en Manhattan, Nueva York, y lo bautizó como el Museo Americano Barnum, ahí comenzó a edificar su fama, con espectáculos de magia, circo, animales amaestrados y el show de rarezas.
Ahí surgió el Capitán Pulgar (Captain Thumb) el hombre más pequeño del mundo y Lucía Zárate, la mujer más pequeña que registra la historia del mundo. Nacida en México en 1864, pesó solamente 8 onzas y midió apenas 15 centímetros al llegar al mundo. Con el tiempo llegó a elevarse hasta 50 centímetros y a pesar 2 kilos y medio. Era la época de los grandes circos, y a los doce años fue llevada a Estados Unidos donde Barnum la paseó por ferias y pueblos durante catorce años.
No solo era la enana más enana del mundo, sino la mejor pagada. Llegó a ganar 20 dólares por hora. Su trabajo se limitaba a aparecer en público y tener paciencia.
En contraste, el gigante más gigantesco del mundo fue Robert Wadlow, un gringo callado y de aspecto bobalicón que, cuando nació un 22 de febrero en Illinois, pesaba y media lo que cualquier bebé normal. Sin embargo, a los nueve años ya medía 1.88 metros, a los 16 llegaba a los 2 metros 35 centímetros y a los 22 era un monstruo de 2 metros 71.
Todo esto más la Chica Camello, la Niña de cuatro piernas, hasta llegó a instalar un circo de pulgas, una sala de tiro y un concurso de bebés bonitos... osos amaestrados, animales y aves exóticas vivos y actuaciones de nativos interpretando canciones y danzas tradicionales, magos, ventrílocuos, enanos, gigantes, obras teatrales que recreaban pasajes bíblicos o “La cabaña del tío Tom” o Robert Hughes, un simpático monstruo que pesaba 534 kilos. En su apogeo, el museo estaba abierto 15 horas al día y tenía hasta 15.000 visitantes diarios.
Declive
La muerte de Barnum en 1891, de un accidente cardiovascular, comenzó a marcar el declive de esta actividad, su ex socio quiso seguir adelante … pero no hubo manera, el show de rarezas comenzó a extinguirse y ya no fue atractivo al público …
… gracias a Dios.
Has hecho posible con tu llegada a mi vida una lluvia de palabras.
hechizos de magia que han conectado la razón a la pasión,
has provocado, los sueños húmedos intensos que han dado vida,
a mis silencios acostumbrados.
Hey Profe, aprovechando estos días de poco trabajo, bah ..al igual que los últimos 15 meses, pégueles una jaladita de gónadas a los diputados de su partido y su partido garrapata, porque han detenido …
Horacio era mi némesis. Sólo él podía despertar mi odio más visceral, mis impulsos más violentos, mis pensamientos más asesinos. Cuando lo veía mi cuerpo se preparaba para un combate de vida o muerte: mi pulso cardíaco se aceleraba, mi sangre fluía hacia los músculos más grandes para luchar o huir y mis células comenzaban a consumir energía de reserva.