El día previo, 21 de mayo de 1960 a las 6:02 hrs. se produjo en Concepción, al sur de Chile, un violento terremoto que según testigos, tuvo dos direcciones de vibración, primer NE y después NW. El epicentro estuvo en la Península de Arauco a 50 km al SW de Concepción y a unos 25 km de profundidad. La mayoría de la población dormía y tuvo un brusco despertar. Tuvo dos réplicas posteriores.
El sismo se percibió como una sucesión de violentas sacudidas. Muchas cornisas de edificios cayeron así como numerosas viviendas. El fuego se inició rápidamente en muchas otras. Alrededor de 120 personas mueren producto de este sismo en la zona de Concepción. Las zonas más afectadas, fueron las de las calles Maipú, Freire, Los Carrera y Colo Colo donde cayeron todas las casas más viejas.
La sobremesa del domingo
El día siguiente, 22 de mayo de 1960, cayó domingo. La mayoría de los habitantes de la ciudad de Valdivia, en Chile, estaban terminando el almuerzo dominical cuando la Tierra literalmente se partió en dos.
Eran las tres y diez de la tarde, y la charla de sobremesa estaría seguramente en su apogeo. Desde los chismes y los chistes hasta los comentarios sobre el brutal terremoto que el día anterior había castigado la localidad vecina de Arauco.
De golpe, la tierra empezó a temblar. Para una población acostumbrada a los terremotos, en esos primeros instantes quedó claro que no estaba frente a un episodio como los que habían vivido antes. Las grietas en el suelo se abrían cual serpientes. Las casas se sacudían como sábanas en el viento y las montañas parecían moverse como títeres.
Fueron diez minutos de terror que quedarían inscriptos en la historia como el Terremoto de Valdivia, el sismo más potente jamás registrado. A 60 años de ese día, los testimonios y la crónica del cataclismo siguen siendo espeluznantes.
La primera medición de la intensidad del sismo fue hecha a mano en el momento. Pusieron un lápiz y una regla sobre un sismograma, que entregó la magnitud máxima que se medía en esa época: 8,5. Tuvo que pasar más de una década para determinar que la magnitud del sismo era 32 veces mayor. Actualmente se estima que el terremoto tuvo una intensidad de 9,5 o 9,6 en la escala de Richter.
Para darnos una idea de qué significa esta medida, la energía liberada ese día fue 200 mil veces más intensa que la que emitió la bomba de Hiroshima. La longitud de la ruptura fue de entre 900 y 1000 kilómetros, abarcando gran parte del sur del país. Debido a que las ondas sísmicas demoran en propagarse, en algunos lugares hay registros de que el evento tuvo una duración de hasta 14 minutos.
Y de remate Tsunami !
Menos de una hora después de terminado el sismo, se produjo un tsunami que terminó de destruir lo poco que quedaba. Si bien el terremoto causó considerable destrucción, las evaluaciones posteriores revelan que el maremoto fue aún más devastador.
Las olas, de entre 10 y 15 metros de alto, arrasaron poblados como Puerto Saavedra, Corral y Queule. Se estima que la gran mayoría de los muertos se produjeron durante esta fase del desastre. Se perdieron además miles de embarcaciones y porciones considerables de la infraestructura quedaron destruidas.
Quince horas más tarde, las olas cruzaron el Pacífico y llegaron hasta pueblos costeros de Japón, donde mataron a más de 130 personas, pasando por Hawaii, California y Nueva Zelanda, donde se cobraron otras víctimas. Y como si no fuera suficiente, 33 horas después se produjo la erupción del complejo volcánico Cordón Caulle.
Según al Instituto para la Resiliencia ante Desastres, el terremoto dejó más de 5700 muertos y daños por más de 700 millones de dólares.
Terror en carne viva
Los testimonios de la gente que vivió el evento pintan un escenario difícil de imaginar para quienes sólo leemos sobre lo que pasó. Más que escenas de una película, parecen postales de una pesadilla, con toda su cuota de surrealismo y terror. Mujeres dando a luz en la calle. Un corral de chanchos navegando sobre un curso de agua frente a un puerto. Camionetas que bailotean de una punta a la otra de la calle y personas que, por más que muevan las piernas intentando caminar o correr, no logran avanzar ni un centímetro.
"Sentían que se acababa el mundo. Veían cómo se abrían grandes grietas en el suelo y que tenían que saltarlas. Veían cómo los cerros se levantaban y se caían y el suelo se movía como una culebra que iba para arriba y para abajo", describió Cristian Farías, un geofísico y director del departamento de obras civiles y Geología de la Universidad de Temuco, tras escuchar a sobrevivientes.
Ana Fuentes Villegas tenía 19 años y a esa hora estaba junto a una amiga mirando la cartelera de un cine en el centro de la ciudad. A 60 años de aquel 22 de mayo de 1960, su recuerdo es que de golpe empezó a sentir un estruendo infernal que al principio pensó se debía a la película que estaba proyectándose en el interior.
"De golpe las puertas de vidrio se abrieron estrepitosamente y la gente salió como loca de adentro. Retrocedimos y cuando llegamos a la calle notamos que los adoquines saltaban a una altura de medio metro; las piedras se levantaban del suelo", narró recientemente en la BBC en un artículo dedicado al cataclismo.
Villegas cuenta que en ese momento decidieron dirigirse hacia la plaza, que estaba a una cuadra. A su alrededor, los carteles de los negocios iban cayendo al piso uno tras otro. Los frentes vidriados de los negocios estallaban y los muebles y equipamiento caían en la calle. Cada tanto, tenían que esquivar piedras que caían desde el cielo.
Al llegar a la plaza, se abrazaron a los árboles, que se movían de un lado al otro, como barriendo el piso. También ahí llegaban los heridos, que eran atendidos a cielo abierto por los médicos. Cuando todo terminó, volvió a su casa a pie. Demoró cerca de dos horas para recorrer dos kilómetros, debido a la cantidad de obstáculos con los que se encontró.
Pasa la la etapa crítica, empezaron las tareas de reconstrucción. El proceso demoró meses.
Sin bien la gran energía liberada en 1960 permite anticipar que por varios años no debería volver a generarse en esa zona otro “megaterremoto”, los expertos piden estar preparados "para las sorpresas". En las costas cercanas a Valdivia hay registros de al menos otros cinco tsunamis de igual o mayor a magnitud nueve.
Ahora, 60 años después de la catástrofe, el terremoto de Valdivia todavía es recordado como uno de los más destructivos de la historia de la humanidad, dejando una cifra de muertos comprendida entre los 5.700 y los 10.000 y más de 2 millones de damnificados, el 'megaterremoto' provocó el hundimiento de Valdivia cuatro metros bajo el nivel del mar.
Bibliografía
Earthquakes and Tsunamis History. Emily Bone
https://elsanrafaelino.com/terremoto-de-valdivia-asi-fue-el-mayor-sismo-registrado-en-la-historia/
https://www.notimerica.com/sociedad/noticia-terremoto-valdivia-mayor-sismo-historia-20180522104522.html
Los países que conformaron la Federación de Yugoslavia, aún se pelean su nacimiento, que era Serbio, Bosnio, Croata … siempre se le honró como el genio científico que fue, en los Balcanes.
Hablando de Qatar …
Se sabe que hay “mano peluda” y se critica la designación de Qatar como sede del Mundial de 2022. Desde el factor meteorológico, a una hipotética modificación del calendario para disputarlo en invierno, la situación laboral de los trabajadores a incluso acusaciones de compras y amaños para resultar elegida … la FIFA está preparando el terreno para retirarle esa organización.
Es un campo histórico tan extenso, tan amplio y nutrido, tan presente a lo largo del tiempo (ya habían Golpes de Estado en la Antigua Roma, donde el término ”Dictador”, un concepto muy positivo en su aplicación antigua, surge) y dictaduras siguen y seguirán existiendo, luego hemos de limitar el campo eb cada capítulo.