Los años 30´s y un par de décadas que le siguen, se caracterizaron, en América Latina, por el surgimiento casi simultáneo (aunque no planificado, según ha podido probarse) de gobiernos duros, férreos, dictadores de extracción militar, un poco para alinear el crecimiento de los países en cuestión en materia económica y de planificación urbana …
… y otro poco, para ir poniendo un freno, a los incipientes movimientos de vanguardia, progresistas, derivados, en distintas maneras y formas de la Revolución Bolchevique Rusa de 1918, que comenzaban a esparcirse por el continente.
Así por ejemplo, en Nicaragua, la Dinastía Somoza gobernó a través de Anastasio Somoza, y sus hijos Luis y Anastasio, desde 1934 hasta 1979, contra la intentona revolucionaria de Augusto César Sandino.
En Haití, François Duvalier gobernó entre 1957 y 1971. A pesar de que llegó al poder de manera democrática, al año de convertirse en presidente suspendió todas las garantías constitucionales y en 1964 se autoproclamó presidente vitalicio.
En Guatemala, Carlos Castillo de Armas lideró un golpe de Estado contra el gobierno de izquierdas de Jacobo Arbenz (el primer gobierno socialista latinoamericano electo en urnas). Castillo contaba con el apoyo de los Estados Unidos, ya que muchas empresas norteamericanas tenían monopolios de cultivos en el país.
Y así podríamos seguir con Tiburcio Carías (1933 – 1949) en Honduras, Leónidas Trujillo (1930 – 1961) en República Dominicana, Alfredo Stroessner (1954-1989) en Paraguay y varios más.
Y por casa como andamos?
Durante las elecciones de 1931 en El Salvador, fue elegido presidente Arturo Araujo, para relevar a Pío Romero Bosque, Araujo corrió por el Partido Laborista y el Partido Nacional Republicano, se hizo con el 46.65 % de los votos, con amplio margen sobre Alberto Gómez Zárate con el 28% de votos.
Arturo Araujo fue un hombre de gran cultura y destacado historiador, realizó estudios en Gran Bretaña donde conoció la ideología socialdemócrata del Partido Laborista Británico. Para la campaña presidencial de 1930, fundó el Partido Laborista de El Salvador, que como vimos, corrió en coalición.
Araujo asumió el cargo en medio de una severa crisis económica ocasionada por la caída de los precios del café en hasta el 54%, producto, del desplome de Wall Street en 1929.
Los salarios fueron reducidos en esa misma medida o más, mientras que la inflación aumentó de manera escalofriante. Entonces trató de paliar la situación con un nuevo modelo de posesión de tierras, indirectamente, esta “renovación de forma de explotación de tierras” puso muy nerviosos a los terratenientes y fue la raíz del levantamiento campesino de 1932.
Golpe de Estado
A nueve meses de iniciada su presidencia, un grupo de militares del país apoyados, por la oligarquía cafetalera, unieron fuerzas y derrocaron al gobierno de Araujo, el 2 de diciembre de 1931, y crearon el Directorio Cívico Militar, que le entregó el poder al Gral. Maximiliano Hernández Martínez, quien en ese entonces fungía como vicepresidente y Ministro de Guerra de la República.
Arturo Araujo se vió obligado a huir del país para Guatemala. Un líder agrícola e ingeniero, Araujo había sido elegido en lo que generalmente se considera como la primera elección Presidencial honesta del país.
Retornaría posteriormente al país, sin incidentes, para fallecer en 1967 en San Salvador.
Maximiliano
El partido Pro Patria era liderado por el Maximiliano Hernández Martínez, ocupó el cargo de vicepresidente, a la vez que el de Ministro de Guerra a los servicios del presidente Arturo Araujo.
En medio de las convulsiones del precio café y su caída, la posible usurpación de tierras que los cafetaleros pensaban que se venía con el Gobierno de Araujo (al mismo que habían apoyado un año antes) y debido a una trayectoria favorable, llena de logros y alcances, Maximiliano, asume el cargo de presidente como producto de un golpe del Estado.
Maximiliano Hernández Martínez comenzó su presidencia el 02 de diciembre de 1931 hasta el año de 1944, aprovechando que participó en el golpe de Estado, esto era mal visto en las “democracias representativas” de aquel entonces …
Por ese motivo Hernández Martínez no obtuvo el reconocimiento de otros países y su gobierno quedó aislado. Sin embargo, resistió esa presión por varios años. De hecho, el enfrentamiento con Estados Unidos consolidó la imagen del nuevo Presidente como persona firme y hábil, capaz de enfrentarse con energía a situaciones complejas.
Hernández Martínez, al igual que los Dictadores antes mencionados, fue capaz de construir y de transmitir un liderazgo fuerte, que Estados Unidos consideró luego como conveniente para sus intereses.
La posición anticomunista de Hernández Martínez era afín a la administración estadounidense, la cual además, no desaprobaba la manera de poner orden en el país y las políticas públicas que implementaba con el fin de responder a la crisis nacional y recuperar la estabilidad económica del país. Además, después de los acontecimientos de 1932 y la masacre brutal campesina desatada ...
(leer “Historias que duelen. Matanza de 1932” https://www.danielrucks.com/index.php/historia/916-historias-que-duelen-matanza-de-1932 en este mismo blog)
... el general Hernández Martínez, siguiendo directrices del Norte, hizo todo el esfuerzo por disfrazar su autoritarismo con una actitud discreta.
Maximiliano Hernández Martínez, marcó esa dictadura “guiada” de nuestro país, en el tinglado latinoamericano del que hablábamos al inicio, hasta que comenzó a caer en desgracia con sus medidas autoritarias, las protestas populares reprimidas sangrientamente, y el asesinato del joven José Roberto Wright Alcaine, que lo llevaron a renunciar, presionado por los cafetaleros y el Gobierno de USA en 1944.
Una civilización creada para crear, para sobrevivir circunstancias, es hoy una de las economías más sólidas y robustas del mundo. Ahora que Akihito, le dejó el Trono del Crisantemo a su hijo Naruhito, volteamos a ver a todos los grandes inventos que nos ha dejado la civilización nipona …
Como un día cualquiera
me viste, te ví, me miraste
como un niño mira a su madre
después de una larga espera,
Mirá bicho, yo sé que es lo mismo de siempre esto que te espicho, pero este país es de malandras un nicho, todo lo que digas quedará en entredicho, y hasta tratarán de hacer verdades de mentiras que nunca has dicho …