Las llamas se elevaron hacia el cielo desde docenas de barcos en llamas, creando una pared de humo que se deslizó hacia el Océano Pacífico. El estruendo de la sucesión de múltiples explosiones sacudió el Cuartel General de la Marina en Pearl Harbor … otra vez, dos años y medio después, en 1944.

 

Había realizado Japón de alguna manera una segunda y sorprendente incursión en Pearl Harbor en 1944?

Nunca se conoció la verdad, los barcos y los hombres que se quemaron fueron víctimas de un horrible accidente debido a medidas de seguridad inadecuadas, un incidente que la Marina mantuvo en secreto durante años. O era ya el inicio del uso de armas químicas por parte de Japón?

 

 

 

Que fue lo que pasó?

 

 

En mayo de 1944, una gigantesca fuerza de desembarco anfibio comenzó a reunirse en Pearl Harbor para llevar a los marines estadounidenses a capturar las estratégicas islas Marianas de Japón, a 3700 millas de distancia.

Para el 21 de mayo, al menos 29 barcos de desembarco, tanques (LST) se colocaron viga a viga a lo largo de seis muelles en West Loch, la rama lateral occidental de Pearl Harbor en forma de pinza. Estas largas embarcaciones cuadradas desplazaron más de 4.000 toneladas y 120 metros de largo. Las quillas planas de los barcos que cruzan el océano les permitieron vomitar hasta una compañía de tanques o infantería desde sus rampas de proa directamente a la playa.

 

 

 

Mientras que aproximadamente la mitad de la tripulación estaba de permiso en tierra, el resto descansaba a bordo mientras los barcos estaban repletos de vehículos, municiones y combustible. Docenas de barriles de gasolina de alto octanaje fueron amarrados a sus cubiertas para abastecer a los vehículos una vez descargados en tierra.

A las 3 p. m., los estibadores del ejército comenzaron a descargar proyectiles de mortero de 4,2” desde un tanque de lanchas de desembarco (LCT) más pequeño en el elevador del LST-353.

 

 

 

Los llamados “morteros químicos” se utilizaron para desplegar rondas de humo y proyectiles de fósforo blanco ardiente para marcar u ocultar objetivos, así como rondas explosivas de 24 libras de alto que llevaban ocho libras de relleno TNT. 

El personal reclutado para el trabajo pesado provenía de la Unidad de Descontaminación Química 29, una unidad mayoritariamente afroamericana que no estaba capacitada en el manejo de municiones.

Nadie sabe exactamente qué causó que estallara una bola de fuego en LST-353 a las 3:08 p. m., porque no sobrevivió ningún testigo cercano.

 

 

 

 

Cigarrillo? Proyectil? Descuido? Ataque químico?

 

Quizás uno de los estibadores dejó caer un proyectil de 4,2”. Algunos sugieren que las chispas de un cigarrillo arrojado descuidadamente, o de los marineros haciendo soldadura por puntos, encendieron el vapor de combustible que flotaba en los aproximadamente 80 barriles de gasolina atados al lado del ascensor.

Solo unos pocos soldados lograron saltar al agua antes de que los ochenta bidones de combustible entraran en erupción como un volcán, arrojando una nube de escombros ardientes, aceite y partes de cuerpos al aire que llovió sobre las cubiertas de los LST vecinos.

Tres minutos después, otra explosión dejó al LST-43 en llamas. Los bidones de petróleo en su cubierta también explotaron, alimentando la reacción en cadena que se desarrollaba.

 

 

 

El agua empapada de aceite se incendió y las llamas se extendieron hasta el muelle 8 contiguo. Algunas tripulaciones sin experiencia abandonaron el barco antes de ser consumidas por el fuego. Otros hicieron todo lo que pudieron para salvar sus barcos, pero los incendios se propagaron alrededor de las amarras que amarraban los barcos al muelle, impidiendo una salida fácil. Finalmente, uno de los barcos en llamas se estrelló contra el muelle, incendiando otro LST.

 

 

 

Los sobrevivientes comenzaron a alejarse frenéticamente de los muelles en llamas, algunos por sus propios medios y otros por la valiente intervención de los remolcadores, once de los cuales resultaron dañados en el esfuerzo de rescate. Las lanchas de desembarco LCM se acercaron sigilosamente al incendio para rociar barcos con mangueras contra incendios. Los LCT más pequeños buscaron supervivientes, pero accidentalmente atropellaron a varios en el humo.

Finalmente, una tercera explosión atravesó el puerto, causando que escombros en llamas cayeran del cielo a más de media milla de distancia y sacudiendo los cristales de las ventanas hasta 15 millas de distancia.

Aunque una explosión final resonó a las 10:30 p. m., los barcos continuaron ardiendo durante días después.

En total, seis LST se hundieron en ruinas y cuatro más sufrieron daños graves. También se perdieron tres LCT más pequeños, diecisiete vehículos de aterrizaje anfibio Amtrac y ocho obuses de 155 milímetros.

La Armada contabilizó oficialmente la pérdida de 163 efectivos y sufrió 397 heridos a través de algunas cuentas. Pero, según los informes, este número puede no incluir al personal del Ejército y la Marina. Las muertes marinas pueden haber oscilado entre 80 y 300 muertos. 61 miembros del personal del ejército, en su mayoría afroamericanos, fueron reportados muertos o desaparecidos.

 

 

 

Cual es la verdad? Porqué se ocultó?

Los planes de la Marina para la Operación Forager eran demasiado grandes para retrasarlos mucho tiempo, incluso con pérdidas tan desastrosas. La flota partió solo 24 horas más tarde de lo previsto después de reparaciones apresuradas, dejando restos en West Loch que tardarían meses en eliminarse.

Mientras tanto, una junta de investigación convocada rápidamente descartó la teoría de un ataque submarino japonés y se concentró en el manejo de municiones como la causa probable del accidente. Aunque criticó a algunas tripulaciones por abandonar el barco con demasiada facilidad, nadie tuvo la culpa.

 

 

Se consideró que el accidente fue tan impactante que la Marina instituyó un apagón de prensa y prohibió a los testigos hablar al respecto. Solo una breve declaración del 25 de mayo admitió "alguna pérdida de vidas" y algunos barcos perdidos. La recomendación de la junta de suspender el anidamiento de barcos para acelerar la carga de municiones fue rechazada por el jefe de la Armada, el almirante Chester Nimitz, quien argumentó que era un "riesgo calculado que debe aceptarse".

 

 

 

En West Loch, un gran esfuerzo de limpieza finalmente extrajo todos menos uno de los LST quemados y los arrojó al mar, junto con los restos del minisubmarino japonés Ha-16, que había participado en el ataque a Pearl Harbor.

 

 

 

En 1960, se levantó la clasificación y la prensa finalmente detalló el incidente en 1964. En 1995 se instaló una placa conmemorativa de los que murieron, y dos años más tarde William Johnson publicó el relato de un sobreviviente solitario, “The West Loch Story”.

Hoy, la proa corroída del LST 480 aún se puede ver sobresaliendo de las aguas de West Loch, un recordatorio solemne de la tragedia que tuvo lugar allí hace 80 años.