Así como arrevesados, transcurren los días en esta capital, y más arrevesados aun en el país entero, arrevesada también, es la propia historia capitalina, y para agregarle un puñado de frijoles más al caldo, las historia de sus festejos patronales …
Inicios
Resulta que en 1525, nuestra capital estaba asentada en el Valle de la Bermuda, cercana a lo que hoy es Suchitoto; ahí mismo, tras haber sometido a los indígenas, como siempre, las autoridades de aquel San Salvador , que no era país, pero su nombre denominaba a toda la provincia; deciden que “pan y circo” es la mejor manera de mantener quietos a los habitantes locales …”démosle fiesta” !
Don Diego de Holguín, nuestro primer alcalde (tomó posesión en abril 1525), uno de los tantos malandrines que vinieron a estas tierras, determinó, junto a su capellán, hacerlas en diciembre de ese año, para ir así “cristianizando a los indígenas”. (Aunque en alguna crónica data que siempre fueron en agosto, lo cierto es que en un inicio se dedicaban a la devoción de la Santísima Trinidad, no aún a la transfiguración).
Eran fiestas oficiales, aunque el capellán echaba su “discursete”, y los nativos se ponían hasta atrás con chicha y otras ricas viandas.
La transfiguración
En 1545, San Salvador ya sacudida por terremotos, llega a su asentamiento actual, las fiestas ya no se hacen en diciembre, porque se extendían con la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo, y se mermaba la mano de obra para la cosecha de caña de azúcar y cuidado del cacao.
Se determina que se realicen en agosto –según el historiador Alejandro Luna – cuatro décadas más tarde. Sin embargo, seguían siendo full pachanga, el desfile de correo, de la entrega del bando municipal al alcalde de la ciudad, derivó en un desfile de caracterizaciones de los gobernantes españoles, que los gabachos se tomaban a la risa (claro, con todo lo que se estaban embolsando), cualquiera se ríe media hora …
Recién hasta 1777, se elabora una figura de Jesucristo, la esculpe y pinta el religioso Serafín García, franciscano, de gran habilidad artística, que los pobladores, veneran y adoran … le ponen de mote “El Colocho”.
García se dedica además a organizar los festejos de las fiestas ya en agosto, y coincidiendo la veneración a la figura y la Fecha de la Transfiguración (6 de agosto), organizando el recorrido de la figura de Nuestro Señor, desde el atrio de la El Calvario hasta la Plaza de Armas (Parque Libertad). Cuando fallece García en 1807, la Capitana Dominga Mayorga organiza recorrido desde la Iglesia Parroquial (Iglesia del Rosario) donde se construía un volcán, del cual emergía la figura junto a Moisés y Elías, ya para 1811 se paseaba en un carro por las calles de la ciudad.
Fiestas agostinas en octubre ?
Para 1846, las fiestas agostinas ya tenían el carácter y formas que hasta hoy conocemos, para 1855 se implementa la escenificación de la “bajada” para completar la transfiguración, el carro y pedestal que simbolizaba al Monte Tabor, que traslada al “Colocho” es más alto que varios edificios locales. Era, para la época, realmente impresionante.
Gerardo Barrios, en 1861, determina mover las fiestas para octubre y en algunas ocasiones para diciembre (fenómeno que se dio incluso en el siglo XX) cuando agosto era “particularmente lluvioso” (o sea cuando todavía llovía en nuestro país). Debemos recordar que las calles de San Salvador, algunas, muy pocas, tenían adoquinado, en su mayoría eran de tierra y las carretas, personas, procesiones se atascaban en el lodo.
Las pugnas políticas y el Colocho
Los pleitos entre unionistas (seguidores de Morazán) y conservadores (Gral. Malespín ) repercutieron en el desarrollo de las fiestas, suspendidas un par de años; también fueron suspendidas por la insurrección de Anastasio Aquino y los Nonualcos.
Más tarde el conflicto entre liberales y la Iglesia (donde los primeros, eran más numerosos en El Salvador del Siglo XIX) generó tensión entre los discursos de los Gobernantes (Conservadores) y el público religioso y devoto.
Es entonces que queda abolido el desfile bufo de las autoridades que tenía más de dos siglos de realizarse, y se pasa al desfile de figuras populares folklóricas (aka. “Viejos de Agosto” y similares).
Esto devolvió la organización de las fiestas a la Alcaldía Municipal de San Salvador, para disociarla del Gobierno Central y su línea ideológica.
La elección de Reinas, con representantes de barrios y mercados y carrozas, ya surge en las treintenas del Siglo XX
A manera de resumen
Ya plenamente identificada como una fiesta popular religiosa y fecha de asueto nacional, en honor al Patrono del país, los festejos agostinos convocan gente, compatriotas en el exterior y visitantes , se fomenta el turismo interno, los ladrones hacen literalmente su “agosto”y se bebe en cantidades oceánicas …
Mientras nuestro pueblo creyente, sigue pidiéndole al “Colocho”, algún milagro … para salir de hambruna …
…con poco resultado.
Alejandro Luna
Pedro Escalante Arce
Lorenzo Montúfar
Carlos López Bernal
Si me dices que escriba lo que quiero…
Quiero seducirte con el beso del deseo,
Quiero que me estremezcas con tus ganas,
Yo pude haber sido astronauta, paleontólogo, lateral derecho del Firpo, zootecnista, diplomático de carrera, arzobispo, criador de nutrias, donante de esperma, abogado, pastor de infidelidad responsable, paracaidista , porque para todas esas cosas tengo algún talento … pero no tengo ninguno de los que se requieren para ser mamá.
“Mario me llamo, Mario !” contestaba medio enojadón cuando alguien le decía Canuto fuera del teatro, fuera de la TV.