El estudiantado de los setentas, en toda América Latina, estaba en ebullición, era revolucionario por imitación y en pocos casos por convicción, prueba de ello es que pocos de sus líderes pasaron a planos mayores.
O sea, pocos llegaron a ejercer cargos populares, lo que evidencia que el votante aún no estaba listo para traducir estos impulsos en regímenes democráticos, esto sucedería exitosamente hasta mediados de los noventas, con la consolidación democrática de las izquierdas en Brasil, Chile, Uruguay y más tarde en Argentina.
Justamente en Argentina, represiva si las hubo en la década de los setentas, el 16 de septiembre de 1976 un grupo de estudiantes de nivel secundario de la ciudad de La Plata (60 kms. de Buenos Aires), salen a las calles a protestar por el incremento al boleto o pasaje de bus para estudiantes escolares y liceales, diez estudiantes secundarios de la Escuela Normal Nro 3 de la Plata son secuestrados tras participar en una campaña por el boleto estudiantil. Tenían entre 14 y 17 años. Este hecho es recordado como "La noche de los lápices".
Quienes murieron
Daniel Alberto Racero
"Calibre", 18 años.
Hijo de un suboficial naval peronista que murió en el 73, trabajó desde niño como mensajero. Cuando ingresó a la UES del Normal 3 de La Plata, escribió: "Encontré una trinchera para luchar por una causa justa". Realizó labores de vacunación, recuperación de viviendas y apoyo escolar en barrios pobres y participó de la conquista del BES (Boleto Escolar Secundario).
María Claudia Falcone
16 años
Hija de un ex intendente peronista de La Plata, se sumó a la UES a poco de ingresar a Bellas Artes. Después del 73 participó en tareas de apoyo escolar y de sanidad en barrios pobres de La Plata. En el 75 participó activamente en la campaña por el boleto estudiantil. Secuestrada 16/09/76 en la casa de su abuela paterna, fue vista en Arana y Pozo de Banfield
María Clara Cioccini
18 años
Alumna de colegios católicos, participó del scoutismo parroquial y en la UES de Bahía Blanca. Debido a los crímenes de la Triple A y la CNU en esa ciudad, a fines del 75 se mudó a La Plata donde se inscribió en Bella Artes y se fue vivir a la casa de Claudia Falcone. Fueron secuestradas juntas el 16/09/76. Fue vista en Arana y Pozo de Banfield.
Francisco López Muntaner
"Panchito", 16 años.
Hijo de trabajador petrolero peronista preso, que en el 73 se alineó con el sindicalismo ortodoxo, Panchito marchó contra la corriente familiar: era hincha de Gimnasia de La Plata, cuando todos eran seguidores de Estudiantes y militó en la UES de Bellas Artes. Junto a Claudia Falcone participó en trabajos voluntarios en barrios humildes y en la lucha por el BES en 1975. Secuestrado 16/09/76, fue visto en Arana y Pozo de Banfield.
Claudio de Acha
17 años.
Sus padres eran trabajadores con ideas de izquierda y tras el triunfo de Cámpora (Presidente de transición a Perón) participó de la toma del Colegio Nacional por su democratización. Tímido y gran lector, se incorporó a la UES luego de la muerte de Perón. Como todos, participó en las manifestaciones por el BES. Secuestrado 16/09/76, fue visto en Arana y Pozo de Banfield.
Horacio Ungaro
17 años.
De familia comunista, en el 74 rompió la tradición familiar y se sumó a la UES del Normal N 3. Gran lector y excelente alumno, participó de la lucha de la Coordinadora por el BES. Realizaba tareas de apoyo escolar en la villa ubicada detrás del hipódromo platense. Secuestrado 16/09/76, fue visto en Arana y Pozo de Banfield.
Sobrevivieron cuatro estudiantes más Pablo Díaz, quien se convirtió en principal portavoz de la tragedia y era el que menos involucrado en política estaba (de hecho entró a la refriega siguiendo a Claudia porque le gustaba), Gustavo Calloti, Emilce Moller, Patricia Miranda, que pudieron ser rescatados a tiempo, por mediación de familiares con conocidos dentro de las Fuerzas Armadas Argentinas, la represión de la Dictadura Militar Argentina, la misma que pocos años después celebraría con bombo y platillo el Mundial de Argentina 1978 y consideraría el triunfo de Argentina como una “exaltación de la nacionalidad argentina”, para sus fines … claro.
Una muy buena película de Héctor Olivera, “La noche de los lápices” aún puede encontrarse en algunos video rentals de San Salvador (Games World, en la Avda. Masferrer), y narra los hechos fielmente.
(Este post fue publicado por El Diario de Hoy en el año 2000, cuando se estrenó Gladiador, me indignó tanta metida de pata. 20 años después se ha vuelto a proyectar la película en TV y un documental “The making of …”, sigo indignado y añado observaciones al 2020).
El futbol es de las pocas cosas que medio nos quedan, para generarnos un asomo efímero de esperanza, y encima esa esperanza nos la bajan a pedradas los mismos que deberían velar por el fútbol.
Si a cada mentira al mentiroso le creciera la nariz como a Pinocho, el mundo estaría lleno de narizones. Es que si el cuento de Collodi se hiciera realidad, imagínese cuánta naricería larga desbordaría nuestro sub mundo, nauseabundo, hediondo planeta de tramposos, mentirosos, farsantes políticos.