
Equilíbrame tú que me conoces bien
que sabes cada detalle
de mi corazón y mi piel ...
rózame con tu mirada,
descubre mi ser,
ilumíname con tu amanecer.
No dejes que se vaya mi alma detrás del ayer
que tan vacío ha quedado
sin la miel de tu cobijo y tu abrazo fijo…
Acaso no has notado
que la vida se va,
abriendo y cerrando signos, historias,
asentando vidas prohibidas.
Equilíbrame con tu solvencia,
que descubres cuando me amas
cuando divulgas mi ser como libro abierto
expuesto a la censura, a críticas y dudas,
¿Cómo me expongo al amarte?
Al mostrarte cuán importante eres para mí…
Equilibra mis arrebatos, mis miedos y deseos,
porque solo contigo se ser quien soy,
solo contigo mi ser salvaje se luce,
con tus manías mi espíritu fluye
y se transforma,
en centro y fin de tus deseos y plenitudes.
¡Porque conmigo eres tú!,
desinhibido, imponente, varonil,
orgulloso y sexy, insaciable al amor.

Años previos a su muerte, Napoleón se jactaba de "no haber amado jamás a nadie, tal vez a Josefina...si, un poquito".

Y ojo, no nos referimos a los roedores cotidianas, ratas, guasalos, tepezcuintles, que se pasean por los techos de nuestras casas en las madrugadas calurosas no … roedores de sus carteras y de sus sistemas nerviosos, roedores de verdad !
En las cantinas de los alrededores del Parque Centenario, donde leyendas se cuentan y renuevan, transformándose en mitos, aun se cuenta la historia de Forúnculo Rivas.