
Con un hola pudimos acercarnos,
con timidez honrosa nos dimos la mano
abrazarse no era opción para este loco corazón,
sabía que volverías, que dirías que estarías para mí,
mi sexto sentido no se equivocó…
Pasaron solo dos días y quisiste tenerme
el huracán apasionado en mi interior
no me permitió resistir o abstenerme,
en mi mente te habías vuelto sorprendente
necesario y hasta te volviste mi presente.
Este terco corazón se ha empeñado
En vibrar por ti, aunque tus sueños sean pesados
Y no busquen satisfacer mi amor…
Pues siento que por mí no estarás más,
Hace cuatro días que el tímido hola no existe.
Y todo se ha vuelto rutina en ti…
NO quiero pertenecerte!
no me abraces quemando mi ilusión
quiero amarte y pertenecerte, pero no más,
si me miras y me tomas y te vas…

No le encuentro sentido al sentido, desinhibido, del entrometido, reprimido, inmiscuido, prostituido en temas donde nadie lo ha incluido …

Después de la abolición de la esclavitud en USA, por la proclama de Abraham Lincoln, pasarían años hasta que la Decimoquinta Enmienda, aprobada en 1870, estableciera que los Estados no podían impedir votar (entre otras cosas) a un ciudadano en razón de su raza, color o condición anterior de esclavitud.
