Hasta este momento, todo hermoso, irreal, casi intangible, me había desacostumbrado a que me quisieran, a que alguien me diera una muestra de afecto, y está bien … me encanta, es literalmente un sueño que varias veces, solo en esta cama ya había soñado ...
Puede, así es, crecer con el tiempo, no apuremos, no empecemos a trotar, sin haber siquiera caminado, sos preciosa, te lo reitero, pero yo he estado solo tanto tiempo que tiempo es lo que tengo de sobra …
Yo sé que hay decenas de hombres que hubieran dado la vida por este momento nuestro … contigo, pero no me apures …
No me ahogues, ni sofoques, entiendo tu necesidad de cariño y la mía probablemente es mucho más intensa que la tuya, ésta es tan sola nuestra vez primera y sobran palabras, pueden ser mal dichas, sobre sábanas revueltas, podemos equivocarnos, precipitarnos …
Y eso no significa que este presente no esté totalmente lleno de futuro, solamente que hay pasados … y a veces aun lastiman …
Yo tengo derecho a permanecer en silencio, nada me obliga a decirte inmediatamente algo tan importante como un “te quiero” …
No murmuremos, ni especulemos sobre nuestras mutuas soledades, hablar menos nunca está de más, no estorbemos a este hermoso silencio que se forma entre nuestras respiraciones agitadas …
…ese silencio tiene muchísimo que decir …
No nos torturemos hablando de mañana, dejemos mañana para mañana, se ocultan universos en diversos rincones de esta cama, tengo frases, canciones, poemas … pero por ahora dejemos hablar al silencio … que es sabio.
Yo tengo derecho a permanecer en silencio, nada me obliga a decirte inmediatamente todo lo lindo que siento hasta que esté completamente seguro…
Hasta que haya superado mis monstruos, mis grises, mis miedos, mis dolores, mis rencores, mis sinsabores …
Yo tengo derecho a permanecer en silencio, nada me obliga a decirte inmediatamente algo tan importante como un “te quiero” …
… aún.

El padre estaba sentado leyendo el periódico matutino, oyó que el microbús escolar dejaba a su hijo en la puerta de la casa, se levantó a recibirlo y los dos se saludaron, tenía un hijo preadolescente entre los 12 y 13 años de edad, es su orgullo, como padre se sentía realizado por tenerlo, el hijo se fue a cambiar de ropa, se puso una más cómoda, bajo a la sala donde estaba el padre y le dijo:

Resulta que el gran profesor Dietrich Buxtehude, aceptó a Johann S. Bach como discípulo, pero le puso como condición, casarse con su hija Margreta. Mucho era el amor de Bach por el órgano y mucha su admiración por el profe … pero la tal Margreta era una solterona sin perspectiva de casarse … tenía ya 30 años !
Yo soy Timoteo Pampa
un gaucho que no conoce usted …