Moriré de un cáncer terminal
un día lunes por la mañana
tal vez en el asalto a una sucursal
por una bala equivocada
Moriré si he de morir
a la hora indicada
Si es que antes no me mata tu desprecio
y esta angina de pecho …
Moriré debajo de un bus
manejado por un cerdo
en la corriente de una inundación
tratando de salvar a un pequeño
Moriré si he de morir
porque la muerte nos anda al acecho
Si es que antes no me mata tu desprecio
y esta angina de pecho …
Moriré si he de morir
que al fin y al cabo nacemos para eso
si es que antes no me matan tus labios
diciendo ya no te quiero …
y esta angina de pecho.
Esta angina o algo así
no conozco bien el vademécum
solo sé que cuando estabas aquí
no me pasaba nada de esto
Debe ser por no respirar
el aire que tu exhalas ...
Debe ser por tu amor tan ajeno
Tu ausencia tan presente
Tus fantasmas constantes
Mis sábanas que te envolvieron
Tu olor casi perpetuo
Tu afán de ignorarme …
tu eterno despecho
y esta angina de pecho ….
Había prometido no cometer el error de salir los sábados de mi casa, al menos no por las tardes y mucho menos a un centro comercial. Pero la vida es una entrega permanente de principios, tal como pueden atestiguar los “cinco o seis voluntarios” (voluntarios convenientemente pagados) que siguen esos principios.
No me tilden de anti social, de hecho, no juego en esa liga. Hay algunos eventos sociales que disfruto y otros que me causan contracción del esfínter.
Sin lugar a dudas, Internet es el gran invento del siglo pasado y el gran instrumento de masificación del siglo actual, obviamente desempeñando funciones totalmente diferentes a aquellas para las que fue creada.