
A la luna le gusta cantar
cuando todos nos dormimos ...
En la otra mitad del planeta
nuestras antípodas
el sol fríe los cerebros asiáticos
pero la Luna nos canta de noche
ella canta de canciones que hablan de ciclos
ciclos de vida y muerte,
ciclos de Amor e Indiferencia …
y sobre todo de indiferencia.
.
La indiferencia tuya que hace que mi corazón duela,
y así, a veces, en lugar de cantar,
ella llora … porque me ve llorar …
Sentirse impotente tan lejos de la Tierra,
ella no sabe cuánta luz trae al vacío cielo azul profundo de la noche.
ella no sabe que cuando me siento impotente
pero llora conmigo
por solidaridad

Su luz aparentemente fría y distante,
me trae calor.
aunque tu estès lejos
Su canto aún resuena en el corazón de quien sabe escuchar.
ella nunca está indefensa,
Porque su luz de luna me ayuda a sentirme protegido
sus lágrimas,
son las mismas que se deslizan por mi mejilla,
Y entonces,
sé que no estoy solo.
O al menos, menos solo de lo que pensaba
No estamos solos,
porque su luz brilla
en todas partes de la Tierra,
y llora compañera …
… llora como yo lloro tu ausencia

Lunes, primer día de la semana me levantó y por la ventana del cuarto del baño que da al patio, hay un árbol de almendro, un sonido me llamo la atención, pero es el viento que sopla contra él y este emite un sonido muy peculiar, también es el hábitat de varios pájaros que se posan en éste para dar sus cantos, ese día en particular un pájaro muy pequeño aspiraba con su larga lengua el néctar de unas flores que estaban en sus ramas, su aleteo eran tan intenso y rápido que los movimientos no se podían observar, fue tan espectacular que me dejó sorprendido, baje al comedor y le dije a mi esposa:

Los tontos enamorados… habrá algo en este mundo más patético? No habrá algún enamorado que escape a la atrofia de los sentidos que suele acompañar al simple hecho de estar enamorado?

La vida de Cristóbal Colón es fascinante, a estas alturas de mi mitad de siglo de vida plus cinco no tengo la más mínima idea si era un intrépido navegante (había navegado muy poco antes de su viaje de 1492), un audaz vendedor de proyectos utópicos (o sea, haría pisto vendiendo Lotín en estos días), o un farsante muerto de hambre que se rebuscaba (a veces, me inclino por esta última teoría) para ir pasándolo.