Mutua necesidad de entregas completas, somos tu y yo
deseos enredados en la magia de un encuentro, solo contigo
el susurro del silencio, desnudando nuestros vicios de placer,
Besos perdidos entre tu piel y mi piel,
así es de loco este momento, nuestro momento,
Insistente, persistente y paciente
este deseo de carácter permanente,
que el tiempo no detiene, no detuvo,
y quién sabe si podrá parar algún día…
Mientras vemos que pasa,
Aquí estoy, aquí estas insistentemente solo tú,
Invadiendo mi mente, mi mundo, mi espacio y mi deseo,
Arrebatando mis temores en una entrega más,
Haciendo certera la complicidad por decisión, un día más
Insistentemente solo tu
Entras de nuevo y transitas en mis noches de deseos,
Esos que son tan reales,
como los sueños que parecieron perdidos,
Insistentemente siento, te siento cada vez más…
Para leerte un deseo en la piel, para sentirte un poco más en líneas,
¿Y Cómo parar?
Si no se puede, porque es imposible
sí insistentemente, habitas en mi piel que es adicta a tus labios,
desde siempre
Y mis labios adictos a tu boca, que se mueren sin tu entrega,
Porque ansían sentir el roce de tu piel, y tu desnudez total
De hombre de entrega, lleno de placer que lleva tu luz.
Insistentemente solo tu
con tu magia, navegando dentro de mi una vez más
Insistentemente necesito sentirte a ti.
insistentemente solo tu.
Esta es una extraña historia que quiero contarles, y trata de un abogado joven que se llamaba Miguel H. El médico le había recomendado un fin de semana en el campo, lejos de toda huella de civilización.
Hoy si muchachos, es todo o nada, es ganar o ganar, es vivir o darnos por muertos.
El estudiantado de los setentas, en toda América Latina, estaba en ebullición, era revolucionario por imitación y en pocos casos por convicción, prueba de ello es que pocos de sus líderes pasaron a planos mayores.