Tuve a Dios, y tuve fortaleza para desafiar al diablo, tuve un hogar y éste era remanso de descanso de mi ser exhausto reposando sobre tus rodillas, tuve canciones y tuve poesía, tuve verdades y tuve mentiras, tuve sueños y tuve desvelos …
…. tuve problemas y siempre tuve soluciones, tuve la sabiduría que emanaba de tus palabras, la calma que emanaba de tus manos, y la guía que emanaba de tu ejemplo… es tan solo parte de todo lo que tuve mientras te tuve…
Tuve un nombre para gritarle a la noche, tuve una fotografía para rellenar tus ausencias, tuve cartas y notas y pequeños papelitos insignificantes donde atestiguabas que me querías, tuve horas de esperarte y minutos de desesperarte, tuve sol y suficiente lluvia como para justificar ser el dueño de una sombrilla donde ambos cupiéramos, tuve oraciones nuestras y palabras comunes que solo nosotros entendíamos, tuve un código de comunicación que me permitía decir te quiero sin pronunciar una palabra en un salón lleno de gente… tan solo parte de lo que tuve mientras te tuve…
Tuve horas muertas y minutos vivos, tuve hambre y también aprendí a tener frio, tuve la destreza de aprender a esperar tu presencia bajo la lluvia, y de aprender a soportar tus ausencias bajo el sol, tuve un perro, tuve una única amiga que fuiste tú, tuve un respaldo, tuve un hombro donde llorar, y tuve un abrazo listo y preparado para cada cosa que saliera bien, tuve ansias, desansias, tuve nostalgias y desnostalgias, tuve dudas y tú me desdudaste, pequeños fragmentos de todo lo que tuve mientras te tuve…
Tuve suficientes pasos para atravesar la distancia de mi casa a la tuya, tuve eternidades prendidas al teléfono, tuve tantas razones como canciones, y tantos besos que no me dieron abasto los labios, tuve deseos, y tuve que reprimirlos.
Tuve castillos en el aire y tuve que destruirlos, tuve tu figura de mujer y compañera en los momentos que más necesitaba. Tuve globos aerostáticos para ver el mundo desde la altura de nuestros ideales, tuve mariposas en el estómago y tuve fuegos artificiales en los ojos en el preciso momento de verte, residuos de todo lo que tuve mientras te tuve…
Tuve días de miércoles y exceso de sábados, tuve semanas eternas y días que pasaron volando, tuve sueños y tuve quebrantos, tuve soledades a granel y tuve muchedumbres aconsejándome, tuve amigos y desamigos, lo que equivale a decir que a tu lado aprendí a apreciar a quién realmente le importaba un pepino, tuve estrellas y tuve una guitarra, tuve un piano y tuve doce notas para combinarlas y coronar una melodía con tu nombre, tuve líos familiares y tuve que defenderte, defenderme, defendernos,
tuve armas contra la hipocresía,
tuve detectores de sinceridades…
tan solo parte de todo lo que tuve mientras te tuve…
Tuve en mi mente ferrocarriles circulando sin dirección determinada, tuve otoños inexistentes, tuve abriles, tuve bestias imaginarias rodando mi cabeza y tuve realidades para ahuyentarlas, tuve valor, fuerza, coraje tuve respuestas a todas las preguntas, y preguntas para las que jamás encontré repuestas.
Pero lo más importante lo más trascendental de todo, es que tuve lo más preciado que un hombre puede tener… tuve una razón para vivir … mientras te tuve.
El año pasado 2015, fuimos testigos de los efectos devastadores que el fenómeno de “El Niño” puede tener sobre el planeta, y más sobre nuestra área … preparémonos, para el 2016, puede ser peor …
1) Que existan teléfonos “inteligentes”, si, pero que no existan conductores “tan poco inteligentes” como para usarlos mientras manejan, matando e hiriendo a compatriotas que no tenían nada que ver con estos artefactos.
Shoichi Yokoi fue reclutado por el Ejército Japonés cuando tenía 26 años, en 1941.