No te puedes ir aun, aun no me has hecho el amor por tercera vez, aun no me besas la boca a lo loco y casi nunca es la boca sabes, es el alma, es la mejilla, es la mirada, es decirte mi nombre y que me digas el tuyo cuando estas adentro de mi.
Quédate aun no me llevas al parque, aun no vemos las estrellas juntos, aun no camínamos por Buenos Aires engañando a todos que estamos enamorados, quédate, que no hemos dormido juntos toda la noche, no te he cedido mi lado favorito de la cama, todavía no te he visto realizar tus sueños, ni tú los míos, no hemos visto los sueños en común.
Quédate, aún me falta por inventariar los lunares en tu espalda, falta besarnos cada poro de nuestra piel, amanecer bajo la misma sábana, mordernos nuestros labios en medio de gemidos, nos falta la cena romántica a la luz de la luna, bailar un bolero, abrazarnos hasta que nos estorbe la ropa y que me sonrías cuando te diga: "amo que me sonrías con los ojos y poder ver tu sonrisa en ellos y no en tus labios”. No te vayas, deja que el fin del mundo nos encuentre bailando, deja que siga ese momento en el que somos una sola sombra en la cama, dos cuerpos formando uno solo.
Quédate, engaña al mundo conmigo, no me engañes a mí que yo no voy a engañarte, no te puedes ir, no me puedes dejar con estas ganas puestas, me las tienes que quitar mas pronto que tarde. No puedes privarme del placer de tenerte una y otra vez y mil veces mas.
No te puedes ir, aun no conozco la mejor versión de ti, aun no me cuidas en mis días nebulosos, esos del mes en los que seguramente me pongo insoportable, no puedes dejarme, y no porque no pueda vivir sin lo que tenemos, porque esto ni nombre tiene, simplemente no quiero que termine, va a terminar cuando deba de terminar, pero no todavía. Aun es demasiado pronto para decirnos adiós y demasiado tarde para sentirte en mí, aunque para eso siempre es tarde.
Nosotros somos una historia que apenas comienza a escribirse, no podemos empezar por el final. Somos más que dos y sabes a que me refiero cuando digo esto. Sé que esto no se trata de amor, si no de la necesidad, de ti, de nosotros, de lo que inventamos en esas llamadas telefónicas en donde nos sorprende la aurora. Se trata de eso que nos volvemos cuando estamos juntos. Somos más que sexo. Simplemente somos y eso es suficiente.
Quédate, aun hay canciones que dedicarnos, quédate porque no nos amamos y así es mas lindo todo, seguime diciendo mi amor, aunque no sea tuya, aunque sea mentira, quédate porque la sonrisa que tienes cuando me ves es única o al menos eso creo yo. No te podes ir, aun no veo Grecia ni Madrid reflejado en tus ojo, aun no te presento a mi madre, no comes de la exquisita pasta que ella prepara todavía.
No te podes ir, me debes tu piel con olor a cigarro, a cerveza, a perfume, me debes tanto, te debo tanto… Quédate.
Solo te pido que te quedes un ratito mas y entiéndase por ratito, no hoy, no mañana, no esta semana.
Lo que pasa es que la culpa la tienen las rockolas, nos mintieron …
Cierto que casi no existen ya, pero re contra ametrallaban con aquello de “Dicen que los hombres no deben llorar, por una mujer que ha tratado mal …” que cantaba un tal King Clave y aparte de diez mil paradigmas herencia de las sociedades patriarcales machistas del siglo pasado … nos vendieron una realidad cambiada.
Cierto es, que después de dos guerras mundiales, una de Corea, y miles de conflictos más que costaron la vida de miles de soldados con edades promedio entre 17 – 19 años y población civil de todas las edades, hablar de un joven … uno solo, asesinado, parece hasta minúsculo …