En el frigorífico donde se congelan
los amores que fueron y dejan de ser
se enfría el nuestro
tan noble
tan leal
tan imperfecto …
Y caemos en el mismo complot de falsedades
de trastocar en mi realidad
nuestras realidades
y ninguno de los dos tiene razón
pero se castiga al corazón
tan rompible
tan frágil
tan voluble
tan quebrable …
Ya basta de alfalfa
palabras inventadas
ya basta de mentiras
procesión que lastima …
Las mismas falacias
frases altisonantes
pierdo mi vida en cuatro versos
y esto …
ya me lo hicieron antes.
Sé que vas a terminar matándome …
el puñal asesino del adiós
me roza la espalda
y lo peor
es que al voltearte hacia la puerta
no vas a poder leer
en cada gota de mi sangre derramada
que siempre te amé
como merecías
ser
amada
Usted se preguntará … si soy tan buen ladrón, como es que estoy preso ?
Siendo amante como soy, de las Leyes de Murphy, nos encontramos en 1976, a un verdadero discípulo del Gran Maestro: un profesor de historia económica de la Universidad de California, Berkeley, quien publicó un ensayo que describía las leyes fundamentales de una fuerza que percibía como la mayor amenaza existencial de la humanidad: la estupidez.
Creo que el “ya estuvo” es eminente
ya lo he meditado bastante
algo oscuro está latente
y no deja camino por delante …