En el frigorífico donde se congelan
los amores que fueron y dejan de ser
se enfría el nuestro
tan noble
tan leal
tan imperfecto …
Y caemos en el mismo complot de falsedades
de trastocar en mi realidad
nuestras realidades
y ninguno de los dos tiene razón
pero se castiga al corazón
tan rompible
tan frágil
tan voluble
tan quebrable …
Ya basta de alfalfa
palabras inventadas
ya basta de mentiras
procesión que lastima …
Las mismas falacias
frases altisonantes
pierdo mi vida en cuatro versos
y esto …
ya me lo hicieron antes.
Sé que vas a terminar matándome …
el puñal asesino del adiós
me roza la espalda
y lo peor
es que al voltearte hacia la puerta
no vas a poder leer
en cada gota de mi sangre derramada
que siempre te amé
como merecías
ser
amada
Pobrecito paisito el nuestro, donde gente mata gente por encargos de $ 50. 00 pero nadie nunca tiene la culpa de nada, donde no hay un centavo ni partido por la mitad en ninguna parte, pero todos jugamos a la eterna “presumidera” de apariencias .. aparentando, ostentando, hablando
…cosas que no somos
…cosas que no tenemos.
Cuando aquel infante fue enviado a la librería, a comprar útiles para sus tareas de escuela, en su pueblo natal de Benimanet, cerca de Valencia, España, quedo fascinado con un pequeño librito muy colorido, que tenía fotos y croquis de las obras del arquitecto Le Corbusier.
Cualquiera que se tome el trabajo de revisar la historia de nuestro glorioso Luis Ángel Firpo, pero hacerlo en serio, no a la ligera, nada de revisaditas de Wikipedia, sino nuestra verdadera historia