Hoy te encontré sencillamente distinta, no más bella ni más mía …distinta, como que aquella frase de mi madre “de vez en cuando, es bueno extrañarse un poco …” cobrara todo su valor y sentido.
Distinta, radiante, tal como si la ausencia y las distancias, aniquiladoras de recuerdos y otras instancias, te diesen nuevos bríos, brillos, resplandores y atardeceres a tus ojos, que sentí que hasta me miraban diferente, a pesar de que no he dejado de ser yo tú, y tu mi yo.
Y las ausencias convocan a presencias y proximidades, de piel, de labios, de besos y cuerpos, a gastárselos todos, a comerse a besos … y hacer el amor, hacer el amor hasta reventar si es posible … porque eso, eso es vida.
Sabés que sería lindo?
Subirse a un automóvil cualquiera, a velocidad vertiginosa, imprecisa, así como los de Casa Presidencial que manejan como si fueran los dueños del país y atropellan gente a diario, desde las épocas de aquellas caravanas de la muerte … y quitando toda la parte sangrienta, que los enamorados no somos esa clase de gente, huir, escapar de todo este cúmulo de alambres, cemento y mierda que es esta ciudad y encontrar un refugio, cualquiera, en medio de una montaña, o en una playa escondida, ocultos …
Alejarnos los dos de la mirada de todos los demás y regodearme en esas formas femeninas, que son las tuyas, las de siempre, las tan amadas y deseadas que hoy encontré sencillamente … distintas, y renovar los votos de amor, con una cabaña, un colchón, y un par de aves silvestres como testigos …
escapar
huir
porque la nostalgia existe y deja huella
y hacer el amor… hacer el amor hasta reventar si es posible
… porque eso, eso es vida.
Pasé gran parte de mis años bisoños de música, radio y comunicaciones, con una frase, muletilla a flor de labio: “Yo tengo muchos defectos musicales, pero el peor de ellos, es que me fascina Prince”.
El profesor, veterano y retirado, con una pensión miserable, encuentra el regocijo entre tantas y tantas memorias de sus épocas de docencia.
Ver jugar a Jorge González siempre fue un espectáculo, escucharlo hablar, es un lujo …