Resulta, mi pétrea ilusión, que son vanas tus jactancias de pretender que me derrito por ti … tus vociferaciones descuidadas “Ese? Ahhh ese se muere por mi ….” Que te han oído decir múltiples veces en múltiples lugares, donde casualmente yo nunca estoy …
Pero resulta mi doncella de yeso, que los muertos que vos matáis gozan de buena salud, respiran, parpadean y salen a flote … y si algunos de los todólogos y amigólogos que te susurran al oído con la intención de meterte entre sábanas, te sugieren que me trates mal … para que yo te quiera bien … están más equivocados que un pingüino en el desierto.
Porque lejos de incrementar mi pasión tus desprecios, te estoy queriendo poco y cada vez menos …
Te han convencido de que tu adoración debe ser absoluta, a la mierda! Supe quererte y tratarte como se debe, como un caballero, sin escatimar detalle ni punto específico, pero a saber quién te vendió el garabato de que tu idolatría debe ser un vicio, quien ha vaciado de contenido tu belleza, dejando vacía tu vanidad, está llena de resplandor … cierto, pero tu brillo es de acero pulido.
Y contra ese acero pulido … choco y resbalo … pero no insisto
Te han cambiado, fría y egocéntrica dura en tu propio universo, y con una absoluta devoción de ti misma, pero esa no es la persona que yo conocí y aprendí a querer …
Imaginate en algún momento, como antes, sin la parafernalia de Disco boba, Disco baba, Disco Baby que hoy te acompaña… sentirte sola, estar triste, tener una duda … con quien vas a hablar? Y aunque le hablaras a alguien, te escucharían en medio de ese ruido atroz … descontando la sordera mental congénita?
Te vendieron una utopía ... no siempre ama bien, aquel al que tratas mal ...
Carecen de fe tus devotos. Y entonces verás que la fidelidad no les basta como culto a la deidad, porque tu confort siempre será tu altar, y jamás ninguna plegaria te va a alcanzar ahí … entonces vas a necesitarme …
Pero va a ser tarde, muy tarde …
Porque te estoy queriendo poco … y cada vez menos …
Mi adolescencia fue una larga historia de remedios contra el acné. Pero de la misma forma que si ensayé casi todas las fórmulas para que no me salieran barros, puedo asegurar que intenté absolutamente todo para que apareciera la barba. Acudimos hasta la fórmula del desesperado: ceniza con abono de gallina.
No fue una novela de Julio Verne, aunque debió serlo … fue realidad y no cuento!