De pronto usted aparece, resplandece, pone luz al día y me ilumina la existencia …sin previo aviso ni anestesia, en medio del caos laboral o en medio del tráfico, de planillas, expedientes pendientes o semáforos eternamente en rojo que nos dejan ventanilla a ventanilla …
De pronto usted emerge de esta artificialidad obsoleta, con su naturalidad encantadora, tan mujer y tan perfecta y me habla, y me dice, y yo … que suelo carecer de palabras en el momento justo y encuentro las palabras justas dos horas después de que te hayas marchado, balbuceo, mastico incoherencias y quiera decirte cincuenta mil cosas que he pensado en el interín … y no me salen más que las tres frases estúpidas de siempre.
De pronto usted aparece, sin razón aparente … y aunque se vaya … me queda dando vueltas en la mente …
Y yo me sumerjo en finales de mes, en hacer que paguen los que me deben para pagarles a los que me cobran, me cobra Hacienda y me debe el Gobierno, me mienten con la reducción de tasa de homicidios cambiando un Director de Medicina Legal por uno más condescendiente y los muertos siempre los sigue poniendo el pueblo, me mienten con el crecimiento de la economía y la gente vive de prestado y sin la menor esperanza de devolver más que las gracias … y es suficiente.
Pero en medio de todos mis grises, un resplandor me devuelve las ganas de seguir luchando, porque de pronto usted aparece y todo lo negativo se conmueve …
Puede ser confusión, mi vano apego a una ilusión, o tal vez el producto de mi mente demente … pero de pronto usted aparece, y el día se tornó diferente.
De pronto usted aparece ..
… de la nada
… del nunca
… o
en su defecto
del siempre.
Soy fanático de las Leyes de Murphy, como podrá darse cuenta cualquier cristiano (musulmán, judío, budista, etc.) que lea este blog. Por lo general la “murphyología” se aplica a cosas de trabajo y similares, hoy se me ocurrió meternos más en como Murphy y su ley (“Todo lo que puede salir mal, saldrá peor”) afecta en el ámbito hogareño.
En nuestro país existe una rara calificación que se utiliza para darnos taco de cierta cualidad excepcional que podríamos llamar la “viveza guanaca”, si realmente el término “guanaco” no se nos viniera en caída tan peyorativa desde hace unos 40 años.
Llevo tres días y 19 horas mirando el sobre, dice mi nombre bien claro… no dice “y Sra.” porque simplemente no tengo… es más, el nombre de la que yo había planeado para convertirla en mi esposa, está en la tarjeta, pero dentro del sobre, lista para casarse con otro …