De repente despues de toda lluvia aparece el sol,
ese sol que me recuerda todo de ti,
ese sol que aun en medio de las sombras
de esa ilusion que hoy parece un vago sueño,
con perfil de un vicio... mi vicio perfecto,
me atrapa y me seduce , tanto
como tu mirada, tanto como tu respiracion
cerca de mi, donde cai tantas veces,
y tiendo a caer en el silencio de este recuerdo
que tiene tu nombre.
Eres mi sol, el sueño perdido
para la mente, mas no para la piel que te reclama aun,
y que de repente como ahora
pasea en madrugadas donde me pierdo en lineas
entre lineas, buscando
con cada una de ellas acariciarte,un segundo..
humedecerte del deseo en el que pudimos
perdernos para encontrarnos al final...
y admito que tu siendo ese sol que me quema
el alma y desnuda poco a poco en silencio
sin sentir sin saber talvez...
Te conviertes en mi vicio perfecto en recuerdos
esos de tus besos , de esas caricias que tocaron
mas mucho mas que la piel,
porque el secreto mayor , era y siempre fue
que tus labios , que tu boca fue mi sueño en silencio
y mientras fuiste mi realidad
te grabe en mi piel, preparandome para
convertirte en el maravilloso y perfecto vicio
con el que acaricio cada entrega donde te recuerdo
y al que acudo al cerrar mis ojos
alla cuando el sol pega mas fuerte y me invade
tu recuerdo de la nada
donde pude sentirme tuya y sentirte mio
en breve, corto y pausado tiempo pero
suficiente para llevarte dentro de mi...
Así el tiempo convirtiera esto en mi eterno
vicio perfecto con sabor a ti mi sol.
mi fascinante e inolvidable deseo atado
mas que a mi piel.
Me contaba un compañero de trabajo, hace unos días, que le dijo a si hijo pequeño, “mirá vamos a ver la tele que hoy juega la Selección”, el niño entusiasmado, se sentó con su padre, y cuando vio que era la Selección Maypr Salvadoreña,le dijo a su padre:
En este paisito nuestro, de tan magras futbolísticas alegrías, la llegada la Copa del Mundo la de a de veras, no las “chabeleadas” que se inventa FIFA para llenar las arcas, nos llena de una dicha increíble y un hormigueo de envidia (positiva ?), a todos aquellos que caemos en el rango de sospecha de tener una chimbomba número 5 en el lugar que debería ocupar el corazón. 
