Un encuentro contigo,
más que una aventura,
un encuentro casual ...
quizá una oportunidad de amar,
quizá te he amado en silencio,
o te he amado en mis sueños,
en esas noches de arrebato
Donde sin pensarte
Te he soñado y te hice mío.
He soñado con tu majestad,
He amado tu virilidad,
Tu expresión total de hombre
ha quedado impregnada en mí
Con todos tus desbordes,
Tus fuerzas, tus deseos,
Tu pasividad,
que se ha vuelto salvaje
junto a mí, recordando...
El detalle aquel de mi blusa
Que tiraste con ferocidad,
Tu salvaje don de hombre me tumba en la cama,
Me debilita ante ti,
Y no me permite pensar,
¡te dejo que me tomes!,
Me gusta que me atrapes,
Cómo cuando desgarraste mi ropa interior,
que era especialmente para ti.
Ese color perla, sobre mi blanca piel bronceada,
te hizo enloquecer,
exhalaste con un hilo en la boca
Y la pieza entre tus dientes,
la arrancaste sin parar
... ¡Padre Mío!... ¡Cuánto ame ése acto tuyo!
De arrebato, sin sosiego...
Cuando mi sostén miraste y en un acto quitaste
Para admirar el volumen de mi piel...
Todo lo que ocasionas en mi es orgásmico
Mi amado clavel de papel ligero...
He pecado tantas veces contigo,
he quedado sin salvación por desearte
he devorado completa tu piel,
he tocado tu amanecer de caprichoso adolescente
cuya virilidad mañanera sorprende...
eres inmenso, eres pleno, cuando me tomas, sereno...
Mi concupiscencia se desordena contigo
Se acabó, no va más, ya no sos una niña aunque te empeñes en aparentarlo … sos una mujer, y más bien una mujer que en fachada externa … tiene un hálito de madurez.
Cuando aquel infante fue enviado a la librería, a comprar útiles para sus tareas de escuela, en su pueblo natal de Benimanet, cerca de Valencia, España, quedo fascinado con un pequeño librito muy colorido, que tenía fotos y croquis de las obras del arquitecto Le Corbusier.
Les aseguro que pude hablar con ellos. No me creen ? Yo tampoco, pero imagínenlo…