Decía el gran escritor Oscar Wilde “Un buen amigo, es aquel que te clava la puñalada mirándote a los ojos”, George Orwell, solía apostrofar “Vivimos en el mundo de la mentira universal, por lo cual cualquiera que diga la verdad, se convierte de inmediato en un revolucionario”, para rematar el gran dramaturgo español Jardiel Poncela citaba “La objetividad, es el primer paso a la mala educación”.
Y si empiezo esta columna citando a toda esta serie de escritores muertos, es porque murieron con la verdad en sus labios, adelantando en lustros, decenios, siglos, el gran mal de esta primeras décadas del siglo XXI … la falta de objetividad.
Y lo que es más irónico aun, en este año 2018, orgullosos de un pasado que nos tuvo como salvadoreños unidos para decir “no” a la anexión al Imperio Mexicano, “no” a las invasiones guatemaltecas de fin del siglo XIX … hoy se nos ha olvidado decir si o no, y nos hemos convertido en el país del “tal vez”, del “quien sabe”, del “dejémoslo así, ahí después vemos”, de la total falta de objetividad, de sinceridad, lo que da paso a una generación de … mediocres …
Y el mediocre por regla general, ante su total falta de gónadas suficientes para decir la verdad de frente, miente …
Mienten nuestros políticos cuando se inventan decretos … mienten los periodistas cuando tratan de rebatir o propagar las mentiras de los otros, mienten los ciudadanos al repetir las mentiras de los dizques líderes de la Patria, mienten los empleados con sus llegadas tardes al trabajo pero también mienten los patronos sobre los motivos de descuentos en sus salarios.
Miente el pastor que a los gritos predica cuando se entuturuta con la Santísima Trinidad, pero también miente el sacerdote cuando en homilía se ensalza a si mismo y se olvida de la palabra de Dios, miente Maduro sobre la enfermedad de la economía venezolana y sigue la línea muy bolivariana de de mentir siempre sobre todo, pero el bolivarianismo muere y la verdad es siempre inmortal, miente la radio, la prensa, la TV, miento yo y miente usted, pero sobre todo miento yo, porque cuando algo anda mal soy el primero en admitirlo pero el último en enterarme … porque nadie nos dice nada de frente, sino por terceras, cuartas y “n” número de personas, así que cuando la verdad objetiva nos llega, ya llega tan solo un remedo de la realidad.
Porque la mentira sigue teniendo patas cortas, y eso nos convierte a todos en enanos, y necesitamos aprender la objetividad para crecer, objetividad para enanos.
Por eso en esta década se han popularizado tanto las “comunicaciones” via computadora, smartphone, Facebook, Twiter, WhatsApp, Skype, troles, cuentas falsas, fake news etc etc, es fácil, al perderse la comunicación cara a cara diciendo la verdad, es más fácil y más práctico esquivar la realidad a través de un medio electrónico, si un padre va a decirle a su hijo mayor que padece de un cáncer terminal y que deberá el hijo ocuparse de la tutela de la familia, no lo va a hacer por un twiter, o un Facebook, es una realidad cruda y objetiva, se dice de frente.
Si los dos últimos Presidentes saquearon el país, porqué de uno no podemos saber nada y hay reserva de caso y se refugia en asilo político que ni los propios sandinistas toleran, mientras nos putea a todos por twiter? La verdad y cara a cara, esos son valores, esa es objetividad, eso es sinceridad y mantener las cosas claras, eso es educación, o por lo menos así me educaron a mí.
Estamos con un país, con una realidad construída como el sueño de Nabucodonosor, “La cabeza de esta imagen era de oro fino; su pecho y sus brazos, de plata; su vientre y sus muslos, de bronce; sus piernas de hierro; sus pies, en parte de hierro y en parte de barro cocido. Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó”. (Daniel 2:31-34).
Es fácil ser Daniel hoy en día, nuestras piernas pueden ser de hierro, porque somos trabajadores, luchadores, pero nuestros pies, los cimientos de nuestra Patria son de barro, de irrealidades, de utopías, y el hierro y el barro no se van a fundir jamás, el trabajo construido sobre mentiras jamás va a salvar a nuestro país.
Y a El Salvador compatriotas, o lo sacamos del hoyo entre todos, o nos hundimos con él.
Sin lugar a dudas, el fútbol es el primer deporte nacional, sin embargo su reinado, se ve amenazado (y muy cerca) por otra práctica no oficial y que no podemos llamar exactamente deporte …
En estos días que nuestro país se desgrana en la incógnita de los necesarios que son – cada vez más – diplomados, maestrías, doctorados, posgrados, para medio conseguir un trabajo medio bien pagado, donde todos terminamos siendo gobernados por …. Bachilleres, no será que es más útil estudiar menos y quedarnos en el campo de la inutilidad? Eso parece ….