Nosotros, salvadoreños, solíamos ser, según decía Roque Dalton, los hacelotodo, los vendelotodo, los comelotodo, los que repararon la Flota del Pacífico, los que sembraron maíz en plena selva extranjera, los que construimos el canal de Panamá …
A lo cual agrego, nosotros salvadoreños fuimos llevados al Paraguay a sembrar arroz en los pantanos, en Milán hacemos el trabajo sucio que los altivos toscanos no quieren hacer para no ensuciarse las manos, el trabajo doméstico en las casas y el lavado de platos y copas en los restaurantes de Los Ángeles, Houston, Washington, y tantas ciudades gringas, lo hacemos nosotros, munidos de aspiradoras y escobas y trapos limpiamos la suciedad que en oficinas de todo el mundo dejaron sus cochinos ocupantes, para que las encuentren nítidas al regresar a las 8 00 am … eso sí, en horarios de madrugada para que no nos cache la “migra” y nos mande de vuelta.
Esas tres generaciones de Salvadoreños, que tomaron el camino más difícil, dejar todo para empezar con nada, dejando a sus familias aquí, en El Salvador, marcan por un simple hito de supervivencia, nuestra esencia … o trabajamos o no comemos, y si no trabajamos no solo no comemos, sino que no podemos enviar desde allá los dolaritos para la manutención de las familias que amputamos, las familias que dejamos.
“En El Salvador, y en cualquier lugar del mundo, los aspectos económicos relacionados con las migraciones y la recepción de remesas son de índole diversa, así por ejemplo: para el país el impacto económico más evidente y más estudiado es el de la recepción de remesas y su enorme influencia con la estabilidad macroeconómica que goza el país, sobre todo con el cierre de la balanza comercial y la balanza de pago, y el posibilitar la dolarización de la economía nacional.” Dice un estudio de la UCA al respecto.
Y esto marca la brecha, los de allá trabajan como burros, los que nos quedamos aquí, estamos muy ocupados, demasiado ocupados haciendo nada. Estamos ocupados haciendo nada, trabajando todos los días a través de computadoras y papeles, estamos tratando de encontrar un montón de cosas que no debemos de hacer, pero al menos, ante los ojos de los demás nos hace parecer ocupados..
Estamos ocupados yendo rápidamente a ninguna parte, no es eso un crimen?
Nos gustaría ser infelices, pero nunca tenemos tiempo para ello. Estamos tan ocupados haciendo nada, que no nos queda tiempo para las cosas que realmente debemos de hacer, nuestro trabajo, si Gracias a Dios lo tenemos, lo hacemos mecánicamente y de pasadita, tratando de detectar en que momento deja de pasar el jefe para concentrarnos plácidamente en el Facebook, para pasar de dos a tres horas diarias, clavados escribiendo y leyendo estupideces.
Total … para que nos vamos a esforzar ? Para que dar esa milla extra ? Si a final de mes recibo la “remesa” del norte, remesa que a su vez ocupo para gastármelo en cualquier objeto de consumo, dos idas al súper y ya está … no quedó nada, bah ..si quedó, una pequeña cuentita de ahorros para comprarnos el celular de última generación, porque eso si … no tenemos quien nos llame ni a quien llamar si no es para destrozar al prójimo, pero el celular que tengamos debe ser el más chivo !
Estamos tan ocupados haciendo nada que preferimos celebrar la “ocurrencia” de sacarnos una “selfie” en plena Asamblea de Naciones Unidas, que abogar por el TPS que puede devolver a todos los hermanos cercanos de regreso … pero celebrar banalidades cuesta menos trabajo …
Nuestras cortas de café y algodón ya no las hacen brazos salvadoreños, para que? Si vamos a recibir la remesa de Washington a fin de mes, sin embargo, ese espíritu de trabajo nuestro, lo heredamos a los nicaragüenses, cientos, miles de brazos nicaragüenses, esperan entrar a nuestro país cada lunes, trabajar en la corta, cobrar la semana en dólares, y marcharse a Nicaragua cada sábado, que tal ?
Estamos muy ocupados haciendo nada, sin ir más lejos, vean todo lo ocupadas que están nuestras autoridades, nuestros Padres de la Patria, gabinetes ministeriales, o sea los que deberían dar el ejemplo y sacar el país adelante con su pujanza y sus proyectos, y la ejecución de los mismos …
Farsa !
Ninguno hace nada aparte de darnos estadísticas chabeleadas por TV y prensa, que ya nadie cree. Eso si, trate usted, ciudadano común, de hablar con su diputado, y nunca lo va a lograr, porque está en reunión, porque está fuera del país, porque está en conferencia etc, etc, o sea … demasiado ocupado haciendo nada, y más aún, demasiado ocupado para atender las obligaciones que debería.
Y así nace otra generación de salvadoreños, la “generación whatever”, que son el producto joven de las migraciones, a quien nada le importa, todo le rebota, la “U” me la pagan, para que esforzarme ?… La remesa no genera valores agregados, no genera empresas familiares o crecimiento, la remesa es cada gota de sudor, de nuestros compatriotas afuera, que se privan de todo, para enviar casi cuatro mil millones de dólares al país, que dan paso a una generación de molicie.
Y eso no es lo que necesita el país, porque a El Salvador, compatriotas, o lo sacamos del hoyo entre todos o nos hundimos con él.
Necesitas ordenar los billetes en orden ascendente en tu cartera? Poner el volumen en número par o impar? Tenés manías peores o más ridículas, como rascarte el testículo izquierdo antes de patear un penal en los partidos con los cheros? Guiña un ojo y tira la cara a la derecha cuando está ansioso? Este post es para usted …
Pepe Parásito, pajarraco pterodáctilo, sanguijuela del neoclásico, huele a mierda y hiede a plástico, te sangra a lo jurásico, te pone trabas y mil obstáculos, te ahorca con tentáculos, pero al Jefe le da un ósculo, en el sitio más recóndito, cada día al crepúsculo …
Duele, como pocas cosas duelen en la existencia … podemos reventarnos el cráneo buscando culpables y vamos a encontrar quinientos … pero diluir las culpas entre quinientos, una vez más, deja ningún culpable y múltiples incertidumbres.