
Es un mal hábito nacional, cada vez más arraigado, cada vez más de moda, criticar al otro … siempre al otro, nosotros, yo (en primera persona) … jamás tengo culpa de nada!
Obviamente, si bien esta actitud nuestra, existe desde siempre, y no es solamente nuestra, sino un mal mundial, que encuentra su epicentro en nuestra América Latina.
El jugador de fútbol que le mete bruto “hachazo” al delantero del equipo contrario, dejándole casi inconsciente en la grama, jamás tiene la culpa, la culpa es del adversario por atravesarse, pone cara de “yo no fui” retorciéndose aunque todos lo vimos en TV y encima con repetición …
Cuando dos carros se pegan un golpe y generan un colapso de tráfico descomunal en San Salvador, ciudad mal trazada y peor planificada si las hay, el verdadero problema es que ninguno de los dos conductores tiene la culpa … la culpa siempre la tiene el otro.
Soy de la idea que la actitud mencionada, crece con el nivel de “changoneta chocarrera” y total falta de preparación académica de nuestra clase política, ahí es donde más se ve, se oye y se trabaja como único recurso … nadie propone nada, todos critican a todos, quieren presentarse como ”inmaculados” y la mejor manera de despojarse de culpas …es criticando al otro.

“Criticar a los demás es signo de pobreza emocional y espiritual – dice la psicóloga Jennifer Delgado - Las personas más infelices del mundo son las que critican constantemente, las que viven volcadas hacia el exterior para convertirse en jueces, porque mirar dentro de sí les da pánico.”
Redes Sociales
La popularización de las redes sociales incrementa mucho más este mal hábito, porque la persona que bajo el anonimato, o un nombre falso, o un seudónimo, ataca y defenestra a otros por lo que dicen o escriben ….
De ahí el estado de ansiedad y desasosiego que se vive en nuestro país, en diferentes ámbitos, súmele a la falta de efectivo circulante, a la pérdida de plazas laborales por la pandemia, a la pandemia misma …
El clima de pleito y pelea que vivimos …
Porque el que carece de argumentos, critica a los gritos …

El que grita termina imponiéndose a la persona sabia y cauta …
… y en un país que vivía de manera cauta, hoy vivimos a los gritos.
Porque como dice aquel viejo refrán …
“Preferimos la paja en el ojo ajeno, que la viga en el ojo propio”
La sociedad, la nuestra, está enferma, no de muerte, pero enferma; la mayoría de las personas jóvenes y no tan jóvenes con las que he hablado últimamente parecen haber renunciado a la vida.
Así es amigos, el hombre es estúpido de nacimiento, o sea nos nace la tontería por naturaleza. Viene en el chip. Es parte del modelo de agencia.

Cuando el psiquiatra intentó encontrar las causas o el origen de lo que con el tiempo se convertiría en mi depresión, llegó a la conclusión de que fue por la suma de una serie de eventos desafortunados y pérdidas de personas muy cercanas y amadas de quienes tuve una gran dificultad para aceptar su partida y dejarles ir.