Nunca más, nunca … contamos los días para cerrar los años más tristes de la historia política del país, no podemos reclamar nada, nosotros salvadoreños, nosotros mismos con nuestros votos, los pusimos ahí, pero aprendamos de los errores … nunca más, nunca.
Nunca más, nunca … una pareja de padre y madre asesinados ante los ojos de sus seis hijos, que rogaron la vida para sus padres, mientras los asesinos traidores, apuñalando el ocaso, les disparaban sin misericordia. Todo esto sin autoridad ni castigo alguno, mientras las autoridades de Seguridad dicen “que es cuestión de horas” capturar un solo corrupto, cuantas horas ? Las 24 de un día ? Las 8760 de un año ? Cuanta gente que no tiene nada que ver debe morir en ese interín ? Nunca más, nunca …
Nunca más, nunca … Camionetas blindadas, comidas de lujo, banquetes costosos, bar abierto con todas las cintas azules, negras y alguna roja por ahí, guardaespaldas a cientos, caravanas de la muerte, para consentir a quienes ? A estos pobres parias, sanguijuelas, parásitos políticos, caterva de ignorantes que no lograron hacer nada más en la vida a nivel académico que convertirse en funcionarios públicos, diputadejos en busca de fuero, ministros en busca de hueso … Nunca, nunca más …
Nunca más, nunca … la soberbia al poder, el vilipendio como política y la arrogancia como argumento, ni una acción concreta que realzar, “la pobreza ha disminuido”, pero la línea de pobreza en nuestro país se incrementó del 31.5 % al 44. 8 % en los últimos ocho años (Estudio CEPAL. “Midiendo la pobreza. El Salvador”), “el vaso de leche es un programa exitoso”, sí, pero le dieron en la nuca a EDUCO que daba un tiempo de comida completo a los escolares. Esa prepotencia de creer que todos somos pendejos, que no estudiamos, que nos vamos a tragar cada farsa que nos vendan … Nunca, nunca más …
Nunca más, nunca … esta carrera desenfrenada por endeudar al país, con más y más préstamos, para tapar más y más hoyos financieros, préstamos amparados con bonos y letras basura que dejan endeudados a mis hjos y a los hijos de nuestros hijos solo para que funcionarios de turno se atiborren de whisky caro, anfetaminas y surjan caderas quebradas amarrándose los zapatos …
Plata dulce …
Deuda amarga
Nunca más, nunca …
Por motivos de mi conocida arrogancia, prepotencia, alta estima de mí mismo y presto a acercarme a los cincuenta años, poseedor de todo el dinero y los recursos que se necesitaban, decidí perpetuarme, darme continuidad inmortal y crear (o sea no crearlo yo, sino que darle a un grupo tecnológico importante y avanzado) la tarea de crear otro yo.
Cierto es, que después de dos guerras mundiales, una de Corea, y miles de conflictos más que costaron la vida de miles de soldados con edades promedio entre 17 – 19 años y población civil de todas las edades, hablar de un joven … uno solo, asesinado, parece hasta minúsculo …
Horacio era mi némesis. Sólo él podía despertar mi odio más visceral, mis impulsos más violentos, mis pensamientos más asesinos. Cuando lo veía mi cuerpo se preparaba para un combate de vida o muerte: mi pulso cardíaco se aceleraba, mi sangre fluía hacia los músculos más grandes para luchar o huir y mis células comenzaban a consumir energía de reserva.