Nuestro país es el espejo de nuestras miserias y nuestras grandezas. Es la cara y cruz de lo que somos. La cara que mostramos y la cruz que llevamos. Las dos caras de la moneda. El coraje y la cobardía. El héroe y el traidor.

Los que pregonaron cambio y solo cambiaron las cuentas a las que los fondos iban a parar; los que se embolsan el pan nuestro de cada día y nos dejan en la búsqueda lastimera del pan que alimente a nuestros hijos; los que alejan las rutas de buses urbanos de sus recorridos habituales para generar mayor flujo de usuarios a “su propio sistema de transporte” que ya probó ser, exactamente, todo lo que había prometido no ser; los que pactan con los asesinos del pueblo que juraron proteger; proclaman pluralidad pero los periodistas deben salir del país apresuradamente al ser amenazadoramente tildados de “irrespetuosos”.

Mier … y entonces para que 12 años de guerra civil?

Yo recuerdo  a los que lucharon con dignidad. Los ex combatientes son la contracara de los terroristas de estado. Nuestros jóvenes, casi niños,  murieron por la Patria y los dictadores asesinaron a la Patria. No hay porque confundir las cosas.

El conflicto radica en esos hijos de El Salvador más humilde que, como siempre, son los primeros en morir. Así era en la guerra de los 80s, de ambos lados, igual que ahora. Así en la guerra como en la paz, el hilo siempre se corta por lo más delgado.

A ellos se les debe una explicación histórica. A ellos, nuestros jóvenes casi niños, reclutados por el ejército y la guerrilla,  debemos pedirles perdón por la forma en que los mandaron al frente y por la forma en que los escondieron en el fondo lo que pensaban hacer después … o lo que hicieron al ir ascendiendo al poder, porque creo que la voracidad con la que hoy actúan, no fue premeditada … “la ocasión hace al ladrón”.

Y llegó el circo a la ciudad

Aunque en política los payasos siempre llegan antes que el circo, la consigna romana de “pan y circo” para distraer al pueblo, está fallando en nuestro país, muy probablemente porque los salvadoreños hemos madurado en nuestra perspicacia y ya nos resulta mucho más sencillo adivinar el truco de los magos … o es que de tanto repetirse los mismos magos ya no engañan a nadie … y mucho menos generan ilusiones

No nos pueden seguir montando circos, circo de spas, circo de Flores (QEPD), de la eliminación de Rusia 2018 a mano de los catrachos, de Probidad, de Isla Conejo, de los chuchos de Vanda, de centros de troles, de pastores en el motel, de sacerdotes pedófilos, de Saca y Funes, del Primi de queda o el Primi se va … porque El Salvador  vive momentos refundacionales. En el plano de la ética hay una sociedad que mayoritariamente está reclamando barajar y volver a repartir las cartas. Se cansó de ver a funcionarios enriquecidos a la velocidad de la luz mientras millones de salvadoreños caen en la pobreza, la indigencia y son presa fácil del narcotráfico y su rama local, el narcomenudeo.

Hay una demanda social que puso la lupa sobre jueces y fiscales. Hay un reclamo ciudadano que obligó a unos y respaldó a otros, hoy, sagrado sea el momento, al fin creemos en la Corte Suprema de Justicia y la Sala de lo Constitucional.

 

El dirigente político, y de preferencia civil, ya que los miembros de los dos partidos políticos no nos producen más que nauseas ( y ojo que solo son dos partidos, el tercero es un apéndice prostituido) y el gobierno que sepa interpretar con sinceridad y liderazgo esa exigencia, la de mucho trabajo para comprar pan, menos circo y harta justicia quedara instalado en la historia.

No es momento para tibios, serán vomitados reza la Biblia.  No es momento para los que solo miran el marketing. Tenemos presidente, sirve de poco pero ahí está, se debe respetar. Pero los salvadoreños estamos desesperados en la búsqueda, todavía no tenemos un conductor que además de la resolución de problemas concretos tenga una mirada estratégica y refundadora de la moral política.

Sigo pensando que el último líder real que nuestro país tuvo en ese contexto fue José Napoleón  Duarte, el resto han sido estadistas, derivando al clown y posteriormente al peor de los absurdos.

Con la máxima sinceridad posible hay que decir que en la última docena de años de cólera, los protagonistas fueron salvadoreños que han destacado en algo, futbolistas, artistas, algún cineasta, alguna Miss, alguno de la TV y ningún Presidente, tan bajos de horizonte estamos.

Algunos piensan que estaremos amaneciendo próximamente en un país distinto. Eso lo dirá la historia. Si se puede estar seguro de que hay amplias mayorías nacionales que quieren que vayan presos los corruptos de estado y que devuelvan el dinero de todos los salvadoreños.

Y a El Salvador compatriotas, o lo sacamos del hoyo entre todos, o nos hundimos con él.