Como todo el mundo sabe, la inflación, las tasas de homicidio o desempleo real son datos que en El Salvador hace años se desconocen por completo. Probablemente porque los manejan los mimos bestias que escriben “botan” cuando hablan de “votar”, a  la usanza del muy viral tweet del Diputado Grande.

Tal vez las cifras las maneja el Diputado Cardoza que probó no manejar cifras más allá de los tres dígitos aunque sus actividades, por las que se encuentra en proceso de “te desaforamos, pero si votás con nosotros, no te desaforamos” le rinden suculentas cifras que no puede leer.

Al Gobierno le da igual, para qué quiere saber cuántos pobres hay si igual después no saben qué hacer con ellos?

 

La fábrica de empleos si existe !

Es terrible la manera como se desprestigia a un personaje tan impoluto, inmaculado, incapaz de ser infiel como el ex Presidente Funes, cuando le achacan que la “fábrica de empleos” se quedó nada más en la animación 3D del comercial.

Falsos críticos, falaces …

La Fábrica si existe, vean ustedes, en su mandato el aparato estatal creció en 22 300 plazas, o sea emplearon a esta cantidad de personas y en el de Sánchez Cerén hasta el momento, 25 000 más … todo según las fuentes del ISSS. 47 300 nuevos empleos en una maquinaria ineficiente !

Ojo, personas empleadas en el mismo Gobierno, no en las empresas, que deberían ser gestoras de empleo y así proveer empleo para lograr riqueza (o sea la de mantener familia y brindar educación, hogar, salud), pero como las políticas tributarias llevan a quebrar a las pequeñas y medianas empresas del país (gracias a “Copito de nieve” desde Hacienda), no pueden cumplir con ese rol …

Es más las que lo cumplen, salen con una cifra de incremento de salario mínimo a sus empleados, totalmente risible para el alza del costo de la vida en este paisito nuestro.

Por qué “la cacería de brujas de Hacienda es tan procaz? Tan obscena? Tan castradora? Porque el Gobierno paga gasto con créditos, y  esos créditos deben ser pagados, al menos sus intereses … y para pagarlos, y el desmedido chorro de lujos que se dan, piden nuevos créditos … quienes los pagan a la postre? Nosotros, con nuestros impuestos.

 

Un rotulito LED que diga …

Maduren, conténganse o renuncien …

El guaro de CEPA (su presidente devolvió el gasto a las arcas del Estado), las cenas de $ 40 000. 00 de la Corte, los rotulitos LED que hacen parecer a la Asamblea más burdel que todo el burdel que ya era, los salarios a asesores que no aparecen en esas 47 300 “nuevas plazas” …

Por favor, nuestro pueblo se está muriendo de hambre, falta de medicinas ….

En El Salvador hemos discutido todos los datos, pero nunca debatimos qué hacer con ellos. No nos peleamos sobre cómo terminar con la pobreza, los homicidios o con la inflación, sino sobre si eran altas, bajas, o directamente no existían.

De ese modo, la política se hizo más changoneta y los salvadoreños aprendimos a vomitar a nuestra clase política, por absurda y chocarrera.

Pobreza, desnutrición, cantidad de viviendas construidas, kilómetros de carreteras “fovializadas”, PBI, deuda externa, interna, cantidad de trabajadores legales, sub empleados, índices de inseguridad, narcotráfico, todo es discutible porque nada es comprobable.

Falsear los datos, esconderlos o simplemente dejar de medirlos, fue una especialidad de los últimos 3 gobiernos que permitieron que cualquier idiota pudiera opinar sobre cualquier tema con el sólo hecho de poner cara de serio.

Recordemos que en el Gobierno de Saca dejamos de ser de súbito siete millones de salvadoreños para pasar a ser cinco millones y medio en el peor Censo de Población jamás ejecutado, solo para que dividiendo ingreso entre menor cantidad de personas, saltaramos a ser país de “Renta Media”. (Y las pandillas nos siguen cobrando renta entera).

 

Dos más dos suman nueve o siete o trece …

El chiste del incremento al salario mínimo es harina de este mismo costal …

Si usted tiene un restaurante y la gente hace fila para entrar porque el sopón de mondongo con tortilla y queso más loroco, le sale riquísimo, usted va a contratar más personal que atiendan las mesas, más cocineros que cocinen y más fumigadores que escondan las cucarachas, sin importarle que haya doble o triple indemnización.

En cambio si al restaurante no va nadie porque el sopón  le sale con gusto a mierda, usted va a terminar echando a todos, no importa cuánto tenga que pagarles.

Dentro de la densidad de datos requeridos, la discusión sobre el salario mínimo se instaló y  se pasaron semanas discutiendo a partir de un único y simple estamento: no hay dinero.

Sólo hay un dato que es crucial para todos y que no se puede discutir, básicamente, porque no lo fijamos nosotros: el precio de nuestras vidas y nuestras muertes.

Y a El Salvador compatriotas, o lo sacamos del hoyo entre todos o nos hundimos con él.