Compatriota, le quiero confesar algo entre nosotros, entre usted y yo, algo triste, lamentable. Todos los días nos llegan correos electrónicos, mensajes de texto, por las redes sociales y cartas en papel con problemas que mucha gente, muchos salvadoreños tienen y creen que si lo contamos al aire en TV, ese problema se va a solucionar.

Nada más falso que eso …

La TV no es la “caja boba” pero tampoco es la “caja mágica”, no puede hacer aparecer conejos de una galera, de la misma forma que no puede hacer aparecer dinero en un país en quiebra …

Y eso es lo triste, lamentable …

Tanto daño en tan pocos años

El cuesta abajo con que se han deteriorado nuestra calidad de vida y nuestra calidad de muerte en el país, es realmente vertiginoso, es la peor de las montañas rusas no presentadas en las ruedas de agosto, pan y circo … si, pero el circo abunda sobre todo en los confines del Salón Azul y el pan escasea a veces, tendiendo a casi siempre.

Muchas veces la magnitud y la masividad de las dificultades son imposibles de detectar por un Estado extremadamente burocrático y otras veces más ocupado en tapar los hoyos de nuestra economía que hace aguas por todos lados, que en la vida cotidiana, la del pueblo, a quien prometieron consagrarle la vida inclusive … pero se les olvidó.

Esa amnesia de Johnny Walker y camioneta blindada tan conveniente …

Como todo el mundo sabe, cuando el Estado gasta más de lo que recauda aparece el famoso déficit fiscal que suele financiarse con emisión monetaria (cosa que no podemos hacer porque solo estamos autorizados a emitir monedas “deadolar” y así está jocote pagar ese lastre de 47 000 nuevas plazas de activistas) o con endeudamiento (la opción preferida en Nuegadolandia).

 

Esto deviene primero en la destrucción de los recursos internos (divisas, fondos de pensiones, impuestos, gas, etc) y luego provoca subida de precios, caída del PBI, pérdida de reservas y por ende un aumento en la desocupación y la pobreza. Esto ha sido históricamente compensado por nuestros inútiles de siempre con más endeudamiento (o hasta que finalmente un día te despertás por el ruido de las cacerolas y te enterás de que el país, de una vez por todas … quebró.

Esa es la situación en El Salvador, simple, gasto más gasto más gasto, sin plan de inversión, cavar agujeros para tapar otros agujeros … ya lo dijo el FMI, de octubre no pasamos … kaput.

Entramos al paréntesis total de la lógica, la ausencia de todo el uso de la razón ….

 

Austeridad !

Austeridad pide el ministro de Hacienda, la Presidenta de la Asamblea, el Ministro de Economía … pero si los subimos a los tres a una balanza, pasan fácil las 900 libras, bien maiceados y el pueblo con hambre.

Hacemos mal uso de los recursos del Estado, el sipi sape del Diputado Reyes y las camionetas fue vergonzoso, entonces se destapan los gastos de Lorena Peña, pero …que ganamos con eso? En que aporta tanta politiquería de mercado, sucia, chuca, nauseabunda al hermano que pasa hambre o recolecta monedas para comprarle medicinas a su hijo en brazos gravemente enfermo? … Dejen de joder políticos de sexta categoría (haciéndoles el favor) !

 

 

Qué todo se hace agua? Que las esperanzas y los sueños se ahogan. Que con putear no alcanza. Que la “propaganda del buen vivir” tapa todo y se lleva toda la miseria de años?

Se estruja el alma de mirar lo que está pasando en tantos lugares de El Salvador. Es un zarpazo al que trabaja. Las pérdidas de fábricas se miden en miles y miles, las pequeñas y medianas empresas, principales fuentes de empleo del país, se van a la quiebra.

Pero la pérdida más grande es la desilusión. Ya no creemos en estos monigotes.

El volver a empezar. Insultar la mala suerte, la mala muerte y después de bajar los brazos, levantarse para pelear de nuevo. No es casual que los hombres y las mujeres del campo tengan el rostro y las manos curtidas. Trabajan de sol a sol, con la espalda partida. Los campesinos dicen que se los engancharon.

Encima los han maltratado y en lugar de darles una mano, les cerraron el puño.

Y a El Salvador compatriotas, o lo sacamos del hoyo entre todos o nos hundimos con él.