Resulta que Alicia, persiguiendo al conejo, cae en un enorme pozo, un pozo, sin fin, no era un pozo mágico no .. era un bache de los que abundan en la Santa Eduviges y todo Soya , y cayó en un charco si … pero no era el charco de sus lágrimas, era el Acelhuate, un hilito de agua contaminada, y no habían conejos con relojes corriendo de un lado a otro, habían chuchos flacos, sin dueño y sin collar … Alicia había caído, no en el País de las Maravillas, sino en el País de las Zancadillas.

Alicia, al beber un elixir extraño, que tenía una viñeta que decía Muñeco pañuelo azul, comenzó a ver que las cosas se agrandaban y empequeñecían, pero descubrió que eran los presupuestos de algunos habitantes del País y los de otros, los que crecían eran los de diputados y funcionarios públicos, especuladores y narcos, los que se empequeñecían eran los del pueblo … Supo que los últimos tres ex Presidentes habían tenido cargos por corrupción, el primero murió sin condena. El segundo guarda prisión sin condena y el tercero …el único condenado, está libre.

Descubrió en el País de las Zancadillas cosas muy extrañas, por ejemplo que los lancheros y pescadores artesanales pagan el FOVIAL, pero no vio ninguna lancha circulando por las calles o carreteras, descubrió que dos partidos políticos tradicionales mangoneaban la escena política nacional, sin darle entrada a ningún tercero, solo era negocio de rojos y tricolores controlar Tribunal Supremo Electoral, Fiscalía, Sala de lo Constitucional y la Corte de Cuentas.

Alicia se encontró con los verdaderos dueños de las calles, los que controlan el país, que le cobraron extorsión para cruzar la calle, y al carecer Alicia de dinero, tuvo que convertirse en “jaina” de uno de los líderes una semana, para poder seguir su camino.

Alicia se encontró a la Liebre de Marzo sí, pero ya rostizada en un pincho que tres desempleados comían en un solar porque comida no hay, aunque el Reino bota en desperdicios casi el 20 % de los alimentos que produce, porque la gente no puede comprarlos, pero le ofrecieron compartir su plato con ella, porque la gente del Reino es así, almuerza con nada pero siempre tiene un plato para compartir.

Alicia no se encontró en País de las Zancadillas con el Rey y la Reina de Corazones, pero si se encontró con el Rey del Transexo y la Reina de la Noche en un callejón del Boulevard de los Héroes, y descubrió con espanto, que eran casi niños, casi niñas como ella, que se alquilaban por monedas porque realmente las necesitaban…

Alicia descubrió que en el País los políticos no trabajan por la prosperidad del país, sino por por estorbarse los unos a los otros y los otros a los unos, así pasan sus períodos no haciendo nada y permitiendo hacer menos. Supo que en los últimos veinte años la deuda externa pasó del 38 % del PBI al 53 % o sea que cada vez más parecidos al “Titanic”. De estos préstamos el actual Dizque Presidente del País de las Zancadillas saca circulante disponible para obras,que Alicia no vio que se reflejaran en ninguna parte, ninguna obra, ninguna acción social perceptible.

Es más las únicas obras civiles construidas solo causan más congestionamiento, y sus ejes no encajan.

Alicia se enteró que mientras en toda Latinoamérica, la inversión extranjera creció 76 % en País de las Zancadillas bajó 49 %, que un plan de subsidio para que los más necesitados pudieran comprar gas más barato terminó en que hoy nadie puede comprar gas, porque no hay.

Que tienen un hermoso y moderno puerto recién construido que no funciona, que los seleccionados de futbol cobran por vestir la camiseta Patria porque en sus equipos no les pagan, que los que ayer luchaban con la Kalishnikov en las montañas de Morazán contra los ricos, hoy no se bajan de sus Camionetas Prado, de su universo de cinta negra, de Armani, Rolex, de Dolce y Gabbana.

Alicia, se sintió mal, pero en el hospital no la atendieron, no tenía cita, la programaron para octubre del 2022, mientras los niños nacían en las salas de espera y los que habían logrado cita salían más preocupados y llorosos pensando en que tenían que sacar dinero de a saber dónde para pagar los medicamentos en farmacias porque en el hospital simplemente no hay.

Alicia quiso, desesperada, salir de este País pero ya no pudo atravesar el espejo, fue imposible, le dijeron que la única era irse “pa los Unai”, pagó tres mil dólares a un coyote, y ahí terminó … como muchas salvadoreñas, de mesera multi usos en un bar de Ciudad Juárez.

Y es que a El Salvador, compatriotas, o lo sacamos del hoyo entre todos, o nos hundimos con él.