“Se partió en Nicaragua, otro hierro caliente
Con que el Águila daba, su señal a la gente
Se partió en Nicaragua, otra soga con cebo
Con que el Águila ataba, por el cuello al obrero …”
(Silvio Rodríguez. 1979)
Y si bien, la canción de Silvio en aquella época de triunfo de la Revolución Sandinista del 17 de julio de 1979, se apegaba 100 % a la realidad, ahora, 39 años después, lamentablemente se sigue apegando a las circunstancias, con la diferencia de que ahora el Águila es la que antes partió el hierro caliente.
Daniel Ortega pasó de ser quien derrocó a la Dinastía de Somoza para seguir paso a paso su dictadura.
Y ojo, se los digo de corazón, ese 19 de julio de 1979, a mis 17 años, con un par de hondureños amigos, cruzamos la frontera a ver una revolución de cerca y celebrar frente al Palacio Nacional de Managua.
Muerte, muerte y conexos …
Los muertos de la emancipación en Nicaragua, sobrepasan los 400, aunque tratan de mantener la cifra en 260, Ortega tuvo que reconocer que había un cuerpo de “Policías voluntarios” entre las filas de su Gobierno, tras negar enfáticamente la existencia de cualquier elemento paramilitar.
Los muertos de Nicaragua, Nicaragüita no habían tenido la repercusión que merecían en buena parte del continente. Al menos no tuvieron tanta como los más de 100 muertos de hace unos meses en Venezuela. En esos dos países con gobiernos declarados socialistas, paramilitares y parapoliciales matan para sostener a gobiernos indiscutiblemente autoritarios, acosados por una economía insostenible.
Horas atrás el auto de una estudiante brasileña fue acribillado por paramilitares apostados frente al domicilio de un funcionario del gobierno de Daniel Ortega. Rayneia Gabrielle Lima, que cursaba el sexto año de medicina en Nicaragua, murió regresando hacia su casa, en el mismo barrio de Francisco López, tesorero del Frente Sandinista. Obligó a Brasil a elevar una protesta formal y pedir que se aclare el crimen.
No es difícil prever que si no se aclaran cientos de muertos esta otra muerte tendrá el mismo destino de impunidad. Nada diferente a lo acontecido en Venezuela. Y posiblemente nada diferente respecto de la inoperancia de la OEA, ya manifestada con el gobierno de Nicolás Maduro. El gobierno de Nicaragua ejecuta una modesta economía liberal, aunque se declara socialista.
Pero esa economía ha servido más a los intereses personales y empresarios del matrimonio Ortega que a su gente. Venezuela sostenía buena parte de la economía nicaragüense con su petróleo, como a otros países del Caribe. Hasta que el precio del petróleo se desmoronó y devastó la ya devastada economía venezolana. También sostenía el gobierno de Caracas a Cuba, que acaba de proponer una nueva Constitución en la que no se habla más de comunismo y reconoce la propiedad privada. Pero mantiene el férreo control político: partido único, sin libertades para la oposición.
Hay, entre otros muchos, un factor políticamente doloroso para los países que siguieron soñando aun después de haber visto el derrumbe de la Unión Soviética, que los dejó librados a su destino. Están buscando un camino que combine las reglas del capitalismo con una dirección política blindada.
No se han conocido condenas (organizaciones de derechos humanos, por ejemplo) y en nuestro país, al contrario del resto del mundo, damos apoyo a estos actos de barbarie.
Daniel Ortega fue uno de los más reconocidos jefes del Frente Sandinista que finalmente derrocó a la dictadura de Anastasio Somoza, sostenida por Estados Unidos que luego entrenó a los “contras” para minar las bases de la democracia en Nicaragua.
Cuál es el proceso psicológico que transformó a Ortega de demócrata a autoritario? Sus propios compañeros de la dirección histórica Frente Sandinista piden el cese de la matanza.
No es el “no reconocimiento del fracaso económico” (mal bastante recurrente en estos socialismos del siglo XXI) lo más férreo en esos gobiernos venezolano y nicaragüense, ahora casi gemelos. Lo innegociable es la permanencia en el poder al costo a que dé lugar, característica común de todas las dictaduras (ahí si, vengan del “ismo” que vengan). Nicaragua no deja morir de hambre o de enfermedades a su gente como en nuestro país, pero Ortega no puede abandonar la misma arrogancia común de Maduro, cuya economía está en absoluto colapso con una proyección de una inflación de un millón por ciento mensual y los "drones explosivos" de Maduro ....
Nicaragua está pagando un alto precio en busca de libertad política y siguiendo el mismo cuesta abajo doloroso que Venezuela … nuestro país, cuyo Partido oficial consideró a Venezuela el “faro” de su gestión al inicio del Gobierno de Sánchez Cerén, ve totalmente disminuídas sus probabilidades electorales en porcentajes que difícilmente lleguen a dos dígitos en 2019…
… y el “faro” se apaga cruel y sangrientamente ….
Es un hecho que, por lo general, les paramos poca bola, ya salen al final de misa, cuando el sacerdote ha hablado hasta la saciedad de temas relacionados con cualquier cosa menos con el evangelio del día, (por lo general hablan de si mismos, y buscan elevarse a vicarios aunque sea, además de organizar colectas) y una señora, voluntaria, o algún caballero con el afán de ayudar comienzan a leer los avisos parroquiales … Otros se pegan en pizarra, y son algo así como la "Gaceta de chambres del vecindario".
El líder mundial, después de una jornada agotadora, en la que había decidido la invasión armada de dos naciones (una latinoamericana y una africana, en nombre, por supuesto de la democracia), luego de derrocar a un dictador en Asia y aumentar los intereses moratorios de la deuda externa a niveles de ahogo, para recuperar el déficit fiscal, como a eso de las ocho treinta de la noche, se retiró a su recámara de descanso.