Voy a decirles que admiro mucho a los egipcios: por su dominio de la astronomía, la belleza de sus pirámides, el desarrollo de su agricultura, su sentido de la cosmética, que hace que las mujeres, de por si lindas, se embellezcan aún más…

Los admiro por sus conocimientos hidrológicos, su cosmogonía, los avances de su medicina, su alfarería, sus jeroglíficos que nunca entendí pero no importa, y sus imponentes monumentos.

Pero tal parece que les encantaba vivir la vida sentados. Tanto les gustaba, que las grandes estatuas egipcias no muestran a los faraones montados a caballo (mucho menos en camello), ni señalando de pie el horizonte (engañosa actitud que pretende igualarlos a la Estatua de Colón frente al Palacio Nacional), ni tendidos en plan de reposo. Las colosales estatuas de Ramsés, Kefrén, Hatshesput, Ceres y muchos otros los exhiben tranquila y dulcemente sentados.

Quienes estudiamos el arte antiguo sabemos que esta clase de estatuas se llaman sedentes (las de sentadito). También las hay pedestres (el Ángel de la Libertad en Plaza Libertad o Francisco Morazán en su parque), ecuestres (como la de Gerardo Barrios a caballo, aunque dicen las malas lenguas que los que fueron del Gobierno a Francia a encargarla se chuparon el pisto y se trajeron una del Mariscal Ney en oferta), circenses (Bolívar manteniendo el caballo en dos patas en el Parque Bolívar), empelotestres (el Chulón y la Chulona) y gordestres (todas las de Botero, y unos totoposhtones que habían puesto en el Blvd de Los Próceres de Cañas y Matías Delgado, con 230 libras de más).

Quien haga el inventario mundial de estatuas verá que las sedentes son una minoría.

En cambio, está muy bien que los faraones hayan pasado a la historia en sus tronos, sentaditos, total los que construían las pirámides (eran los extraterrestres según Sixto Paz) eran esclavos subiendo bloques de granito a lomo y látigo.

La actitud de sentados, es al mismo tiempo, la posición del estadista sereno -nada de espadas, caballos ni batallas- y la del hombre poderoso. Además, es la posición en que los mortales, humildes y soberbios, pasamos buena parte del día y de la vida. En ella me encuentro mientras escribo estas líneas; sentado manda el Papa, sentado busca las estrellas el astronauta, toca el pianista, despacha el presidente, suma el banquero, confiesa el cura, cose la costurera y estudia el niño.

Permítanme ahorrar la enumeración de otras cosas que se hacen varias veces al día en la posición de sentado …. Comer, por ejemplo. O todo lo contrario.

Sin embargo, siendo el sedentarismo y la obesidad, la infantil sobre todo, una pandemia (epidemia mundial) es bueno citar al doctor James Levine, de la Clínica Mayo, según el cual "permanecer mucho tiempo sentado es una actividad letal". Dice Levine que tener las nalgas en la silla, banca o en el mismísimo “suéter” mengua la quema de calorías, reduce la efectividad de la insulina, aumenta la obesidad, desploma los niveles de colesterol bueno y perjudica la columna vertebral y otros huesos.

Las personas que pasan sentadas más de seis horas al día registran índices de mortalidad 40 por ciento mayores que las demás. Y si … los egipcios caminaban poco y morían jóvenes.

Ahora bien, hay gente que rechaza la teoría, por ejemplo nuestros diputados como muestra de repudio a tan peregrina tesis, se proponen duplicar sus horas diarias de descanso nalgar … de hecho, no hacen otra cosa

Sin embargo, como yo no soy de esos, sino del tipo inquieto de nacimiento y con poca probabilidad de cambiar en lo que me queda de vida, le dejé bien claro a mis hijos ..

- Cuando muera, quiero que me entierren detrás de la portería sur del Firpo, para ver los goles, y con los tenis puestos, para dar vueltas a la cancha en las cálidas noches usulutecas ….

Mis hijos hicieron unos cálculos rápidos y consideraron que era un capricho costosísimo. Me ratifiqué en mi deseo, los rogué … me pararon poca bola y se retiraron a sus juegos de video …sentados.

Está decidido: en adelante, mi vida y mi muerte no serán como le gustaba a Ramsés: sentadito, no no no … corriendo, como la vida me enseñó.